Por Agencias
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La Ciudad de Nueva York se alistó para dar la bienvenida al nuevo año – y decir adiós a otros 12 meses marcados por la pandemia – mientras se preparaba para recuperar su celebración de Nochevieja en Times Square.
Y todo esto en un momento en que el país trata de ser optimista acerca de que lo peor de la pandemia ha quedado atrás, a pesar de que las autoridades sanitarias advirtieron el viernes en contra de las celebraciones desenfrenadas en pleno repunte de los contagios de COVID -19 provocado por la variante ómicron.
La ciudad dijo que limitaría el número de personas que entrarían a Times Square para presenciar en vivo el descenso de una bola de 6 toneladas, con cerca de 2.700 cristales de Waterford incrustados, sobre unos 15.000 espectadores, muchos menos que las decenas de miles de fiesteros que solían congregarse en la icónica plaza para disfrutar de las luces, la fiesta y la lluvia de confeti en el evento de fin de año más popular del país.
“Estamos muy contentos de volver a recibir visitantes en Times Square este fin de año”, dijo Tom Harris, presidente de la Times Square Alliance. “Nuestro objetivo es tener un evento seguro y responsable para que el mundo lo vea”.
El descenso de la bola tendrá lugar el viernes, cuando el reloj marque la medianoche y el cambio de año, una ocasión que solía celebrarse con champán, brindis con cerveza, abrazos de alegría y la esperanza de que vengan tiempos mejores.
Pero 2022 comienza justo como su predecesor: con la pandemia empañando un futuro ya incierto.
Las dudas sobre la cancelación planearon sobre la fiesta este año luego de que en los últimos días la ciudad registró cifras récord de contagios y otras, como Atlanta, decidieron anular sus celebraciones.
El año pasado, el descenso de la bola estuvo cerrado al público por la pandemia.
En Estados Unidos, los casos de coronavirus han aumentado a niveles récord con un promedio de más de 265.000 infecciones por día.
La Ciudad de Nueva York registró su peor marca – más de 39.590 nuevos casos reportados – el martes, según datos estatales.
Pero el alcalde, Bill de Blasio, que dejará de estar al frente de la ciudad más poblada del país a medianoche, dijo que los festejos en Times Square “mostrarán al mundo que la Ciudad de Nueva York está luchando para salir adelante”.
Las autoridades dijeron que asistan al espectáculo deben llevar mascarilla y mostrar una prueba de vacunación.
En un primer momento, los organizadores esperaban juntar a más de 50.000 personas, pero sus planes se recortaron drásticamente por los contagios.
El rapero y actor LL Cool J iba a protagonizar una de las actuaciones del espectáculo, pero anunció su ausencia tras dar positivo al COVID-19.
El nuevo alcalde de la ciudad, Eric Adams, que jurará su cargo en Times Square poco después del cambio de año, expresó el jueves su esperanza de que 2022 sea “un nuevo inicio de nuestra resiliencia”.
Este era un sentimiento compartido por la gente en la calle.
Las hermanas Mary y Vanessa Anyakwo, ambas estudiantes universitarias, también se mostraban moderadamente optimistas mientras contemplaban Times Square en una escapada desde su casa en los suburbios de Elmsford, Nueva York.
“Me siento mucho más esperanzada que el año pasado porque creo que tenemos muchas más facilidades” para abordar la pandemia, afirmó Mary, de 20 años.
Vanessa, de 22 años, dijo a la multitud: “El año pasado, a estas alturas, (…) no pensé que esto fuera a ser así”.
Paolo Brügger, un banquero de Zúrich, Suiza, reflexionó sobre un mundo harto de soportar ola tras ola del coronavirus un año después de que 2021 comenzara con esperanza por las vacunas.
Su optimismo se vio mermado por la nueva realidad mundial de que la pandemia continuará presente en el año nuevo.
“Mucha gente se está preguntando ahora ‘¿Esto va a ser así cada año, cuando llegue el frío, tendremos una nueva variante y volveremos a la casilla de salida?’”, Dijo Brügger, de 55 años.
Sin embargo, era “extremadamente optimista” sobre 2022, en parte por las vacunas y las nuevas terapias contra el COVID-19, y en parte, dijo riendo, “porque no puede ser peor que los últimos dos años”.