Por Redacción
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El Atlético de Madrid sufrió una contundente derrota de 4-0 ante el Benfica en la Liga de Campeones el miércoles, marcando la peor goleada del conjunto colchonero en torneos europeos en los últimos tres años, según los registros de la UEFA.
Este descalabro igualó el peor margen de derrota del club en competiciones continentales, una situación que no vivía desde 2021, cuando cayó ante el Bayern Múnich con el mismo marcador en la fase de grupos del máximo torneo europeo de clubes.
El equipo dirigido por el técnico argentino Diego Simeone mostró serias deficiencias en el Estadio da Luz, donde el Benfica impuso su dominio de principio a fin.
«Ellos fueron mejores en todo momento», admitió Simeone tras el encuentro. «La responsabilidad es mía de generar lo que quise generar. No apareció».
Estas declaraciones reflejaron la frustración del técnico, que no pudo encontrar la fórmula para contrarrestar el ataque luso.
El resultado fue histórico para el Benfica, que igualó el mayor margen de victoria de un equipo portugués contra uno español en la Liga de Campeones o Copa Europea. La última vez que el conjunto lisboeta había logrado una victoria similar fue en febrero de 1965, cuando goleó 5-1 al Real Madrid, un resultado que también quedó grabado en la memoria del fútbol portugués.
Un dominio total del Benfica
Desde el inicio del partido, el equipo local dejó claro su objetivo de asfixiar al Atlético. El primer gol llegó a los 13 minutos, obra de Muhammed Kerem Akturkoglu, quien aprovechó un error defensivo del Atlético para abrir el marcador. En la segunda mitad, el argentino Ángel Di María, Alexander Bah y Orkun Kökçü aumentaron la ventaja con sendos goles, dejando al cuadro madrileño sin capacidad de respuesta.
Di María y Kökçü convirtieron desde el punto penal, aprovechando las desconcentraciones de la defensa colchonera, que no tuvo su mejor noche.
«Aprovecharon todos los errores que cometimos y la verdad es que tuvieron una contundencia enorme. Merecieron ganar», reconoció Simeone.
Los jugadores del Benfica, bien organizados y eficaces, hicieron parecer a la defensa rojiblanca irreconocible, especialmente considerando la reputación del Atlético como un equipo que suele ser impenetrable en el fondo.
El contexto del descalabro
La abultada derrota del Atlético de Madrid se produce pocos días después de un tenso derbi ante el Real Madrid. El pasado domingo, el conjunto colchonero rescató un empate 1-1 en el Estadio Metropolitano gracias a un gol agónico del argentino Ángel Correa. Aquel empate, que parecía un buen resultado ante el eterno rival, ahora parece haber perdido brillo tras la dolorosa derrota en Portugal.
La defensa, que es el sello distintivo del equipo dirigido por Simeone, no pudo evitar recibir cuatro goles en un encuentro europeo, algo que no sucedía desde hace tiempo. En La Liga, el Atlético tampoco ha mostrado solidez defensiva últimamente, ya que recibió cuatro goles en mayo frente al Osasuna, en su penúltimo partido de la temporada pasada.
El Atlético comenzó bien su campaña europea con una victoria 2-1 sobre el Leipzig en el Metropolitano, pero desde entonces solo ha conseguido una victoria en sus tres partidos de liga, lo que ha generado dudas sobre el rendimiento del equipo en este arranque de temporada. Las expectativas para esta campaña eran altas, pero las recientes actuaciones han dejado preguntas sobre la capacidad del equipo para competir al más alto nivel tanto en el ámbito nacional como en Europa.
Problemas en el Metropolitano
Además de los problemas futbolísticos, el Atlético también enfrenta dificultades fuera del terreno de juego. El club tendrá que cerrar una parte de su estadio durante tres partidos debido a los incidentes protagonizados por algunos de sus seguidores en el derbi contra el Real Madrid. Después del gol del conjunto merengue, algunos aficionados lanzaron objetos al campo, lo que llevó al árbitro a interrumpir el juego y ordenar a los jugadores que se marcharan a los vestuarios.
El partido estuvo detenido durante más de 15 minutos debido a estos disturbios, y la UEFA no tardó en sancionar al club madrileño por el comportamiento de sus hinchas. Estas situaciones extradeportivas, junto con el bajo rendimiento del equipo en la cancha, complican aún más el panorama para el Atlético, que busca enderezar el rumbo en una temporada que comenzó con muchas expectativas.
Próximos desafíos
El Atlético de Madrid deberá reagruparse rápidamente si quiere revertir esta situación. La presión recae especialmente sobre Simeone, quien deberá encontrar la manera de levantar el ánimo de un equipo que parece estar sufriendo tanto física como mentalmente. Los siguientes compromisos del conjunto rojiblanco serán determinantes para evaluar si este mal momento es solo un bache pasajero o si, por el contrario, hay problemas más profundos en la estructura del equipo.
En cualquier caso, la contundente derrota en Lisboa ha dejado una marca en el equipo y sus aficionados, que ahora esperan una reacción inmediata. El próximo partido será clave para medir la capacidad de resiliencia de un Atlético que ha construido su identidad en torno a la lucha y el sacrificio, valores que deberán volver a emerger si desean competir a nivel europeo y recuperar la confianza perdida.