Suicide Squad: ser malo nunca había sido mejor

 

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Suicide Squad es sin duda el blockbuster más esperado del verano. Estrenándose casi de forma simultánea en todo el mundo, a la espera de conseguir un primer fin de semana record en taquilla.

Este film producido por DC Entertainment es el tercero del DC Extended Universe; un universo formado por cintas basados en comics de la DC y que se caracteriza por tener elementos comunes en su trama, escenarios, personajes y elenco.

“Man of Steel” fue la primera cinta de la nueva era DC, se estrenó en 2013 y recaudó nada menos que $668 millones.

Este año la ha seguido “Batman v Superman: Dawn of Justice”, que consiguió hacerse con $872 millones en todo el mundo.

Ambas películas fueron dirigidas por el visionario director Zack Snyder, autor de films de culto como “300” (2007) y “Watchmen” (2009).

Ahora es el turno de comprobar si “Suicide Squad”, del consagrado guionista y director David Ayer, encargado de escribir films míticos; “The Fast and the Furious” y “Training Day” (2001) y dirigir películas de la talla de “Harsh Times” (2005), la increíble “End of Watch” (2012) y “Fury” (2014); es capaz de superar esos números de infarto y de unir finalmente de la mano tanto al público como a la crítica en una superproducción DC.

Eso, sin embargo, será más complicado, sobre todo teniendo en cuenta que por muy espectacular, entretenida y divertida que resulte esta locura de película, y por mucho que tenga un casting de ensueño, el guión podría haber sido bastante mejor, y sus personajes deberían estar más desarrollados.

Mejorando dichos elementos, seguramente la película se habría catapultado fácilmente al top 250 de la prestigiosa plataforma IMDb. Pero claro, por mucho presupuesto que tenga una película, eso no le asegura obtener un sitio entre las mejores de la historia.

Eso sí, el film arranca a toda vela cuando se nos presenta una agencia secreta del gobierno, liderada por la imponente y letal ‘Amanda Waller’ (Viola Davis) que cree firmemente que la mejor manera de luchar contra los meta humanos es creando un equipo de supervillanos, que están encarcelados gracias a “Batman”.

A estos personajes se les proporciona el arsenal armamentístico que necesiten para llevar a cabo con éxito una misión secreta, la cual es derrotar a una misteriosa entidad que quiere acabar con la humanidad, a cambio simplemente de reducir sus condenas.

La unión de esos convictos forma el “Escuadrón Suicida”, un grupo de individuos despreciables y muy dispares con pasados truculentos y con casi nada que perder.

Están ‘Deadshot’, el tirador más letal del mundo (interpretado por el carismático Will Smith, que se mete al público como siempre en el bolsillo), y ‘Harley Quinn’, la sensual y desequilibrada novia del ‘Joker’ (a quien da vida la espectacular actriz australiana Margot Robbie).

Luego están ‘Rick Flag’ (Joel Kinnaman), el coronel encargado de liderar el grupo aunque sea muy a su pesar; el ‘Capitán Boomerang’ (Jay Courtney), un amoral, pero divertido australiano alcohólico asesino; la perturbadora ‘Encantadora’ (otro rol de la supermodelo Cara Delevingne); ‘Katana’ (Tatsu Yamashiro); ‘Killer Croc’ (Adewale Akinnuoye-Agbaje); el increíble ‘Diablo’ (Jay Hernández) y su habilidad de crear fuego con su cuerpo.

Por su puesto el que todos estábamos esperando: el nuevo ‘Joker’ o mejor dicho, ‘Mr. J’ (interpretado por el camaleónico Jared Leto), encarnado de forma nueva y espectacular.

Leto se hace suyo al villano actual por antonomasia, aunque sin poder superar el increíble trabajo que hizo en su día el fallecido actor Heath Ledger en uno de los mejores films sobre superhéroes de la historia del cine, ‘The Dark Knight’ (2008) de Christopher Nolan.

El primer acto del film no tiene fisuras y consigue un ritmo trepidante gracias a una dirección vertiginosa, unos carismáticos protagonistas y una banda sonora repleta de míticos hits de “The White Stripes”, “Eminem”, “Queen” o “AC/DC” y canciones originales de “Skrillex”, “Lil’Wayne”, “Wiz Khalifa” y “Twenty One Pilots”.

Desafortunadamente, sufre lo que típicamente se llama la crisis del segundo acto: los obstáculos nunca les son difíciles de superar a los protagonistas, a quienes les falta un buen desarrollo y, sobre todo, empatía con el público en la mayoría de los casos, por no mencionar a otro villano sin carisma que simplemente está por estar, sin aportar nada al argumento.

Y es que “Suicide Squad” tiene más ruido que verdadera sustancia.

A pesar de todo, el tono funciona muy bien, y eso no siempre es fácil, especialmente en un film tan barroco y ambicioso como este.

Por suerte, gracias a sus actores en estado de gracia, junto a muchas frases ingeniosas de diálogo consigue hacernos reír en varias ocasiones.

Además tengo que reconocer que el trabajo de arte, maquillaje, caracterización y efectos especiales es tan bueno que sin duda es una película digna de ver en el cine, disfrutar de la experiencia audiovisual y dejarse llevar por su locura.

Es simplemente una lástima que un director como David Ayer, que ha demostrado tanto antes, no haya logrado realizar un film que estuviera al nivel de sus expectativas, a lo mejor simplemente estaban demasiado altas.

Tendremos que esperar a la siguiente entrega para poder disfrutar más de estos memorables personajes.