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La resaca que dejó el Clásico

La resaca que dejó el Clásico

 

Por Luis Nieto

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Luego que el argentino Lionel Messi, diera una lección de fútbol el pasado domingo cuando gracias a sus goles el Barcelona venció 3 a 2 al Real Madrid, las consecuencias de la derrota dejan en dudas al proyecto “blanco”.

Y es que perdió el Madrid como pudo ganar, eso sucede cuando las cosas se resuelven a tiros, como fue el caso, pero ese albur del minuto 92 no puede ocultar los pecados del equipo de Zinedine Zidane, que se perdió entre el exceso de diplomacia y de visceralidad.

EL ERROR BALE

Ponerle fue una equivocación que pagará Zidane, que pagará Bale y que pagará el Madrid, porque esto puede marcar el principio del fin a la Liga y a la Champions.

Por redondear el once con los mejores cromos cuando varios futbolistas salían de lesiones, el Madrid de Benítez ya fue atropellado por el Barça en el Bernabéu (0-4) hace año y medio.

Ni antes ni después de ese partido volvió a repetirse esa diferencia de juego entre uno y otro, hasta el punto de que el equipo blanco llevó su pelea hasta el último partido y entregó la Liga por un punto.

Bale no estaba curado, quien mejor debía conocerlo era el jugador y el primero en desconfiar debió ser Zidane.

El Madrid tiró media hora con un jugador mermadísimo y perdió un cambio que hubiera agradecido al final.

El galés quedó señalado por un estadio poco olvidadizo y, en algunos casos, insistentemente rencoroso.

LA VISCERALIDAD

Al Madrid le faltó cabeza para contrarrestar el factor Messi.

Cierto es que el argentino estuvo en una versión insuperable, pero la mayoría de las faltas que el Madrid cometió sobre él fueron a 50 metros del marco.

Especialmente innecesaria resultó la primera de Casemiro, producto de una rabieta tras tragarse un regate del astro en zona de mínimo riesgo.

A Ramos le hubiera bastado con un empujón para pararle en la acción que le costó la expulsión. Fue rigurosa pero tentó a la suerte.

JUGAR DE ESPALDAS AL MARCADOR

Regresando al asunto de las faltas, el Madrid se ahorró la única que realmente necesitaba.

No paró a Sergi Roberto en el embrión del 2-3.

Sucedió en pleno frenesí ofensivo de un equipo que buscaba ajustar cuentas y no echar cuentas.

El corazón estuvo, inexplicablemente, por encima de la clasificación, porque un empate le habría permitido una derrota y una igualada en los seis partidos que le restan.

Ahí faltó alguien que lo explicara bien en el campo.

CICLOTÍMICO BENZEMA

El francés no es jugador de todos los momentos y todos los partidos. Necesita un entrenador que sepa detectar el instante de no retorno, porque es futbolista de inspiración y no de resurrección.

El domingo llegó a ese punto irreversible, en la segunda parte, y Zidane no lo vio o no quiso verlo.

Es difícil determinar la frontera entre la confianza ciega y el trato de favor.

ISCO, EL OLVIDADO

Isco venía en un nivel pletórico, desde hace tres semanas cada fin de semana, brindaba recital sin importar la cancha donde pisaba, sin embargo, por esas cosas del destino, o de Zidane o del presidente Florentino, no se le vio ni un minuto, hecho sospechosamente repetido.

Cierto es que no caben todos, y cierto es, también, que el fútbol es un juego de instantes.

E Isco está en el punto de iluminación con el que sueña todo futbolista. Detectarlo es tarea del entrenador, pero el Madrid de Florentino y Zidane funciona de otra manera.

Un banquillo fastuoso está para quitarle esfuerzos a los intocables o para reparar sus lesiones.

Existe una escala cerrada que desfavorece la competencia y daña la moral de la tropa.

La injusticia es la mejor materia prima para fabricar descontentos.

EL CALENDARIO

Es el pecado aún por cometer.

El Madrid debe parar la pelota y sentarse a valorar la situación: seis partidos pendientes; dos en casa ante Valencia y Sevilla, que no son lo que fueron ni en su historia ni en esta Liga, respectivamente; y cuatro salidas de media montaña.

Depor y Málaga están en el último cuarto de la tabla, pero prácticamente salvados; el Granada tiene imposible la salvación; y la cabeza del Celta anda en otra cosa.

Retrocedan a junio, pinten este escenario y encontrarán a una gran parte del madridismo que hubiera firmado.

CARVAJAL A SUAREZ: “A VER LA CHAMPIONS POR TV”

Luis Suárez y Dani Carvajal tuvieron un duro enfrentamiento durante el Clásico que se inició cuando el uruguayo golpeó al lateral y prosiguió tras la expulsión de Sergio Ramos, cuando Carvajal le recordó a Suárez la eliminación europea del Barcelona.

Así lo han sacado a la luz las cámaras del programa español “El Día Después”, que captaron las palabras del español en el encontronazo, no así las del delantero.

El duelo de alta tensión se inició cuando el punta golpeó a Carvajal desde el suelo y este se revolvió teniendo que intervenir el colegiado Hernández Hernández.

Tras la expulsión de Ramos, los dos futbolistas volvieron a juntarse.

Durante el encontronazo, Carvajal se dirige a Suárez bajo los términos:

«Al final en cuartos 3-0. Ale, a casa a descansar para la Copa del Rey. En cuartos 3-0, a ver la Champions en casa».

El lateral madrileño le hacia referencia al delantero uruguayo la eliminatoria entre el Barcelona y la Juventus, donde los italianos se impusieron por 3 goles de diferencia en el partido de ida.

Fue Rakitic el jugador que tuvo que intervenir al final del partido para que el enfrentamiento entre los dos jugadores no fuese a mayores.

Carvajal también hizo referencia al campeonato liguero, comentando a Suárez que «queda mucha Liga».

Las cámaras de “El Día Después” también captaron a Cristiano Ronaldo reprochando a sus compañeros por qué no le hicieron falta a Sergi Roberto, quien inició una “cabalgada” de 70 metros y que terminó en la jugada del gol de Messi en el último minuto.