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“Mi hija me lanzó un reto: ¿a que no te atreves?”: el papá mexicano que se volvió viral por ir vestido de rosa a ver Barbie con su hija de 5 años

Por Agencias
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Eleazar Rodríguez Hernández dice que haría todo por su hija Katherine. Hasta vestirse de rosa y ponerse un tutú de bailarina en Nuevo Laredo, Tamaulipas, una ciudad mexicana donde lo que se lleva es el sombrero, el jean y las botas de vaquero.

Dueño de un servicio de grúas, a Eleazar no le da ninguna vergüenza consentir a su hija de 5 años, ni le importa lo que piensen los demás.

Así fue como el día del estreno de Barbie, el live action de la muñeca que ha sido el éxito cinematográfico del verano, Katherine puso a prueba a su papá.

“Mi hija me lanzó un reto: ¿a que no te atreves a ir vestido de rosa? ¿o te da vergüenza?. Le contesté: no pues, vergüenza te va a dar a ti”.

La idea original era que Eleazar vistiera una camisa rosa, pero cuando llegó el momento de prepararse para ir al cine, la niña se puso un tutú y le preguntó a su papá si se atrevía a ponerse otro.

“Yo le dije, pues sí, aunque era un poquito más extremo el reto”, cuenta.

No era la primera vez que padre e hija juegan a los desafíos. Se han lanzado retos al estilo de pasar 12 horas sin celular, dedicar un día completo a hacer tareas o coger todos los juguetes que se pueda en cinco minutos cuando van a una tienda.

La mamá, que ya conoce el humor de Eleazar, siempre los apoya en todos los retos.

“Nosotros somos extrovertidos y si andamos por la calle y escuchamos música, bailamos”.

“Yo aprovecho cada momento que tengo con mi hija. Es una niña alegre, es una niña feliz”.

“Fui al cine con el tutú para complacer a mi hija”

Cuando Katherine está de cumpleaños, su papá le lleva un ramo de rosas a la escuela y hasta le lleva mariachis.

Por eso, vestirse de Barbie para ir al cine, es parte de una relación muy especial con su hija, cuenta Eleazar.

“Yo quiero aclarar que fui al cine con el tutú para complacer a mi hija. La verdad es que estoy muy sorprendido por el alcance que han tenido las fotos, porque nunca lo hice con la finalidad de querer sobresalir en las redes sociales ni mucho menos, simplemente fue algo familiar que se salió de las manos”.

Aunque la fama no era su objetivo, las fotos se hicieron virales y sin que Eleazar se lo imaginara, comenzaron a darle la vuelta al mundo.

“Para mi fue todo muy divertido. Desde el momento que me bajé de mi troca (camioneta) en el parking del cine, la gente empezó a felicitarme y me dieron un poco más de valor porque honestamente, sí estaba un poco apenado”.

Cuenta que su camioneta es grande y que nadie se imaginaría que el conductor era un hombre vestido de Barbie.

“Tengo una troca grande, alta, doble cabina, tumba burros, todo terreno, como de rancho y la gente esperaba ver bajar a un vaquero, pero el que se bajó fue un vaquero con tutú”, cuenta riéndose.

La mayoría de los hombres en el cine se acercaron a decirle que era muy valiente por vestirse de esa manera. Incluso algunas personas le pidieron sacarse fotos y lo felicitaban diciéndole que era muy bonito lo que hacía por su hija.

“No importa si te pones tutú, falda o pistola, no te cambia lo que eres. Un tutú no te hace ni más ni menos hombre”, dice.

Una infancia desafiante

La gente en Nuevo Laredo lo conoce por su servicio de grúas “El Grillo”, el sobrenombre que lo ha acompañado toda su vida.

Pero cuando termina su jornada laboral, dice Eleazar, se dedica completamente a su familia.

“Yo soy un hombre alegre. Antes de entrar a mi casa, dejo en la puerta todos los problemas, el estrés, las deudas y me dedico a ser papá y esposo”.

Esa alegría de vivir, cuenta este padre, viene porque tuvo una infancia desafiante.

“Yo fui criado por madre soltera, entonces estoy tratando de ser la figura paterna que a mi me hubiera gustado tener”.

“Me tocó trabajar y ser adulto desde muy niño y por eso veo la vida diferente, porque me tocó batallar muy duro. Entonces, la seguridad que me da mi familia es lo que me mantiene feliz”.

Una felicidad que lo hace jugar con su hija todo el tiempo y responder a los retos que ella le pone.

“Me ha tocado en casa ser modelo de maquillaje, de uñas, hasta de chongos”, refiriéndose a un tipo de peinado.

“Por complacer a mi familia haría lo que fuera”.