Por Redacción
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En su aparición del martes en el popular programa de entrevistas “The View” de ABC, la vicepresidenta Kamala Harris fue incapaz de señalar una decisión que habría tomado de manera diferente a la del presidente Joe Biden, lo que subraya el desafío que enfrenta al intentar presentarse como una candidata capaz de generar el cambio que los votantes buscan, mientras se mantiene como una leal integrante del gobierno actual.
“Obviamente, somos dos personas distintas”, declaró Harris durante la entrevista. “Aportaré mis propias sensibilidades a mi forma de gobernar”. Sin embargo, cuando fue presionada por los presentadores para que detallara en qué situaciones habría divergido de Biden si hubiera estado a cargo, su respuesta fue: “No me viene nada a la mente”.
Esa declaración fue rápidamente difundida por los republicanos, quienes aprovecharon la falta de distanciamiento de Harris respecto al presidente, algo que incluso en privado algunos de sus asesores lamentaron. No fue sino hasta más tarde en el programa cuando Harris pudo identificar una diferencia: habría incluido a un republicano en su gabinete, algo que Biden no ha hecho.
“Yo acogería con gusto las ideas de un republicano”, dijo Harris, “porque no me preocupa dejar que el orgullo se interponga en el camino de una buena idea”.
La participación de Harris en “The View” es parte de una intensa campaña mediática que la ha llevado de estudio en estudio por la ciudad de Nueva York. Tras su aparición en el programa matutino, continuó su jornada hablando con el reconocido presentador de radio Howard Stern. Durante esa entrevista, Harris aprovechó para arremeter contra el expresidente Donald Trump.
“Creo que Donald Trump quiere ser un dictador”, dijo sin rodeos. “Admira a los hombres fuertes y se deja engañar por ellos porque cree que son sus amigos”. Harris también expresó su preocupación por el estado actual de la política estadounidense, admitiendo que “literalmente, se me va el sueño” pensando en las elecciones, debido a que “hay mucho en juego”.
Más tarde, Harris cerraría su día de entrevistas con una aparición en el programa nocturno de Stephen Colbert, en una clara muestra de su esfuerzo por captar la atención de un electorado clave que aún necesita convencer.
Estas intervenciones públicas se producen apenas un día después de su entrevista en el programa “60 Minutes” de CBS, que se transmitió el lunes por la noche, y tras su aparición en el podcast de Anderson Cooper, emitido el domingo. La intensa agenda de medios llega en un momento crucial para la candidata, ya que la votación anticipada ha comenzado y los días para influir en los votantes son cada vez más escasos.
A medida que avanza la campaña presidencial, Harris enfrenta la tarea de darse a conocer mejor ante los votantes estadounidenses, muchos de los cuales aún no tienen una idea clara de quién es ella o de lo que representa. Este enfoque mediático marca un fuerte contraste con la etapa inicial de su candidatura, cuando evitaba dar entrevistas tras reemplazar a Biden en la contienda presidencial. Ahora, la vicepresidenta parece haber reconocido la necesidad de ser más visible y activa si quiere derrotar al candidato republicano Donald Trump.
La demócrata tiene un desafío particular: reconectar con los votantes desilusionados que, en palabras de la encuestadora demócrata Anna Greenberg, sienten que “todos los políticos son iguales, dicen lo mismo, no conocen mi vida, y no puedo identificarme con ellos en absoluto”. Greenberg sostiene que Harris debe mostrar cercanía y confianza si quiere atraer a esos electores, lo que resulta esencial para movilizar a quienes se sienten desconectados del sistema político.
Jennifer Harris, exdirectora de economía en la Casa Blanca, destacó que la candidata tiene una tarea más ardua debido a las circunstancias en las que llegó a la nominación demócrata. “No tuvimos una larga elección primaria para conocer a Kamala Harris de la forma en que muchos votantes están acostumbrados a conocer a sus candidatos”, explicó. Por eso, Harris ahora debe esforzarse por mostrar los principios y el instinto que guiarán sus decisiones en la presidencia, y que los votantes puedan confiar en su capacidad para liderar en una etapa crucial para el país.
El futuro político de Harris se juega en esta recta final de la campaña, y con el tiempo corriendo en su contra, cada aparición pública es una oportunidad para conectar con los votantes y demostrar que, aunque leal al actual presidente, tiene una visión propia y está lista para liderar al país en su próxima etapa.