Por Agencias
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La libertad reproductiva ocupó un lugar central en el discurso de Biden sobre el Estado de la Unión, pero los defensores del derecho al aborto tuvieron reacciones encontradas y expresaron su preocupación por el hecho de que el presidente intentara sacar provecho de lo que será un tema primordial en la campaña, al tiempo que evitó utilizar la palabra “aborto”.
El derecho al aborto ha mostrado ser un tema que mueve a los votantes e impulsa a los demócratas desde que la Corte Suprema de Estados Unidos puso fin al derecho constitucional a la interrupción voluntaria del embarazo hace casi dos años. La cuestión podría ser crucial en la contienda presidencial y en las elecciones al Congreso de este año.
Durante el discurso del jueves, Biden se desvió de lo que había preparado, saltándose la palabra “aborto” y utilizando en su lugar las frases “libertad reproductiva” o “libertad para elegir”.
La palabra se utilizó una vez en su discurso preparado, cuando presentó a Kate Cox, una mujer de Texas que se vio obligada a huir del estado para abortar tras descubrir que su feto tenía una enfermedad mortal y quien fue invitada al evento por la primera dama Jill Biden. El texto decía: “Porque la ley de Texas prohibía el aborto”. En lugar de eso, dijo: “Porque la ley de Texas obstruía su capacidad de actuar”.
Es habitual que los funcionarios electos, especialmente Biden, se salgan del guion o hagan retoques sobre la marcha por multitud de razones.
“Al no decir la palabra ‘aborto’, da a entender que es tabú o algo de lo que hay que avergonzarse”, señaló Kellie Copeland, directora ejecutiva de Pro-Choice Ohio. “Es estigmatizante y perjudicial. El presidente debería hacerlo mejor”.
Amy Hagstrom Miller, presidenta y directora general de Whole Woman’s Health, que gestiona clínicas abortistas en Maryland, Minnesota, Nuevo México y Virginia, comentó que hubo un “alboroto” en toda la organización y que los miembros del personal se enviaban mensajes de texto con sus reacciones.
“El aborto es lo que proporcionamos y lo que se le niega a la gente”, dijo. “La gente no nos llama para una consulta de libertad reproductiva. No piden una consulta de autonomía corporal o un procedimiento de elección. Nos llaman para que les practiquemos un aborto, y aborto es un término médico profesional para la atención sanitaria que ofrecemos. Evitar la palabra sólo muestra el poder del estigma histórico en torno al aborto”.
El rechazo a la forma en que abordó la cuestión en su discurso sobre el Estado de la Unión es el último ejemplo de la tensa historia de Biden con el tema. Muchos miembros del movimiento por el derecho al aborto lo consideran desde hace tiempo un mensajero imperfecto.
Biden se opuso inicialmente a la sentencia Roe vs. Wade de 1973, por considerar que iba demasiado lejos. También se opuso a la financiación federal del aborto y apoyó las restricciones a los abortos en etapas avanzadas del embarazo.
La estrategia del equipo de campaña de Biden consiste en dejar que el presidente sea quien es: un hombre católico de 81 años cuyas opiniones sobre el tema han evolucionado y que sigue sin utilizar mucho la palabra aborto. Sus asesores también quieren poner de relieve su evolución sobre el tema y cómo sigue lidiando con lo que puede ser un asunto incómodo, pero que cree firmemente en la libertad de elección.
“Donald Trump, por otro lado, ha utilizado repetidamente un lenguaje repugnante y despectivo al referirse a las mujeres, e instaurará una prohibición nacional del aborto”, afirmó Lauren Hitt, portavoz del equipo de campaña de Biden. “La elección en estos comicios es increíblemente clara”.
Trump se ha atribuido el mérito de nombrar a tres jueces de la Corte Suprema que hicieron posible la anulación del fallo del caso Roe vs. Wade.
Los asesores de Biden creen que puede llegar a una franja más amplia de votantes enmarcando la cuestión en torno a la libertad reproductiva, ya que las consecuencias de la decisión de la Corte Suprema de anular el fallo del caso Roe vs. Wade han ido más allá del acceso al aborto y se han extendido a áreas como la fecundación in vitro y el control de la natalidad.
Es una estrategia que quizá atraiga a algunos votantes, pero podría alejar a otros, indicó Sophia Jordán Wallace, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Washington.
“La cuestión es si la gente cree sinceramente que este planteamiento se debe a que está pensando en el aborto además de otros temas, o si está utilizando ese planteamiento para evitar decir la palabra ‘aborto’ debido a la incomodidad”, dijo. Añadió que Biden podría ser más explícito sobre cómo ha cambiado su perspectiva sobre el aborto, algo con lo que muchos votantes podrían identificarse.
“Es una historia que pueden hacer suya”, aseveró.
Las encuestas han revelado que los estadounidenses apoyan ampliamente el derecho al aborto, y los votantes de siete estados han reafirmado este derecho o han repelido los intentos de debilitarlo desde la sentencia de la Corte Suprema. Una encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research realizada en junio de 2023 reveló que cerca de dos tercios (64%) de los adultos de Estados Unidos consideran que el aborto debería ser legal al menos en algunas circunstancias. Otra encuesta realizada más tarde ese mismo año también reveló que el 60% de los adultos de Estados Unidos cree que el resultado de las elecciones de 2024 será muy importante para las políticas sobre el aborto.
Muchos defensores del aborto afirman que quieren ver a Biden ofrecer un apoyo más rotundo al derecho al aborto en particular, y han dicho que perciben incomodidad en su forma de hablar sobre el tema.
“El aborto podría muy bien ser el tema sobre el que giren las elecciones”, afirmó Nourbese Flint, presidenta del grupo nacional por la justicia del aborto All(asterisk) Above All Action Fund. “Si el presidente Biden quiere hablar al electorado estadounidense, sea cual sea su fe, debería utilizar su posición privilegiada para ser osado sobre el acceso al aborto”.
El discurso sobre el Estado de la Unión fue la última muestra de la complicada relación de Biden con el tema.
La semana pasada le dijo a The New Yorker: “Nunca he sido partidario de, ya sabes, ‘es mi cuerpo, puedo hacer lo que quiera con él’”.
En Nueva York el mes pasado, Biden se refirió a sí mismo como “católico practicante” antes de decir: “No quiero el aborto a la carta, pero pensé que Roe vs. Wade lo había hecho bien”. Utilizó palabras similares en el 51er aniversario de esa decisión judicial.
Y durante un evento de recaudación de fondos en Maryland el año pasado para su campaña de reelección, manifestó: “Soy católico practicante. No soy partidario del aborto. Pero, ¿saben qué? Roe vs. Wade lo hizo bien”.
Las activistas también han criticado el uso que hace Biden de la expresión “aborto a la carta”, que, según ellas, fue en su día un grito de guerra a favor del derecho al aborto pero fue cooptado por el movimiento antiabortista.
“Esos comentarios sobre el aborto a la carta están relacionados con el estigma que rodea al aborto”, señaló la doctora Jamila Perritt, presidenta y directora general de Physicians for Reproductive Health.
Aun así, dijo, “tenemos que dejar claro que estamos mucho mejor bajo ese liderazgo que bajo el de quienes quieren prohibir el aborto rotundamente”.
Biden ha pedido repetidamente al Congreso que restablezca las protecciones de la sentencia Roe vs. Wade, y su gobierno ha tomado varias medidas para mejorar el acceso a los servicios de salud reproductiva, como defender la aprobación por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) del fármaco abortivo mifepristona, y apoyar a la agencia para que las farmacias obtengan la certificación necesaria para dispensar el fármaco.
Las agencias federales bajo su administración también han mejorado el acceso al aborto para los veteranos y los miembros del ejército, han emitido directrices que recuerdan a los proveedores de abortos sus protecciones federales cuando realizan abortos durante emergencias médicas, y han presentado demandas para defender el derecho a viajar a otro estado para la atención del aborto.
Biden ha recibido el apoyo de las principales organizaciones de defensa del derecho al aborto, entre ellas Planned Parenthood y Reproductive Freedom for All, cuya directora ejecutiva, Mini Timmaraju, elogió a Biden por hablar “enérgicamente sobre los daños de la prohibición del aborto y los ataques a la fecundación in vitro” en su discurso sobre el Estado de la Unión.
Biden aprovechó parte de su discurso para dar las gracias a la vicepresidenta Kamala Harris, que ha emprendido una gira por varios estados en favor de la libertad reproductiva.
Jennifer Driver, directora sénior de derechos reproductivos en State Innovation Exchange, calificó a Harris de “campeona del derecho al aborto″, pero añadió: “También necesitamos que el presidente se haga oír en este tema”.