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Estudio dice que antibióticos son muchas veces innecesarios

Por UM
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Un nuevo estudio de Michigan Medicine sugiere que uno de cada 10 niños y aproximadamente 1 de cada 6 adultos con seguro privado recibieron antibióticos que no necesitaron al menos una vez en 2017.

Según los investigadores, 1 de cada 7 pacientes recibió antibióticos innecesarios.

De las recetas de antibióticos para pacientes ambulatorios surtidas por 19.2 millones de niños y adultos estadounidenses con seguro privado de 18 a 64 años de edad en 2017, el 23% no tenía justificación médica, el 36% era potencialmente apropiado y el 28% no estaba asociado con ningún diagnóstico documentado.

La investigación, publicada en British Medical Journal, proporciona las estimaciones más recientes y completas hasta la fecha sobre la idoneidad de los antibióticos para pacientes ambulatorios entre pacientes con seguro privado.

“El uso excesivo de antibióticos sigue siendo rampante y afecta a una enorme cantidad de pacientes”, indica el autor principal Kao-Ping Chua, pediatra en el Hospital C.S. Mott de Niños de la Universidad de Michigan e investigador del Instituto de Política de Salud e Innovación.

“A pesar de décadas de mejora de la calidad e iniciativas educativas, los proveedores siguen escribiendo recetas de antibióticos para enfermedades que podrían mejorar por sí solas”.

Los antibióticos fueron recetados en exceso para la bronquitis, el resfriado común y síntomas relacionados, como la tos, afecciones que los medicamentos no mejoran.

Entre los 3.6 millones de medicamentos recetados con antibióticos inapropiados, el 71 por ciento se escribieron en oficinas médicas, el 6 por ciento en los centros de atención de urgencias y el 5 % en las salas de emergencia.

De acuerdo con un estudio reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los antibióticos son la causa principal de las visitas a la sala de emergencia por negativos efectos secundarios, que pueden incluir reacciones alérgicas, infecciones por hongos y diarrea.

A largo plazo, asegura Chua, la mayor preocupación es que el uso excesivo de antibióticos está contribuyendo al desarrollo de bacterias resistentes a estos fármacos, lo que hace que las enfermedades que antes eran tratables con antibióticos se vuelvan intratables y peligrosas.

“La resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud pública en el mundo, y la gran cantidad de antibióticos que los proveedores prescriben a los pacientes es un importante impulsor de la resistencia”, dice Chua.

Según el CDC Cada año, en los EE. UU., 2 millones de personas se ven afectadas por infecciones resistentes a los antibióticos y 23,000 mueren.

El estudio encontró que la tasa de prescripciones de antibióticos es de 805 por cada 1,000 personas.

Los datos nacionales indican que alrededor de 270 millones de prescripciones de antibióticos son surtidas por farmacias cada año.

“Los proveedores deben eliminar con urgencia las prescripciones que no son necesarias, tanto por el bien de sus pacientes como de la sociedad”, acota Chua.

El experto señala varias posibles explicaciones para prescripciones inapropiadas.

En algunos casos, los pacientes pueden pedir una receta para reducir el sufrimiento, especialmente si en el pasado se les recetaron antibióticos inadecuadamente en situaciones similares, lo que los lleva a creer que los antibióticos son necesarios.

En otros casos, los médicos pueden estar inseguros sobre el diagnóstico.

“Los proveedores tienen buenas intenciones y quieren cuidar a sus pacientes de la mejor manera posible. A veces es difícil diferenciar entre un resfriado y una infección sinusal bacteriana. La incertidumbre diagnóstica es definitivamente un factor”, dice Chua.

“Sin embargo, incluso cuando los proveedores creen que es probable que un paciente tenga un resfriado, nuestra cultura médica los alienta a arriesgarse a tratar en lugar de arriesgarse a tratar mal al recomendar la espera vigilante”.

Chua también señala que el porcentaje de recetas innecesarias puede ser mucho mayor que lo que los números muestran.

Así, 3 de cada 10 recetas no se asociaron con ningún diagnóstico documentado.