Por Agencias
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El candidato elegido por la Casa Blanca para dirigir el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), se llama Mark Morgan y se cree capaz de adivinar si un niño inmigrante terminará en la pandilla criminal MS-13, o Mara Salvatrucha, con sólo mirarle a los ojos.
“He estado en centros de detención donde me he encontrado con estos individuos a los que se llama menores, de 17 años o menos. Les he visto y les miré a los ojos y he dicho que pronto será miembro de la banda MS-13, es imposible equivocarse”, señaló en una entrevista en enero.
Morgan hizo estas declaraciones en un programa muy radical de la muy conservadora cadena Fox News, la preferida del presidente, Donald Trump.
Lo dijo en enero, antes de ser nominado por Trump en mayo como candidato para dirigir el ICE (tiene que confirmarlo el Senado, de mayoría republicana).
Morgan, “un verdadero creyente y patriota estadounidense”, según Trump, sustituía así como nominado a Ron Vitiello, a quien el presidente dejó caer después de que su candidatura pasara meses estancada en el Senado.
El presidente arguyó que seleccionaría en su lugar a alguien “más duro”.
Ese candidato “más duro” fue finalmente Morgan, que había ejercido como director de la Patrulla Fronteriza desde 2016 por decisión del demócrata Barack Obama, pero perdió su puesto tras la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Pese a ello, Morgan había defendido públicamente y a través de la cadena Fox, el mejor escaparate para lograr la atención de Trump, las políticas duras del presidente contra los inmigrantes.
Culpó al Congreso de la “emergencia nacional” en la frontera, y presumió de conocer de primera mano lo que estaba sucediendo.
En cinco meses, se convirtió en uno de los mayores defensores de la política migratoria presidencial en televisión con casi un centenar de apariciones, según el medio virtual The HuffPost.
Eso, paradójicamente, podría complicar su aprobación por parte del Senado, según dicho medio, puesto que ha llegado defender políticas como la separación de familias en la frontera, ha negado que se enjaulara a niños, y ha criticado que el Congreso no haya solucionado esta “crisis” pudiendo hacerlo “en 15 minutos”.
En ese contexto se encuadran sus declaraciones sobre los menores inmigrantes, a los que dice haber mirado a los ojos y pronosticado su pronta integración en la Mara Salvatrucha.
Ni siquiera los llama menores sino “individuos a los que se llama menores”, quizá haciendo referencia a las dudas que pueda plantear su edad cuando llegan, huyendo de la violencia y la miseria, sin su certificado de nacimiento.
Respecto a la Mara Salvatrucha, que se formó en los años 80 en Los Ángeles, y no en El Salvador como la mayoría cree, con refugiados huidos de la violencia centroamericana, ha sido utilizada habitualmente por Trump para vincular en sus discursos inmigración y violencia (aunque las estadísticas demuestran que los migrantes cometen menos crímenes que los estadounidenses).
Su actividad pandillera en Centroamérica parece contribuir al flujo de migrantes que huyen en dirección a Estados Unidos, pero el Servicio de Investigación del Congreso considera difícil determinar que los menores no acompañados que cruzan la frontera, aumenten de forma significativa las filas de estos grupos criminales.
En el año fiscal 2017, por ejemplo, las autoridades migratorias atraparon a 310,531 inmigrantes indocumentados, de los que sólo 228 fueron identificados como miembros de la MS-13.
Ese mismo año fueron interceptados 41,435 menores cruzando ilegalmente la frontera, pero no se detalló cuántos eran pandilleros.
Además, incluso aunque se detenga a menores ya en Estados Unidos por pertenecer a la MS-13, es complicado determinar si fueron reclutados dentro del país o llegaron ya como pandilleros. Todo esto, según el Servicio de Investigación del Congreso, citando fuentes y estudios oficiales. γ