Deporte

Márquez vuelve a encontrar el límite

Por Agencias
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El inicio de temporada para los pilotos de MotoGP dejó un titular inusual de boca de Marc Márquez. “Hacía mucho que no tenía un fin de semana sin caídas, estable y constante”, resaltó el piloto de Gresini, cuando hizo balance de lo que ocurrió en su estreno con la Ducati. Llamó especialmente la atención para todos la ausencia de caídas para un piloto que durante los últimos cursos acostumbró a liderar el ranking de arrastrones e incluso batió todos los récords; porque en 2023, el ocho veces campeón despidió el año con 29 caídas. Entonces esas cifras eran el reflejo de un intento constante por volver a encontrar la competitividad con Honda y, aunque en la primera toma de contacto con la Desmosedici la moto siempre llegó intacta al box, el español ha vuelto a encontrar los límites una vez se ha sabido competitivo.

De salir con el contador a cero a acumular cuatro caídas en su casillero tan solo hay un gran premio de diferencia para Marc. De hecho, las cuatro veces que el español se fue al suelo durante el GP de Portugal le vuelven a encumbrar en un ranking de arrastrones que nunca le ha gustado liderar y en el que, sin embargo, siempre ha tenido algún protagonismo. Los tres días de acción en Portimao han hecho que en este inicio de temporada, Márquez vuelva a ser el piloto que más veces se ha ido al suelo. La primera caída oficial con la Ducati llegó durante la Práctica del viernes, pero en el primer escenario decisivo del gran premio las buenas sensaciones del ocho veces campeón con la Desmosedici hicieron que ese desliz no le pasara factura.

Pero, ¿cuál fue el motivo por el que Marc estrenó su casillero de caídas? “Simplemente ha salido mi instinto”, reconoció el español, antes de ahondar en la cuestión: “Era el instinto al que estaba habituado con la Honda cuando se movía en la frenada. Iba rápido al vértice derrapando un poco y conseguía frenar la moto con neumático nueva. He intentado frenarla con la Ducati, pero los puntos fuertes de esta moto son otros y los tengo que entender”. Márquez entona el mea culpa, pero al mismo tiempo sacó un aprendizaje valioso que le salvó en el esprint y le dio la segunda posición. Porque en la curva cinco, durante el inicio de la carrera corta, llegaron vibraciones y la solución fue abrir la trazada y levantar la moto antes de que la inclinación fuese insalvable.

También en otro momento clave, una Q2 donde un año antes logró su última pole hasta la fecha en MotoGP, llegó la segunda caída. Pero simplemente fue “por falta de conocimiento, no por ir más rápido de la cuenta”. El arrastrón que sufrió con el cronometrado recién estrenado se saldó con una octava posición de parrilla que, de partida, limitaba sus opciones en carrera y Marc siempre fue consciente de ello. Pero el español “iba encendido” y convencido de que podía volver a liderar una parrilla de MotoGP, olvidando que en sus manos no estaba la moto de siempre: “Encendí un poco antes el ‘rear device’ (trasero) que se activa en la última curva y me bajó antes de entrar, por eso me hizo caer de delante”.

Desde el domingo por la mañana Márquez (junto a Binder y Miller) se puso al frente del ranking de caídas con un tercer arrastrón, que llegó durante el warm up. Fue la primera “caída real por haber apretado demasiado temprano” pero a su favor, el español conservaba todas las opciones de seguir sumando unos puntos que se repartían en carrera. Entonces aguantó, supo controlar mejor el instinto y en los momentos necesarios puso en valor las lecciones aprendidas durante las veces anteriores en las que se fue al suelo. Sin embargo, un desafortunado toque con Bagnaia le dejó liderando en solitario esa lista en la que nadie quiere figurar en lo más alto. “Ha sido un error que no me esperaba de ‘Pecco’. Hemos acabado dos pilotos en la grava pero al final, son cosas que pasan en las carreras”, asumió con cierto toque de resignación Marc, tras un fin de semana donde en lugar de ganar, tocó aprender. Ya llegarán las victorias.