Por Agencias
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La base de Iowa (22 años y 1,83 m) fue elegida por Indiana Fever como número del draft de esta madrugada en el Brooklyn Academy of Music.
No por esperado deja de ser una gran noticia. Caitlin Clark (22 años y 1,83 m) fue seleccionado por Indiana Fever como número uno del draft, que se celebró esta madrugada en el Brooklyn Academy of Music. “He estado soñando con este momento desde que estaba en segundo grado. Me lo he ganado, por eso estoy tan orgulloso de ello”, aseguró tras ser elegida a la ESPN la base de Des Moins, que dará el gran salto desde baloncesto universitario hasta una WNBA que no solo recluta a una jugadora extraordinaria, rompedora de récords, sino una chica de oro que ha dejado un impacto imborrable en la NCAA. Y que su franquicia ha notado mucho antes de que ella vistiera su camiseta por primera vez.
Y para muestra, un botón. Las Fever solo tuvieron un partido retransmitido a nivel nacional la pasada temporada. En la próxima, en la del estreno de Clark, la televisión emitirá 36 de sus 40 encuentros a todo el país. Once de ellos serán por ABC (dos), por ESPN (cinco) y ESPN2 (uno), CBS (dos) y CBS Sports Network (uno). Su estreno, por ESPN 2, será en la madrugada del 14 al 15 de mayo ante Connecticut Sun, que ha visto aumentar el precio de las entradas para ese día un 91% desde que la de Des Moins entrará en el draft.
Audiencias y entradas
No es anecdótico. El precio para el primer duelo de las Fever en casa, en la madrugada del 16 al 17 de mayo, ante New York Liberty, ha crecido un 50% desde ese mismo día y la reventa de las entradas para ver a Indiana en su pabellón está actualmente en 182 dólares, un aumento del 136% con respecto al 2023, según la plataforma de entradas SeakGeek. Según ESPN, estos bruscos crecimientos solo se ven en la NBA y cuando un jugador de la talla de LeBron James cambia de equipo.
Las grandes cadenas estadounidenses no quieran desperdiciar ni una migaja del pastel que ya se sirvió en el March Madness, donde los encuentros de Iowa no pararon de destruir barreras, con su máxima expresión en la final de la NCAA entre South Carolina y Iowa: el partido tuvo una audiencia media de 18,9 millones de espectadores, con un pico de 24,1 millones.
Comparemos. El duelo más visto en la historia de la WNBA fue el cuarto de las Finales de 2023 entre Las Vegas Aces y New York Liberty con un seguimiento medio de 889.000 televidentes y un máximo de 1,3 millones. Hablamos de una décima parte del obtenido por la segunda final de Clark en el March Madness. En la NBA, para ver el último enfrentamiento de las Finales con más seguimiento hay que retroceder hasta el quinto de 2017 entre Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers (24,5 millones).
Clarkmanía
El nivel de Clarkmanía en Estados Unidos es tal que muchos comparan su impacto en el baloncesto con el de Taylor Swift en la música. “Las dos están llevando sus respectivas industrias a un nivel”, aseguran en Forbes. “Los fans de Swift dominan la industria musical; ella es claramente una de las artistas mejor pagadas en la historia del entretenimiento en comparación tanto con sus pares como con la historia. Clark también está dominando el baloncesto femenino y atrayendo más interés por el juego que cualquier otro momento en la historia del deporte universitario”.
Clark es una jugadora especial, rápida con el balón e inteligente sin él. Su rango de tiro exterior es una maravilla al igual que su capacidad para la penetración. Una promesa generacional que antes de dar el salto al profesionalismo ya cobraba 3,6 millones de dólares por sus derechos NIL (Name, Image, Likeness), una compensación que los deportistas universitarios pueden recibir por lo que genera su imagen (promociones, publicidad, marca) desde el 1 de julio de 2021.
Era la primera jugadora en la NCAA en ingresos seguida por Angela Reese y sus 1,8 millones. Y la cuarta a nivel global, según On3, tras Bronny James, el hijo de LeBron (4,9), Shedeur Sanders (fútbol americano, 4,7) y Livvy Dunne (gimnasta, 3,6). Clark llegó a contar con 13 patrocinadores diferentes: Bose, Buick, Gainbridge, Gatorade, Goldam Sachs, H&R Block, Hy-Vee, Nike, Panini, Shoot-A-Way, State Farm, The Vinyl Studio y Topps.
Dinero que no dejará de percibir en la WNBA. Incluso, sus ganancias podrían aumentar en otro medio millón, según un portavoz de la Liga, citado por ESPN,… al margen de su salario rookie de 76.535 dólares. La cifra ascenderá hasta los 97.582 dólares en su cuarto y último año de contrato de novata.
Rompedora de récords
Y, ¿cómo ha llegado a todo esto Clark? Sencillo de explicar, aunque no tan sencillo de hacer. Empecemos. La base se convirtió en marzo en la máxima anotadora de siempre en la NCAA (masculina y femenina) tras dejar atrás la marca que estableció en 1970 el mítico Pete Maravich con 3.667 tantos. El nuevo tope, el suyo, está en 3.951 tantos. Antes, cayeron los 3.649 que colocó Lynette Woodard en 1981 en el baloncesto universitario femenino.
¿Hay más? Hay más. La nueva jugadora de Indiana terminó su última temporada en Iowa con 1.234 puntos, 121 más que los 1.113 que Kelsey Plum puso como techo en la NCAA en un solo año. Hasta Stephen Curry vio borrado su nombre como máximo triplista en una sola campaña universitaria. Sus 162 dianas en 2008 se quedaron obsoletas ante las 201 que Clark acertó esta temporada. Y como no todo es anotación, se quedó a tan solo 22 de superar el récord de asistencias de Andrea Nagy (1.165 por 1.144). Su única espina, despedirse de la NCAA sin el gran título tras dos derrotas seguidas en la final. Agua pasada, la WNBA la espera. Y el mundo del baloncesto, también. “Traspasaría a todo mi equipo por ella”, declaró anónimamente un mánager general de la Liga. Queda todo dicho.