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El que harto llora…

Es normal que orinemos más frecuentemente durante las épocas de frío./ARCHIVO
Es normal que orinemos más frecuentemente durante las épocas de frío./ARCHIVO
Javier Rivera es un experto en ciencia y director del Planetario del Museo de Historia Natural de Santa Bárbara.
Javier Rivera es un experto en ciencia y director del Planetario del Museo de Historia Natural de Santa Bárbara.

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Ahora sí parece que al fin se acabó el verano, ya que para todos aquellos que nos gusta el clima frío esto es una buena noticia.

Ahora, sin embargo, otros tenemos un pequeño problemita aunque a veces se convierte en un “problemota”: con el frío dan más ganas de orinar o como dicen algunos, “hacer pipí”.

Y esto de veras puede ser un “problemota” porque las ganas nos pueden llegar en los momentos más inoportunos: a la mitad de la película, cuando vamos en el coche, cuando recién salimos con el novio o la novia.

Lo peor es que siempre estamos lejos de un baño… y para acabarla de amolar, justo cuando vamos al baño, meten el gol. ¡No es justo!

Pero, ¿por qué carambas dan más ganas de orinar cuando hace frío? Para resolver este oscuro y enigmático dilema, le pregunté a mi compadre Pedro que es todo un experto en esto de orinar; no porque orina harto, que sí lo hace, sino porque mi compadre es urólogo.

En forma muy simplificada, según mi compadre esto de orinar en frío va más o menos así.

Empecemos por los vasos sanguíneos (venas y arterias), estos se encargan de llevar la sangre por todo nuestro cuerpo, pero también sirven para regular nuestra temperatura corporal.

Échele un ojo a sus manos, ¿puede ver las venitas? Cuando esas venas están cerca de la piel, sueltan calor de la sangre para que nuestro cuerpo se refresque.

Por eso perdemos más calor, y sentimos más frío, por las manos, la planta de los pies y la cabeza, sobre todo si estamos calvos.

Otra cosa, normalmente, tenemos bastante agua en nuestra sangre que se revuelve con residuos de todo tipo de reacciones químicas de nuestras células (residuos de comida, de consumo de energía, etc.).

Cuando la sangre pasa por los riñones, estos remueven esos residuos junto con el agua que sobra.

De los riñones, el agua con residuos (orina) pasa a la vejiga y de allí, por la uretra para terminar en el arbolito o arbusto cuando nos pasa ese “problemota”.

Ahora bien, cuando hace frío, el cerebro cierra un poco los vasos sanguíneos para que no perdamos calor.

Y al apretar esos vasos sanguíneos, sube nuestra presión sanguínea.

Para bajar la presión los riñones sacan más agua de la sangre, se llena nuestra vejiga y finalmente nos dan ganas de “regar las plantitas”.

Así que ya puede usted vivir más tranquila o tranquilo.

Es normal que orinemos más frecuentemente durante las épocas de frío. Lo importante es que estemos conscientes de que nos puede surgir “la nostalgia” en cualquier momento, así que debemos estar preparados y saber dónde está el baño más cercano en todo momento.

Por supuesto que también ayuda si mantenemos las manos, los pies y la cabeza bien tapados y calientitos.

Y como para algunos mantener el estilo es lo más importante, permítanme hacerles unas sugerencias:

Antes que nada, mantener la calma. No peguen de brinquitos ni empiecen a caminar raro.

Y ni se les ocurra correr, a menos que de plano ya no haya salvación.

Dependiendo de su compañía pueden decir desde “voy al baño” hasta “orinita regreso”, pasando por “voy a regar las plantas”, “voy a tirar el miedo”, “voy a pipintarme” o “voy a mi arbolito”.

No es recomendable dejar de tomar agua, en su lugar mejor tomen en cuenta cuánto tiempo tarda en darle ganas de orinar a usted después de beber cualquier líquido. Cada persona es un poco diferente, pero así puede estar preparado o preparada para cualquier situación apremiante.

Bueno, pues ahí los dejo.

No lloren por mi ausencia por que como dice mi compadre Pedro “el que harto llora, muy escaso orina” y tiene mucha razón.