Por Agencias
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Los ingleses arrasaron en su primer partido del Mundial con una goleada por 6-2 a Irán. Saka y Bellingham, de los más destacados.
Sin el brazalete arcoíris, pero con Jude Bellingham, Bukayo Saka, Raheem Sterling y Marcus Rashford. Así se estrenó la selección inglesa en el Mundial de Qatar, que ya conoce todos los peligros de Gareth Southgate. Los Three Lions se olvidaron del naufragio en la Nations League y devoraron a Irán por 6-2 en su primer partido de fase de grupos. Fue un monólogo inglés, pero antes de empezar, los jugadores de Irán aprovecharon los prolegómenos para reivindicar los derechos de las mujeres de su país, reprimidas por no utilizar el velo, y decidieron no cantar el himno.
Era un buen momento para pedir justicia, así que, acto seguido, los once de Southgate posaron la rodilla en defensa de la inclusión y en contra del racismo. Y eso a pesar de que la FA, la federación inglesa de fútbol, cedió ante las exigencias de la FIFA y no colocó a Harry Kane el brazalete arcoíris llamado One Love en defensa del movimiento LGTBIQ+. Pero Inglaterra tardó poco en centrarse en el partido, y después de que el portero titular iraní, Beyranvand, se marchara sustituido por un golpe en la cabeza, Declan Rice cogió el timón de su equipo, muy agresivo.
El medio del West Ham fue el capitán de los Three Lions, sobresalió en la tarea de la distribución, y aunque Inglaterra tardó más de media hora en abrir la caja de truenos, la espera valió la pena: Shaw colgó un balón al área y Bellingham -hasta entonces ausente- llegó de cabeza para hacer un golazo y el 1-0. Entretanto, las buenas incorporaciones los laterales ingleses habían ido achicando a Irán, que trató de refugiarse en su área sin éxito hasta que Saka hizo el 2-0 con una formidable volea. El balón besó el larguero y acabó dentro, pero medio gol fue de Harry Maguire, tan discutido por su presencia en el once como consentido por los iraníes en el juego aéreo.
Poco antes del 1-0 ya había chocado un balón con el larguero, y a la segunda oportunidad, sirvió al talentoso extremo del Arsenal el gol de la calma. Quedaban emociones por vivir en los 14 minutos de prolongación de la primera parte -por la lesión del portero iraní, y los ingleses le sacaron todo el jugo.
Por eso, antes del descanso, Sterling, de espuela, subió el 3-0 al marcador estadio internacional Khalifa, y mientras Southgate mandaba prepararse a Dier, Foden, Grealish y Rashford; Saka completaba su show personal con el 4-0 de jugada rápida, con Inglaterra recuperando y lanzándose a portería contraria. Las rotaciones estaban a punto de llegar, pero Taremi, el líder de Irán y del Oporto, hizo el 4-1 para hacer el gol del orgullo. Entonces Maguire se retiró mareado, entró el equipo B, pero no bajó el nivel de los de Southgate y Rashford y Grealish completaron la goleada.