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“Guardianes de la Galaxia Vol.2”: los superhéroes más graciosos del universo

“Guardianes de la Galaxia Vol.2”: los superhéroes más graciosos del universo

 

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El polifacético director James Gunn vuelve a la carga con esta extravagante y psicodélica secuela, después de inundar de frescura el universo Marvel y las salas de cine del mundo entero con la primera parte de “Guardianes de la Galaxia (2014)”.

Y es que esta es la franquicia que lo catapultó al éxito como el director de films de superhéroes con mas gancho, sentido del humor y fuerza visual.

Gunn, guionista y director de “Slither: La plaga” (2006) y de la comedia indie de culto “Super” (2010), en la que ya conqueteaba con el tema de los superhéroes, es un veterano del género y tiene un prodigioso sentido del humor, pero es consciente de que superar el éxito de la anterior es casi imposible.

De hecho, en esta producción se nota que se esfuerzan en ser más divertidos para, desafortunadamente, serlo menos.

De todas formas, aunque la secuela no supera a la original, la experiencia cinematográfica en esta hermosa sinfonía cósmica sigue siendo muy entretenida y espectacular.

El film arranca con un flashback en el que un joven ‘Ego’; un Kurt Russell rejuvenecido con efectos visuales de manera muy realista; conduce un descapotable junto a una bella rubia.

Esa rubia es Meredith, la que será madre de “Peter Quill”, y ese es el momento previo a su creación.

Saboreando aún el éxito de su última aventura, “Peter Quill” (Chris Pratt; el humorista que todo el mundo ama) junto a la preciosa y verde ‘Gamora’ (Zoe Saldaña), el enorme ‘Drax’ (Dave Bautista), el simpático roedor ‘Rocket’ (Bradley Cooper) y el ahora bebé ‘Groot’ (Vin Diesel), son de nuevo los Guardianes de la Galaxia.

Su primera misión consiste en proteger unas valiosos baterías para Ayesha (Elisabeth Debicki), la líder de la raza soberana, de un enorme y espantoso monstruo interdimensional a cambio de ‘Nebula’ (Karen Gillian); la hermana de ‘Gamora’.

Esta escena, protagonizada por el ‘Baby Groot’ es una de las secuencias de créditos más originales, simpáticas y alucinantes que he visto en mi vida, y toda una declaración de intenciones del tono gamberro de la película y el hecho de nunca saber lo que puede pasar en un film de esta saga.

La trama, que no brilla por su complejidad, avanza cuando el cleptómano ‘Rocket’ decide robar las mismas baterías que hace un momento protegía con su vida.

Cuando se da cuenta de ello, la líder soberana decide atacar la nave de los Guardianes con toda su artillería, una flota de zánganos.

Después de una carrera espacial entre ‘Quill’ y ‘Rocket’, entre asteroides y naves enemigas para ver quien es mejor piloto, todo es destruido como por arte de magia por una figura misteriosa.

Debido a que su nave está medio destruida, se ven obligados a estrellarse en el planeta más cercano, ‘Berhert’, donde Peter Quill, tras años buscándole, encontrará finalmente a su padre, ‘Ego’.

Una vez allí, Ego invita a su hijo a su enorme castillo acompañado por Gamora y Drax, mientras Rocket y Groot se quedan en la nave para repararla y cuidar de Nebula.

 

‘Ayesha’, cabreada, contrata a ‘Yondu’, Michael Rooker; actor fetiche en la filmografía de ‘Gunn’, y a su equipo para capturar a los Guardianes, pero ‘Yondu’ muestra resistencia a entregar a ‘Quill’, ya que él lo cuidó cómo un padre.

Mientras, en Berhert, ‘Ego’ le cuenta a ‘Quill’ que él es un dios celestial.

Le explica que asumió una apariencia humana para viajar por el universo e interactuar con otras especies, hasta que eventualmente conoció y se enamoró de su madre, ‘Meredith’.

Es aquí donde radica el corazón del film, que como tema principal nos habla de la relación padre e hijo, dejando claro que la paternidad, o la maternidad, van más allá del vinculo genético, ya que es necesario cumplir ese rol desde la infancia y comprometerse en ello.

De forma sorprendente, el personaje de ‘Yondu’ adquiere un peso y una carga emotiva, que es, sin duda, lo mejor del film.

Además, esta segunda entrega también incluye una maravillosa banda sonora, que culmina con la preciosa canción de Cat Stevens “Father and Son” para cerrar el ‘Vol.2’, que da el subtítulo a la película.

A ver que nos espera en la tercera entrega de esta alocada saga, pero parece que más efectos especiales no pueden caber, así que espero que dediquen el tiempo que tienen para conseguir escribir una historia más solida y, a poder ser, más divertida.

Aunque el film esté lleno de chistes, caras conocidas y escenas de infarto, falta más que eso para hacer gran cine.

Sin duda pero, vale la pena irla a ver, ya que aunque no sea una obra maestra, pasar un buen rato y disfrutar del espectáculo está garantizado.

Y no se hace larga en ningún momento, y eso que dura más de dos horas. Además, está plegada de cameos; no sólo el mítico de Stan Lee, sino que hay varios más que es mejor no saber de antemano, aunque en el caso de uno de ellos esperaba que el personaje saliera mucho más.

Cómo nos saben enganchar estos de Marvel.

 

BIO
Geoffrey Cowper es oriundo de Barcelona, graduado en Dirección Cinematográfica de Barcelona y director de varios films, que ha presentado en numerosos festivales de cine.