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Día Nacional del Doctor: Vidas dedicadas a la salud

Celebrando a médicos de la Costa Central

Por Carlos Hernández
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A lo largo de la historia de la humanidad la salud ha sido un tema esencial en la existencialidad del ser humano, y donde los médicos han cumplido desde siempre un rol vital.

Es así como desde 1938, cada año se celebra el Día Nacional del Médico, y este año el 30 de marzo será ese día para honrar y celebrar a cientos de miles de doctores que a diario salvan las vidas de millones.

DRA. Uldine Castel

Medicina Familiar y Viróloga Especializada.

Departamento de Salud Pública del Condado de VTA.

La Doctora Castel trae la medicina en la sangre, puesto que su padre Louis “Lou” Netzer practicó la profesión por más de 30 años, hasta llevarlo a Bolivia donde ayudaba a comunidades rurales marginales en la riviera del mismo Río Amazonas.

“Mi padre fue mi inspiración fundamental para convertirme en médico. Todo cambió luego de haber estudiado en Rusia, y trabajar como intérprete de doctores rusos que tenían un proyecto en con una organización en Washington D.C. Ahí me dí cuenta que no quería ser sólo traductora, sino estar del otro lado: estudiar medicina”, indica la galena.

Es así como la Dra. Castel, originaria de Santa Ynez, estudio dos años para lograr los prerrequisitos para entrar a la Escuela de Medicina de la Pytel University de Filadelfia, que es donde se graduó en 1996.

Luego regresó a sus raíces en la Costa Central, gracias a que además es una experta viróloga, inició como doctora en el Departamento de Epidemiología del Condado de Ventura ayudando a pacientes con VIH y SIDA.

“Para mí ser médico es una vocación, lo que más me llena de alegría es poder ayudar a cualquier persona, a ser partícipe de mejoras en su salud y en su vida. Es una sensación gratificante poder hacer esas diferencias”, explica la galena.

Es así como la Dra. Castel, desde hace 4 años se reparte su tiempo entre su posición de Médica de Medicina Familiar en el Condado, 3 días a la semana y 2 en su clínica privada localizada en Ventura.

“Disfrutó mucho de mi práctica privada, pero no hay nada mejor para mí que trabajar en la Salud Pública, porque se puede llegar a más personas que les es más difícil el acceso a la salud, es mi parte favorita de estar en la medicina”, comparte.

Y es que ese espíritu altruista de ayudar desinteresadamente, lo trae la doctora desde principios de su carrera, ya que recién graduada ayudó a tratar por un año a su padre en Bolivia con su fundación donde ayudó a cientos de pacientes.

Para la Dra. Castel su profesión es más que eso, explica sentirse agradecida por tener el conocimiento y la habilidad de poder ayudar a cualquiera.

“Me siento afortunada de ser doctora, porque ha veces es un paciente, ha veces un familiar, una amistad. Tengo una madre anciana, que ha veces necesita atención y que mejor que dársela yo”.

Creo que la parte más dura e ser doctora es navegar en el sistema de salud, con tanta burocracia que hay actualmente, sabemos que es lo mejor para el paciente, pero en ocasiones no se nos permite ayudarlos por el sistema mismo.

“Lo más gratificante es que el momento cuando le paciente siente que hice una diferencia en su vida y puede ver los beneficios en su salud y tener un mejor estilo de vida”, indica Castel.

Para la Dra. Castel la imagen de los doctores, sobre todo los que laboran en los Departamentos de Salud Pública se ha politizado demasiado, y eso es algo negativo para la sociedad.

“Luego de lo que paso con la pandemia y como gente no cree en la ciencia, puede producir que muchos no quieran trabajar en el sistema público, y eso es terrible porque hay una necesidad inmensa de doctores para tratar enfermedades endémicas como la diabetes, el problema de los opioides, entre muchos”, explica la galena.

La Dra. Castel y su esposo de origen catalán Fabían, con quien tiene dos hijos, piensa celebrar su día junto a sus colegas en el almuerzo que las autoridades de Salud Pública, les ofrecerá este 30 de marzo.

La labor altruista de la Dra. Castel altruista no para, ya que forma parte de un Comité que planea abrir la primera clínica en el Condado dedicada exclusivamente para la prevención y tratamiento del VIH, donde se darían los tratamientos de prevención como Prep.

Y es que para la doctora su profesión es todo, ya que sí pudiese retroceder el tiempo asegura se dedicaría a lo mismo.

“Absolutamente, porque al final del día, sin importar que tan duro haya sido, o las vicisitudes del sistema, tengo la habilidad y ese regalo de poder ayudar a las personas. Porque personalmente esto fue lo que siempre quise hacer y al final de mi vida saber que lo hice me sentiré feliz que lo hice”, finaliza.

DR THOMAS DUNCAN

Para el Dr. Thomas Duncan, Director de la Unidad de Cirugía y Trauma del Condado de Ventura en el Centro Médico del Condado (VCMC), la labor galena es una por la que desde adolescente se sintió atraído.

“Tenía 15 años y siempre estaba armando y desarmando autos a escala y todo tipo de artefactos electrónicos. En Nigeria, el papá de uno de mis amigos era doctor y veía como él ayudaba con su profesión a muchas personas y quería ser como él, luego ser cirujano se dio porque siempre fui bueno con mis manos”, explica el Dr. Duncan.

El Dr. además indica como alguna vez pensó que su carrera de medicina no se daría, “porque no era exactamente el mejor estudiante en el mundo”, pero que gracias a su esfuerzo y perseverancia fue como llegó hasta adonde está hoy.

El Cirujano llegó a trabajar al VCMC, en 1998, donde ha estado hasta la fecha, con excepción de un lapso de 2 años (2005-2007) donde estuvo trabajando en Atlanta.

Su labor ha sido tan exitosa a lo largo de los años que en enero ganó el “Premio al Servicio Distinguido del Presidente de la Asociación Este de Trauma Quirúrgico (EAST). 

Dicho premio es otorgado cada año como máximo a 3 de entre los más de 3,400 miembros médicos, y el cual honra las destacadas contribuciones del Dr. Duncan a la atención de los pacientes con traumatismos en todos los niveles. 

Y es que la carrera de más de 20 años del Dr. Duncan como cirujano general inició con sus estudios en la Universidad de Chicago, luego en la escuela de Medicina de la Midwestern University, para realizar su internado en cirugía general en el Charles R. Drew de la UCLA en Los Ángeles.

“Lo más gratificante, es ver a un paciente que llega en dolor por apendicitis, o han estado en un accidente, o han sido baleados o acuchillados, y saber que con nuestra labor le salvo la vida y la gratitud que expresan, es la razón por lo que soy cirujano”, explica.

Ha pesar de ser un exitoso especialista, y literalmente salvar a diario la vida de muchos, no todo es color de rosa en la labor de Duncan, ya que él ha sido víctima de racismo por parte de algunos pacientes.

“Es lamentable que en estos tiempos, aún hayan prejuicios así. He lidiado con ello docenas de veces, ha habido familiares no quieren que los atienda por mi color de piel. En una ocasión un hombre me dijo ‘no quiero que uno de su tipo opere a mi esposa’, y en otra ocasión un hombre que había sido apuñalado me dijo ‘no quiero que uste me toque’”, comparte.

El Dr. Duncan, quien atiende un promedio de 4 a 8 cirugías a la semana, indica que estas cosas son difíciles de asimilar, pero que él siempre se mantiene con profesionalidad y ética, ya que para él lo más importante siempre es la salud de las personas.

Es por ello que para el doctor, el ser cirujano es una de las ramas de la medicina más difíciles que hay, ya que no sólo envuelve las habilidades y la máxima precisión de manos que requiere esta delicada profesión, sino sobre todo el aspecto mental que demanda.

“Una de las cosas que más he aprendido de ser cirujano es que uno debe de ser fuerte mental y psicológicamente, de saber tomar decisiones en cuestión de segundos, basado en toda la información que se tiene, porque por sobre todo está el bienestar del paciente”.

Aún así para el especialista, esto no es lo más difícil de la profesión, sino el ver a ese niño o ese adolescente que entra en emergencias por que el hermano, el amigo o alguien disparó una pistola sin querer, o alguien se peleó con alguien y termina con una bala o acuchillado. 

“Ver como una vida joven y vibrante se pierde, esa charla con su familia y darles malas noticias por algo verdaderamente evitable, ver como esas familias quedan destrozadas, para mí es lo más difícil de la profesión, porque en la escuela de medicina no se habla a profundidad de esto, sino se va a prendiendo en el día a día y es algo que desgasta”, explica.

Y es que para Duncan lo más importante es la prevención, y menciona como el Colegio de Cirujanos Estadounidenses se ha fijado la meta de tener cero muertes prevenibles en el futuro.

“Si tuviéramos la prevención muy inculcada en la cultura estadounidense, no tendríamos esas tragedias prevenibles que a diario llegan a las salas de emergencias, Eso sin duda salvaría muchas vidas”, recalcó el cirujano.

Por último el galeno, quien está felizmente casado y tiene dos hijas, indica que el Día del Médico, siempre es celebrado en el VCMC.

“Lo celebramos juntos con un almuerzo con los doctores del Hospital de Santa Paula, es una celebración muy cordial, las enfermeras y personal administrativo se encargan de servirnos, y la pasamos bien. Luego, para el día de las Enfermeras, nosotros somos quienes les servimos, y es que nuestra labor no sería posible sin las enfermeras, y es algo que apreció muchísimo”, finaliza.

DR. BRYCE HOLDERNESS

El Dr. Bryce Holderness señala que no hay doctores en su familia, por lo que siempre pensó que iba a ser científico.

“Estaba estudiando microbiología, pero un profesor en la UCSB me mandó a ser voluntario a la Clínica Neighborhood de Isla Vista, tenía 19-20 años, y luego de sólo dos sesiones me di cuenta que esa interacción social y poder ayudar a los demás siempre me ha gustado. Así fue como salió la pasión por ser doctor”.

El Dr. Holderness atiende un promedio de 17 pacientes al día, donde mezcla esta labor con las función de Director de Medicina Interna en el Centro Médico de Las Positas de Samsun, y también Director del Cuidado de Riesgo.

El galeno su carrera la forjó primero en la UCSB, luego en la Escuela de Medicina de la USC y realizó su internado en la UC San Diego.

El médico originario de la Zona de la Bahía de San Francisco, compartió que lo más satisfactorio de su labor es el impacto que tiene en la vida de tod@s los pacientes. 

“Me hice doctor por el aspecto científico de poder ayudar a los demás y esa interacción personal con otros. Es muy gratificante el saber que podemos hacer una diferencia positiva en la vida de las personas y de la comunidad en general”.

Y es que para el Doctor al igual que para sus colegas entrevistados, al sanar la salud de una persona se ayuda a la salud pública.

Sin embargo, para el Dr. Holderness al igual que sus otros colegas, ven con tristeza y frustración como la imagen de los doctores se ha politizado luego de la pandemia del Covid.

“Es una lástima que las personas no crean en la ciencia. Yo soy científico y en ocasiones me frustra que por desinformación o negligencia las personas expongan sus vidas”, explica el galeno, añadiendo que en la comunidad de SB y en California, se han seguido la mayoría de las ordenes sanitarias, ya que lamentablemente fue una zona muy impactada por muertes en el COVID.

Cuando salva una vida, el Dr. Holderness asegura sentirse feliz de ayudarles, pero comenta que al final el tener una mejor salud es una decisión personal.

“Es decisión de ellos, yo sólo les guio junto a mi equipo, y les ayudó para que eso pasé. Para mi lo esencial es practicar una medicina proactiva y no reactiva, es decir prevenir las enfermedades y no tratarlas”, explica Holderness.

Es así como el doctor en Medicina Familiar, explica que en marzo que es el “Mes de la Lucha contra el Cáncer”, la Samsun Clinic ha tomado esa vía, por lo cual desde ahora se revisan a los pacientes a partir de los 45 años y no de los 50.

“Se ha comprobado que este cáncer inicia antes de lo que se pensaba por lo que estamos actuando para prevenir”, indica el galeno.

El Dr. Holderness indica que lamentablemente la labor de los galenos se ha hecho más complicada con el paso de los años, debido a factores externos a la salud.

“Probablemente el reto más grande de practicar medicina es navegar esa área gris de la burocracia entre el sistema de salud y las aseguradoras, porque en algunas veces ponen muchas barreras a la hora de hacer nuestro trabajo”, comenta. 

Es así como el Dr. Holderness explica que de acuerdo al Colegio Estadounidense de Doctores, para cumplir todas las labores administrativas y atender el número ideal de pacientes al día, los médicos necesitarían un total de 26.7 horas diarias.

“Practicar medicina se está volviendo mas difícil, pero también es cierto que hay un gran futuro en la lucha contra las enfermedades, gracias a muchísimos avances científicos”.

Las celebraciones del Día del Doctor, son imperantes y el galenos lo celebrara junto a su equipo con una celebración en su clínica.

“Es un día que lo celebramos en grupo, y en casa con mi familia”, finalizó el Dr. Holderness quien reside en Santa Bárbara con su esposa con quien tiene dos hijos.