El presidente, Joe Biden, apoyó este jueves que los demócratas aprueben su reforma migratoria, ahora mismo estancada en el Congreso, a través de un mecanismo legislativo conocido como reconciliación que les permite prescindir de los republicanos, informó la agencia Efe.
Para ello, los demócratas tienen que incluir la regularización masiva dentro de un paquete de gasto social de $3.5 mil millones de dólares al que los republicanos se oponen en bloque.
La reconciliación es un mecanismo legislativo extraordinario, el cual permite aprobar proyectos de ley económicos con una mayoría simple de 50 votos, exactamente los que tienen los demócratas en el Senado, en vez de los 60 que hacen falta normalmente para pasar leyes como una reforma migratoria.
Biden hizo este anuncio tras reunirse en la Casa Blanca con la vicepresidenta, Kamala Harris, y un grupo de legisladores demócratas que impulsan en el Congreso la reforma migratoria.
Los mandatarios “expresaron su firme apoyo para incluir la reforma migratoria en la próxima legislación de reconciliación”, indicaron en un comunicado la Casa Blanca.
El Presidente dijo que así, varios grupos de inmigrantes podrán “obtener caminos tan esperados hacia la ciudadanía”.
Asimismo, la Vicepresidente Harris, anunció este una estrategia para abordar la migración desde Centroamérica, que, además de combatir la corrupción o a la violencia en los lugares de origen, incluye el apoyo de otros Gobiernos.
El plan también incluye el apoyo de empresas estadounidenses, de acuerdo con varios medios.
La estrategia se concentra en Guatemala, El Salvador y Honduras, países que integran el llamado Triángulo Norte de Centroamérica, de donde provienen el mayor flujo de migrantes que busca llegar a Estados Unidos.
Harris admitió en un comunicado que el compromiso de EEUU “a menudo no ha sido coherente” y “ha dejado de trabajar en la región”, especialmente en los últimos años.
De allí que basará su estrategia en cinco pilares como son abordar la inseguridad económica y la desigualdad.
Así como combatir la corrupción, fortalecer la gobernanza democrática y promover el estado de derecho, y promover el respeto por los derechos humanos, los derechos laborales y la libertad de prensa. También contrarrestar y prevenir la violencia.
Kamala Harris presentó el plan de inmigración que también contempla combatir la extorsión y otros delitos perpetrados por bandas criminales, redes de trata de personas y otras organizaciones del crimen organizado y combatir la violencia sexual, de género y doméstica.
La iniciativa, que Harris describió como “de gran alcance”, se centra “en alianzas con otros Gobiernos, instituciones internacionales, empresas, fundaciones y la sociedad civil”.
La vicepresidenta aseguró que EE.UU. ya recibió el compromiso de México, y que la Casa Blanca ya tiene el apoyo de Japón, Corea del Sur y las Naciones Unidas para “proporcionar alivio a la región”.
Además, Harris buscó diferenciar esta nueva estrategia de la impulsada por el expresidente Barack Obama con objetivos similares.
Harris resaltó que su Administración trabajará más con el sector privado, un socio que ha sido “infrautilizado” en el pasado.
Kamala Harris asumió en marzo pasado la misión de reducir la inmigración desde Centroamérica, lo que la llevó en junio pasado a Guatemala y México.
Durante una conferencia telefónica, el enviado especial del Departamento de Estado para el Triángulo Norte, Ricardo Zúñiga, incidió en la importancia de sumar al sector privado a la estrategia.
“Estamos preparados para trabajar con quienes están preparados para trabajar con nosotros en combatir la corrupción y la impunidad”, explicó.
Sobre la decisión de paralizar la cooperación con el Ministerio Público de Guatemala después de la destitución del fiscal anticorrupción de ese país, Juan Francisco Sandoval, Zúñiga ratificó la posición de Washington, de acuerdo con la agencia de noticias. Archivado como: Joe Biden reforma migratoria.