Nada de importancia ha sido logrado sin una lucha.
Ningún boxeador obtiene un campeonato o un titulo mundial sin una buena pelea.
La vida también es así…
Hay ocasiones en que tenemos que luchar por lo que queremos y lo que creemos, pero no luchamos solos, la Biblia dice en Romanos 8:31, “Si Dios es con nosotros ¿quién contra nosotros?”
Esta palabra nos llena de entusiasmo y nos da gran seguridad.
El Mundo y las mentalidades religiosas han hecho un trabajo excelente tratando de convencernos que Dios está enojado con nosotros, que está molesto con nuestro comportamiento.
Esta manera de pensar afecta nuestro enfoque.
Es por ello que piénsalo de esta manera; cuando hacemos cosas que no estamos orgullosos de ellas nos sentimos culpables y por ende, actuamos con un sentido de culpabilidad.
Sentimos vergüenza, nos sentimos inadecuados y en ocasiones nos consideramos como fracasados.
Todos esos sentimientos nos llevan a ver a Dios de una manera completamente diferente.
Muchas veces recordamos las palabras de nuestras madres cuando éramos niños… “no hagas eso, Dios te va a castigar”, pero aunque las intenciones de nuestras madres eran las mejores; esa expresión está muy lejos de la realidad.
Dios es amor.
La esencia de Dios es el amor; es lo que Él es.
Él no posee amor, Él es amor, pero a la vez, Él no es simplemente amor.
Él es el amor incondicional, amor perfecto, por eso tenemos que aprender a renovar nuestra mentes (renovar nuestro entendimiento) y a pensar como Dios piensa.
Mis pensamientos determinan lo que siento, cuando empiezo a reemplazar mis pensamientos con sus pensamientos comienzo a sentirme y verme como Dios me diseño.
Me comienzo a sentir bendecido, lleno de gozo paz y con una actitud que dice: “todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
Esa es la actitud conquistadora que Dios quiere que tengamos. Puedo hacer mis sueños realidad.
“Tomaré una pelea, pero voy a vencer porque el Dios que cree en mí dice que soy más que vencedor.
Es muy importante recordar que nuestra relación con Dios no está basada en nuestra fidelidad, sino en el la fidelidad de Dios.
Esto fue lo que Pablo le recordó a Timoteo (2 Timoteo 2:13):
“si somos infieles, El permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo.”
Esto me llena de mucha esperanza porque he cometido mis errores (más de lo que quisiera recordar), y para ser sincero hay una gran probabilidad de que cometa aún más, pero gracias doy a Dios este pacto de gracia no se basa en mi fidelidad, se basa en la de Él.
Cuando esta revelación es parte de mi vida puedo acercarme a Dios desde una perspectiva diferente.
Tal vez Él es no está de acuerdo con algunas de las decisiones que hemos hecho, pero su amor por nosotros no depende de nuestra buena conducta, sino que depende de su gran amor perfecto e incondicional.
Nunca te olvides de esto “¡Dios está a tu lado!”, y Él quiere que los sueños que ha puesto en tu corazón se hagan una realidad a pesar de le adversidad.
El sueño referente a tu destino, tu familia, tu salud, tu matrimonio, tu negocio.
Dios está a tu favor y tiene un gran futuro en mente para ti.
“Sólo yo sé los planes que tengo para ustedes. Son planes para su bien, y no para su mal, para que tengan un futuro lleno de esperanza”, Jeremías 29:11.
Miguel Montano, es el Pastor de la Iglesia “Word of Life Santa Bárbara” y ha sido columnista para varias publicaciones de Estados Unidos y Puerto Rico.