La Escuelita Para Padres

Era un pensamiento que decía que niñ@s creen todo lo que los adultos les dicen. 

Si les dice que el ratón vendrá en la noche por su diente y traerá dinero, lo creerán, que Santa les traerá regalos, lo creerán, que el duende los observa si se portan bien, te creerán. 

Tristemente, también te creen cuando les dices que son tont@s, floj@s, insoportables. 

¿Por qué dirán cosas hirientes los padres y madres si aman tanto a sus hij@s? 

¿Será por el cansancio del trabajo todo el día? 

¿El estrés económico cuando no alcanza para pagar las cuentas? 

¿Porqué así fueron criados ell@s? ¿Por ignorancia al no saber cómo ser mejores padres y madres? 

Cualquiera que sea la respuesta, es irresponsable, erronéa y debe cambiar, debemos cortar el círculo vicioso.

Recuerdo claramente cuando era pequeña y vivía en México, mi vecina se la pasaba gritando a sus hij!s. 

Todos los días era lo mismo, mi corazón latía fuerte y se me quería salir del pecho cuando miraba que la señora tomaba una piedra y amenazaba con tirársela a su hija si no hacía caso.  

“Te voy a matar”, le gritaba. 

La niña lloraba y a gritos le pedía a su mamá que no lo hiciera, que diferente hubiera sido si la mamá se hubiera sentado con su hija para platicar sobre el problema y tratar de buscar una solución. 

Entiendo que los padres criaron a sus hij@s con lo poco que sabían. 

Hicieron lo mejor que pudieron con los recursos y lo poco que sabían.

Lo que no entiendo es por qué algunos padres y madres optan por seguir ese patrón. Creen que con gritos y golpes son buenos guías. 

En el fútbol, por ejemplo, siempre veo a algún padre regañando a su hij@ porque cometió un error, falló un gol o no juega como él quiere. 

Escuché a un padre decirle a su hijo. 

“Tanto que prácticas y ¿para qué?”. El niño lloraba mientras caminaban al carro rumbo a casa.e imagino que estaba triste por haber perdido pero además avergonzado de que su padre lo regañó en público, delante de sus amigos. 

El partido de fútbol, que debería ser divertido, se convirtió en un momento estresante y con malos recuerdos. 

Expertos recomiendan que por cada cosa negativa o regaño que diga a su hijo, busque 5 cosas positivas para decirle durante el día. 

Lo invito a que lo intente, especialmente si es de los padres autoritarios que se la pasa regañando a sus hij@s por todo y por nada. 

Use la regla 1 y 5, imagínese lo mucho que afecta a los niñ@s solo escuchar cosas malas de los padres. 

Qué hiciste esto mal, que por qué no hiciste aquello. 

¿Cuándo fue la última vez que le dijo a su hijo que hizo algo bien? 

Que está orgulloso de él/ella? ¿Que le dio un halago? Los niños creen lo que dicen los padres. 

Dígale a sus hij@s que son inteligentes, especiales, fuertes y únicos… ell@s lo creeran.