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Llegó la hora

Por Carlos Hernández
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Las elecciones pasadas dejaron varias enseñanzas a los políticos de este país, a ambos partidos pero más que nada a los demócratas, sobre las tendencias del votante latino.

Así, los candidatos de la primera fracción se dieron cuenta que las promesas falsas y la inoperancia por crear y luchar verdaderamente por una Reforma Migratoria, es algo muy pero muy importante para los latinos de este país.

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Es así que ahora no sólo perdieron puestos claves en estados como Carolina del Sur, Georgia y Kentucky donde en las elecciones intermedias de 2010, gracias al voto latino, se los habían ganado a los republicanos.

Por si esto fuese poco, esto les representa que también serán minoríaa en ambas cámaras.

Lo que más les debería preocupar a los demócratas es la sinceridad con la que tratan de disuadir a los hispanos, ya que no hay cosa peor que prometan algo y no lo cumplan.

Tal y como ocurrió a la hora de crear una Reforma Migratoria y presionar para que el Congreso lo avale.

Si bien es cierto hubo un movimiento bipartidista y crearon un proyecto de ley en la Cámara Baja o Senado, que sería la tan ansiada Reforma, los demócratas nunca dieron ese empujón extra que se necesitaba para presionar a los republicanos.

Muchos dirán que si los republicanos dominan el Congreso o Cámara Alta, entonces ellos no podían hacer nada… verdadero pero hasta cierto punto.

¿Por qué? Sencillamente porque en la mundo político hay maneras para presionar al otro partido.

Así como los republicanos afectaron tanto la versión original del Obama Care, que en mi opinión era casi ideal, con negociaciones de votos, pues los demócratas hubiesen hecho lo mismo.

En este año se han firmado decenas de leyes y presupuestos que fueron impulsados por Congresistas republicanos, pues fácilmente los Senadores de la Cámara Baja, al oponerse a estos proyectos, estos nunca hubiesen llegado al escritorio del Presidente Obama, tal y como pasa con la Reforma.

Ahora bien, tendrán que aprender, así como el Presidente, que si desean mantener la fidelidad del electorado latino, deben de ser más persistentes y presionar a los republicanos, que es bien sabido no desean bajo ningún motivo conceder una Reforma Migratoria… por el momento.

Los demócratas tienen una tarea muy pero muy compleja.

La clave, irónicamente, serán precisamente sus enemigos, sí, los republicanos, ya que el proyecto bipartidista de ley de Reforma Migratoria aprobado por el Senado, se vence al principio de 2015 cuando entren los nuevos políticos al poder.

Así, los republicanos si actúan de manera madura y sobre todo inteligente y dejan los argumentos baratos, sólo tendrán menos de seis semanas para firmar la medida, se convierta en ley, limpiar su imagen, y de paso hasta ganar adeptos latinos.

Y es que en el circo de la política, el que ejecuta acciones es el gran ganador. No nos engañemos, lamentablemente miles olvidarían la terquedad, inoperancia y mediocridad de los republicanos en un caso ellos aprueben una Reforma Migratoria.

Es por ello que el papel de disuasión y persuasión de los republicanos sobre todo con el Representante de la mayoría republicana del Congreso, John Boehner, será imperante y vital.

Boehner como todo político, bien podría estar preparando su camino para en el futuro tener una oportunidad para postularse a la presidencia del país, y que mejor para recomponer esa imagen tan desafiante y repudiante que tiene con los latinos.

Y es que no hay que olvidar, que si no existe una Reforma es precisamente por él. Boehner es el principal artífice para que el Congreso no aprobará el proyecto de ley del Senado, sí lo hubiese hecho, ya casi con seguridad la gran mayoría de los 12 millones de indocumentados en Estados Unidos estuvieran por arreglar papeles a principio del próximo año.

Sea cuál sea las razones para que este funcionario republicano no de el “ok” a la reforma, lo cierto es que el tiempo se le acaba y será mejor que rectifique o que se lamente para siempre, porque el voto latino cuenta y mucho.

Ya no estamos en los años donde se nos veía como las sobras del pastel, ahora somos la porción más deseada y lo seguiremos haciendo conforme pasen los años.

De acuerdo al Pew Hispanic Center para el 2045 seremos una fuerza electoral más fuerte que los negros y los asiáticos juntos, seremos el 37% de los votantes, sólo por debajo de los blancos que para entonces serán de 39%, por lo que podremos decidir elecciones por si mismos.