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«Tomorrowland»: el sueño eterno de Walt Disney

La cinta se basa en la creación de la ciudad futurística inventada por Walt Disney./CORTESIA
La cinta se basa en la creación de la ciudad futurística inventada por Walt Disney./CORTESIA

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Llega el verano y por lo tanto es época de “blockbusters”, especialmente de películas apocalípticas como “San Andreas”, “Mad Max” o “Terminator Genisys”.

Entre esas, sin embargo, se encuentra “Tomorrowland”, una superproducción de Disney que Brad Bird escribe y dirige, para poner un poco de luz a la idea catastrofista que se nos da del futuro de la humanidad.

La cinta está inspirada por la visión optimista que tenía el propio Walt Disney cuando en los años 50 y 60 desarrolló la EPCOT (Prototipo Experimental de Comunidad del Mañana).

Este era un proyecto de ciudad utópica donde se mostrarían todos los avances tecnológicos que el futuro nos reservaba, pero que fue abandonada con la muerte de Disney en 1966, quedando reducido a ‘Tomorrowland’, la parte futurista de los parques temáticos Disney.

Bird, creador de obras maestras de la animación como ‘The Iron Giant’ (1999), ‘The Incredibles’ (2004) o ‘Ratatouille’ (2007), rehusó la oferta de dirigir ‘Star Wars VII: The Force Awakens’ (2015) para poder llevar a cabo este film.

Las expectativas eran muy altas para este guión hecho a cuatro manos junto a Damon Lindelof (guionista de ‘Prometheus’, y ‘World War Z’), pero muestra muchas carencias, sobre todo para un proyecto tan grande.

El público al que va dirigida ‘Tomorrowland’ es familiar, especialmente niños y niñas que quieren una buena dosis de humor, diversión y aventura, pero que no lo encontrarán aquí, ya que la “Dorothy” de esta cinta pasa más tiempo en “Kansas” que en “Emerald City”.

George Clooney interpreta a ‘Frank Walker’, un científico que de niño (encarnado por un entrañable Thomas Robinson) atendió a la feria mundial de Nueva York, donde presentó a concurso su prototipo de Jetpack.

Allí conoce a David Nix (Hugh Laurie), quien no le concede el premio al no quedar impresionado con su proyecto inacabado, pero a quien sí llama la atención es a Athena (Raffey Cassidy), una enigmática niña de ojos hipnóticos que ve su potencial.

"Tomorrowland" es protagonizada por George Clooney y Britt Robertson./DISNEY PICTURES
«Tomorrowland» es protagonizada por Britt Robertson y George Clooney./DISNEY PICTURES

Athena le da a ‘Frank’ un pin con forma de “T” y le pide que la siga hacia el interior de una atracción que mágicamente les lleva a ‘Tomorrowland’, un mundo paralelo espectacular en el que la humanidad vive en armonía con los demás, con su entorno y con la tecnología más avanzada del mundo.

Esta secuencia me resultó la más fascinante y completa de la película, ya que a través de los ojos curiosos del simpático ‘Frank’ se nos muestra un Estados Unidos de principios de los 60, nostálgica y muy bien recreada, para luego cruzar hacia esta aventura infantil con ciencia ficción y viajes en el tiempo.

Ya en el mundo actual, aparece ‘Casey Newton’ (Britt Robertson), una optimista y entusiasta de la ciencia que supone otra interesante apuesta para un papel femenino protagonista en una superproducción de Hollywood (al estilo de ‘Katniss Everdeen’ en “The Hunger Games” o ‘Tris’ en “Divergent”).

Así, ‘Casey’ se cuela repetidamente en una lanzadera espacial de la NASA para sabotear las maquinas que están desmantelando, pues quiere evitar que su padre, ‘Eddie’ (Tim McGraw), quien es ingeniero, se quede sin empleo.

Finalmente la policía da con ella y queda detenida, pero al salir de la comisaría encuentra entre sus objetos personales un pin que nunca antes había visto, cuando lo toma entre sus manos descubre que al entrar en contacto con él la transporta instantáneamente a ‘Tomorrowland’.

‘Casey’ lo explora brevemente, alternando los dos mundos con gracia, pero aparece un cronometro en el pin y cuando se acaba el tiempo ‘Casey’ vuelve a su mundo y el pin deja de funcionar.

Fascinada por ese lugar empieza la búsqueda del pin, descubriendo otro en una tienda de objetos de coleccionistas en Houston.

Casey viaja hacía allí y tras una conversación extraña con los dueños para intentar saber más sobre Tomorrowland, empieza una de las mejores escenas de acción, rodeados de miles de figuras y productos de todo tipo de películas, que explotan al ritmo de un tiroteo de pistolas de plasma estilo ‘Men in Black’ (1997).

‘Casey’ se encuentra en apuros, hasta que misteriosamente llega ‘Athena’ al rescate, lucha contra los dependientes hasta acabar con ellos y se la lleva a Nueva York, donde la deja sola para que conozca a la versión adulta de ‘Frank’ (Clooney), a quien debe convencer para que le explique más sobre Tomorrowland.

Así, Casey se infiltra de nuevo dentro de la casa de ‘Frank’, quien no desea tener nada que ver con ella, pero su relación cambia cuando él descubre que es el optimismo de ‘Casey’ lo que puede salvar al mundo y a Tomorrowland, que se encuentra en apuros.

La trama sigue complicándose, con un cierto abuso de los efectos visuales, hasta que llegamos a secuencias aburridas de un clímax que no supera el largo, pero entretenido primer acto del film.

Bird nos hizo creer que un ratón puede llegar a ser el mejor cocinero del mundo en ‘Ratatouille’, pero no consigue convencernos que una chica puede cambiar el futuro de la humanidad por el simple hecho de ser optimista.

Aunque se agradecen las buenas intenciones del director al querer concientizar del importante rol que jugamos todos para hacer del mundo un lugar mejor, no consigue hacernos soñar con este mágico mundo propuesto.  ν