Editorial

Año nuevo y a estar alertas

Carlos Hernández es el editor de El Latino y un periodista con una amplia experiencia en periodismo. Ha sido corresponsal internacional en Atlanta, Nueva York y California de agencias de noticias como EFE de España y la Associated Press./EL LATINO
Carlos Hernández es el editor de El Latino y un periodista con una amplia experiencia en periodismo. Ha sido corresponsal internacional en Atlanta, Nueva York y California de agencias de noticias como EFE de España y la Associated Press./EL LATINO

Por Carlos Hernández
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Enero es generalmente un mes que puede ser muy agitado donde eventos de gran magnitud ocurren, este año no ha sido la excepción.

Primero tenemos, gracias a la naturaleza y a Dios, al “Niño” quien ya trajo sus  primeras lluvias en toda la Costa Central.

Unas lluvias más que necesarias debido a la extrema sequía que enfrenta el estado desde hace dos años.

La parte positiva es esperar a tener agua en abundancia, donde los ríos, quebradas y lagos lleguen a su capacidad normal para que las reservas de agua potable también se normalicen.

Ahora la parte negativa, que el “Niño” siempre trae es que las lluvias, son continuas que van saturando la superficie de montañas hasta el punto que se producen los temidos deslaves.

Acá es donde, se podría dar más de una tragedia natural, ya que en ciudades como Ventura, Montecito y Santa Bárbara hay muchas casas situadas sobre las montañas y “sus faldas”.

Las autoridades han hecho todo lo posible para preparase ahora esperemos que todo funcione y que no haya nada que lamentar, porque ese es el precio que se paga cuando envenenamos el medio ambiente, la naturaleza pasa factura.

Otro hecho importante, son las redadas que ya se empiezan a dar, las cuales tienen como objeto deportar a las personas que entraron ilegalmente al país desde el 1 de enero del 2014 y que tienen una orden de deportación pendientes.

Niños y mujeres centroamericanos son los más afectados, los mismos que huyeron de las violencias de las maras, las cuales han sido “exportadas” desde cárceles estadounidenses hacia Latinoamérica, en los últimos 20 años.

El programa, que ya inicio en el área del Valle de San Fernando, se estará realizando en todo la nación, es una lástima ver que personas que sí necesitan ayuda serán sacadas del país.

Sin embargo, hay otro grupo, indicando que ese éxodo masivo visto en el 2014 y principios del 2015 se dio porque muchos “coyotes” engañaron a muchos padres de familia que con la aprobación del DAPA, quienes estuvieran acá arreglarían su situación migratoria.

Así esos inescrupulosos “ladrones” empezaron a cobrar hasta $25 mil por traer a estos niños y mujeres centroamericanos.

Ahora esas familias, no sólo están endeudadas sino que también están acechadas por el miedo constante que agentes de inmigración lleguen a traer a sus familiares.

Lo peor de todo, es que según la ley migratoria cuando esto se da y los agentes del ICE tienen la autoridad de llevarse a otra persona que no tenga sus papeles en regla.

Expertos migratorios, como el abogado César Nava de Oxnard, dicen que esto se da, porque casi con seguridad el DAPA será aprobado finalmente en junio a más tardar por los jueces de la Corte Suprema Federal, donde se encuentra la latina, Sonia Sotomayor.

Así esperemos que estas predicciones se den y que muchos de los que si cumplen con los requisitos puedan arreglar su situación.

Por último tenemos otro suceso que ya es de interés nacional como es la toma de un edificio federal en una Parque Nacional de Oregón a manos de un grupo de rancheros armados, quienes han hasta reclutado a exsoldados.

Para mi no son más que terroristas y no patriotas como ellos y muchos republicanos conservadores están haciendo creer.

Primero porque es un crimen grave tomarse a la fuerza un patrimonio federal público, segundo porque, aunque los conservadores los ven como revolucionarios pacíficos, no lo son.

Su líder, Ryan Bundy, dijo que “están armados y preparados para lo peor en caso que el gobierno los quiera despojar”.

Estas no son más que tácticas parecidas que se dieron cuando se dieron las elecciones del 2,000 cuando injustamente, ante los ojos de todo el mundo la presidencia le fue robada a Al-Gore.

El demócrata era el objetivo de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), y quienes llevaron a cabo una ola de calumnias por medio de una campaña publicitaria multimillonaria, principalmente en el centro, sur y el este del país.

Como muchos de estos extremistas tienen el cerebro lavado por el inepto y racista del candidato republicano Donald Trump, ya están “matando su cochinito” como dicen, y buscan iniciar una guerra divisoria que a distancia se nota es de tipo racial.

Ahora esperemos que estos patéticos terroristas nacionales, quienes son todos blancos, paguen con todo el peso de la ley, como lo harían cualquier otro grupo que sea de las minorías.