Por Agencias
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Los casos de coronavirus seguían creciendo con rapidez en Tonga y las pruebas confirmaron que la variante ómicron, especialmente contagiosa, estaba detrás de los primeros contagios locales en la aislada nación del Pacífico desde el comienzo de la pandemia, según dijeron las autoridades el jueves.
Otras 31 personas dieron positivo, lo que casi multiplicaba por dos el número de casos activos en Tonga por segundo día consecutivo a un total de 64, según dijo el ministro de Salud, Saia Piukala, citado por la web de noticias Matangi Tonga y otros medios.
Aunque el número puede parecer pequeño, el país de 105.000 habitantes había conseguido evitar hasta ahora las infecciones salvo por un único caso de un misionero que regresó a Tonga de África el pasado octubre y que fue aislado con éxito.
Pero con las entregas de ayuda internacional crucial tras la enorme erupción el 15 de enero de un volcán submarino y el posterior tsunami, dos trabajadores del puerto dieron positivo en COVID-19 a principios de la semana pasada.
Pese a los esfuerzos por contener el brote, se ha ido expandiendo y ya se ha identificado en más zonas, dijo Piukala.
Cinco muestras enviadas a Australia para su análisis confirmaron que se trataba de la variante ómicron del virus, señaló.
Se han confirmado tres muertes por la erupción y el tsunami y varios asentamientos en islas exteriores quedaron destruidos.
Una gruesa capa de ceniza volcánica cubrió la isla principal, contaminó buena parte del agua potable y podría haber dañado los cultivos.
El único cable de fibra óptica que llega a la isla quedó cortado por la erupción, lo que hace las comunicaciones esporádicas en el mejor de los casos.
Ahora que hay varias zonas en cuarentena total, el Ministerio de Educación ha empezado a dar clases a domicilio a través de la radio FM.
Cruz Roja y otras autoridades de salud han advertido que el frágil sistema de salud de Tonga podría verse sobrepasado con rapidez mientras intenta hacer frente al mismo tiempo a las consecuencias de una catástrofe natural y del brote de coronavirus.
Además, el aislamiento de Tonga, que ayudó a protegerla del virus durante más de dos años, se convierte ahora en un inconveniente que complica la llegada de ayuda exterior.
En un atisbo de esperanza, Piukala dijo que por el momento los nuevos pacientes sólo habían tenido síntomas leves y estaban todos vacunados salvo por los niños.
No dijo cuántos niños se habían visto afectados.
El programa de vacunación de Tonga ya marchaba a buen ritmo, pero el brote ha hecho que miles de personas acudan a recibir sus primeras dosis o inyecciones de refuerzo.
Para el miércoles, el 98% de la población que podía hacerlo, de 12 años en adelante, había recibido al menos una dosis, y el 88% estaba completamente vacunada.
Más del 67% de la población total de Tonga ha completado su vacunación, según el Ministerio de Salud.