Por Agencias
[email protected]
Tras una polémica entrevista de la pequeña, la artista y su hermana Jamie Lynn se enfrentan públicamente con la cuestión de la tutela legal de la cantante como telón de fondo.
“Esto es vergonzoso”.
Con ese adjetivo tan descriptivo le ha pedido, casi rogado, Jamie Lynn Spears —de 30 años— a su archifamosa hermana, la cantante Britney Spears —de 40— que ambas entierren el hacha de guerra que la propia Jamie Lynn decidió sacar hace unos días y que ha puesto a las Spears en el ojo del huracán.
Las acusaciones entre ambas se vienen replicando desde hace días y, ahora, la pequeña de la familia parece haber pedido un alto el fuego para que esta guerra acabe.
Hace casi una semana que empezó este enfrentamiento fraterno que está haciendo correr ríos de tinta y, sobre todo, de Stories y tuits, puesto que buena parte de la historia se está desarrollando en las redes sociales.
Sin embargo, empezó de forma más convencional: durante una entrevista de Jamie Lynn en el muy seguido programa matinal Good Morning America (cuya segunda parte se emitió en el nocturno Nightline) de la cadena estadounidense ABC, donde fue a promocionar una autobiografía que está a punto de lanzar, Things I Should Have Said (Cosas que debí decir).
La charla fue el miércoles, pero algunos fragmentos que se filtraron días antes ya mostraron lo que opinaba la joven de su hermana y, en concreto, de la tutela paternal bajo la que ha estado durante 13 años y de la que logró liberarse hace unos meses.
Jamie Lynn habló acerca de ello en el programa, explicando que cuando esa tutela empezó ella apenas tenía 17 años y estaba embarazada de su primer hijo, una situación que le hizo esta ajena en parte a todo lo que Britney estaba pasando, y que solo ha logrado ir asimilando con el paso de los años.
“Siempre he sido el mayor apoyo de mi hermana”, aseguraba Jamie Lynn en Good Morning America. “Cuando ella ha necesitado ayuda, me he asegurado de conseguírsela. He hecho todo lo que he podido para asegurarme de que ella tenía los contactos que necesitaba para seguir adelante y acabar con la tutela, acabar con esto para toda nuestra familia. Si esto va a causar tantos problemas, ¿por qué seguir con ello?”, afirmaba en un discurso entre ingenuo y autoconvencido.
Sin embargo, desde el primer minuto esas palabras no convencieron a la superestrella de la canción.
Ya antes de esa entrevista se sabía que la relación entre las hermanas era tensa; a principios de enero Britney había dejado de seguir a Jamie Lynn en redes sociales y había comentado que no le gustaba que su hermana —que ha hecho algunos trabajos como cantante pero que principalmente desarrolla su trabajo como actriz— fuera a entregas de premios y cantara sus canciones.
“Mi supuesto sistema de apoyo me ha herido profundamente”, llegó a decir.
Después de la entrevista, algunas fuentes cercanas a Britney filtraron a los tabloides estadounidenses —una información que siempre hay que tomarse con cautela— que la cantante estaba cansada de que su familia siempre fuera una piedra en su zapato.
Pero no hubo que esperar mucho más para conocer la reacción de la propia artista, que publicó un largo alegato en sus redes sociales el viernes por la mañana.
En el texto afirmaba que había dos cuestiones que la habían sacado de quicio de las palabras de su hermana.
La primera era que hace casi 15 años, cuando empezó toda la cuestión acerca de su tutela, no tenía demasiada cercanía con Jamie Lynn.
“¿Entonces por qué está hablando de todo ello, a no ser que sea porque quiere vender libros a mi costa?”, se preguntaba en Twitter ante sus casi 56 millones de seguidores.
“Nunca ha tenido que trabajar para conseguir nada. Le han dado todo hecho”, es la segunda y dura acusación que le lanzaba la Spears mayor a la pequeña.
Además, hablaba sin ambages del resto de su familia: “Sí, arruinaron mis sueños […] En la Biblia se dice: ‘Pedid y se os dará’, pues en mi vida no, no con mi familia […] A mi familia le encanta hundirme y herirme, por eso estoy tan enfadada con ellos”.
Y, cómo no, tras la acusación de Britney, llegó la defensa de Jamie Lynn, que aseguró que “era lo último” que quería hacer, pero que en horas tenía su defensa preparada. “Brit, siempre estaré aquí para ti, sabes que detrás de bambalinas siempre he estado ahí. Resulta agotador cuando las conversaciones y los mensajes privados no cuadran con lo que cuelgas en redes sociales.
Sé que estás pasando por mucho y no quiero subestimarlo, pero tampoco quiero subestimarme a mí misma”, aseguraba, explicando que lo que se había dicho en redes no era “la verdad”.
Además, también hablaba de que su familia había recibido “amenazas de muerte” por las acusaciones de Britney contra ella.
“Siento pinchar la burbuja de mi hermana, pero mi libro no va sobre ella.
No puedo evitar haber nacido como una Spears también, y que algunas de mis experiencias la impliquen.
He trabajado duro desde antes incluso de mi adolescencia y he construido mi carrera más allá de ser simplemente la hermana pequeña de alguien”, se defiende la actriz, que afirma que no hay posicionamientos por una parte u otra y que no quiere “dramas”, pero que tiene que sacarlo para “curar el trauma, cerrar este capítulo y avanzar”. “Le deseo a mi hermana que haga lo mismo. Venga lo que venga, siempre querré a mi hermana mayor y estaré aquí para ella.
Es tiempo de ponerle un cierre a este caos tan poco saludable que ha controlado mi vida durante tanto tiempo”.
La cosa, obviamente, no quedó ahí, y fue Britney quien contestó, asegurando que se dejara de mentiras. Jamie Lynn contó en su entrevista en ABC que su hermana mayor una vez se había encerrado en una habitación con ella y con un cuchillo, y la cantante quiso negarlo, de nuevo en Twitter.
“Por favor, deja ya esas mentiras para libros sobre Hollywood. Solo la escoria se inventaría esas cosas sobre alguien. Estoy muy confundida de que te inventes esas cosas porque no te pega nada […] Enhorabuena por enseñarle a tu hermana mayor el concepto de caer bajo, más bajo, de lo más bajo, porque ahí has ganado”.
La respuesta de Jamie Lynn no fue directa, pero unas horas más tarde colgaba una frase en sus Stories de Instagram: “Nadie ensucia tu nombre más que alguien que teme que le cuentes al mundo la verdad”.
El fin de semana hubo más respuestas, pero parece que ya algo más sosegadas. El sábado Britney, también en Twitter, contestó.
“Jamie Lynn, no creo que todo tu libro vaya sobre mí”, arrancaba, explicando que había dicho “cosas un poco duras” sobre ella: “Porque tú obviamente me has hecho daño con las cosas que te has inventado sobre mí”.
Además, reconocía que tanto ella como su hermana habían “trabajado duro” durante toda su vida para labrarse sus carreras, pero le insistía en que la familia había sido mucho peor con ella.
“Me habéis tratado fatal, estoy completamente en shock, y papá ni siquiera está en la cárcel, ¡venga ya!”, argumenta Britney contra su hermana, en un tono de lamento, pero algo más conciliador. “Se supone que tendríamos que ser la una, el apoyo de la otra, pero lo que dices me confunde. Todo lo que sé es que te quiero incondicionalmente. Así que sigue, di lo que tengas que decir… ¡para una familia enfrentarse así públicamente! Dices que me quieres, pero tu lealtad todavía está del lado de la gente que más me ha herido”, asegura, también diciéndole a su hermana que la quiere y la admira por su fuerza.
Las aguas parecen, por el momento, haberse calmado gracias a ese mensaje de Britney y a la respuesta de Jamie Lynn, que también le ha rogado a su hermana en sus Stories de Instagram que la llamara, que había intentado hablar con ella muchas veces y no lo había conseguido.
“Mientras tanto, abandona la narrativa de que no he estado ahí para ti o de que me estoy inventando cosas […] Esto es vergonzoso y tiene que parar. Te quiero”. El último, o penúltimo capítulo de esta historia, también se ha escrito en los Stories de Instagram de la pequeña de las hermanas, donde ha colgado una frase atribuida a Martin Luther King: “El odio no puede acabar con el odio, solo el amor puede lograrlo”.
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Tras una polémica entrevista de la pequeña, la artista y su hermana Jamie Lynn se enfrentan públicamente con la cuestión de la tutela legal de la cantante como telón de fondo.
“Esto es vergonzoso”.
Con ese adjetivo tan descriptivo le ha pedido, casi rogado, Jamie Lynn Spears —de 30 años— a su archifamosa hermana, la cantante Britney Spears —de 40— que ambas entierren el hacha de guerra que la propia Jamie Lynn decidió sacar hace unos días y que ha puesto a las Spears en el ojo del huracán.
Las acusaciones entre ambas se vienen replicando desde hace días y, ahora, la pequeña de la familia parece haber pedido un alto el fuego para que esta guerra acabe.
Hace casi una semana que empezó este enfrentamiento fraterno que está haciendo correr ríos de tinta y, sobre todo, de Stories y tuits, puesto que buena parte de la historia se está desarrollando en las redes sociales.
Sin embargo, empezó de forma más convencional: durante una entrevista de Jamie Lynn en el muy seguido programa matinal Good Morning America (cuya segunda parte se emitió en el nocturno Nightline) de la cadena estadounidense ABC, donde fue a promocionar una autobiografía que está a punto de lanzar, Things I Should Have Said (Cosas que debí decir).
La charla fue el miércoles, pero algunos fragmentos que se filtraron días antes ya mostraron lo que opinaba la joven de su hermana y, en concreto, de la tutela paternal bajo la que ha estado durante 13 años y de la que logró liberarse hace unos meses.
Jamie Lynn habló acerca de ello en el programa, explicando que cuando esa tutela empezó ella apenas tenía 17 años y estaba embarazada de su primer hijo, una situación que le hizo esta ajena en parte a todo lo que Britney estaba pasando, y que solo ha logrado ir asimilando con el paso de los años.
“Siempre he sido el mayor apoyo de mi hermana”, aseguraba Jamie Lynn en Good Morning America. “Cuando ella ha necesitado ayuda, me he asegurado de conseguírsela. He hecho todo lo que he podido para asegurarme de que ella tenía los contactos que necesitaba para seguir adelante y acabar con la tutela, acabar con esto para toda nuestra familia. Si esto va a causar tantos problemas, ¿por qué seguir con ello?”, afirmaba en un discurso entre ingenuo y autoconvencido.
Sin embargo, desde el primer minuto esas palabras no convencieron a la superestrella de la canción.
Ya antes de esa entrevista se sabía que la relación entre las hermanas era tensa; a principios de enero Britney había dejado de seguir a Jamie Lynn en redes sociales y había comentado que no le gustaba que su hermana —que ha hecho algunos trabajos como cantante pero que principalmente desarrolla su trabajo como actriz— fuera a entregas de premios y cantara sus canciones.
“Mi supuesto sistema de apoyo me ha herido profundamente”, llegó a decir.
Después de la entrevista, algunas fuentes cercanas a Britney filtraron a los tabloides estadounidenses —una información que siempre hay que tomarse con cautela— que la cantante estaba cansada de que su familia siempre fuera una piedra en su zapato.
Pero no hubo que esperar mucho más para conocer la reacción de la propia artista, que publicó un largo alegato en sus redes sociales el viernes por la mañana.
En el texto afirmaba que había dos cuestiones que la habían sacado de quicio de las palabras de su hermana.
La primera era que hace casi 15 años, cuando empezó toda la cuestión acerca de su tutela, no tenía demasiada cercanía con Jamie Lynn.
“¿Entonces por qué está hablando de todo ello, a no ser que sea porque quiere vender libros a mi costa?”, se preguntaba en Twitter ante sus casi 56 millones de seguidores.
“Nunca ha tenido que trabajar para conseguir nada. Le han dado todo hecho”, es la segunda y dura acusación que le lanzaba la Spears mayor a la pequeña.
Además, hablaba sin ambages del resto de su familia: “Sí, arruinaron mis sueños […] En la Biblia se dice: ‘Pedid y se os dará’, pues en mi vida no, no con mi familia […] A mi familia le encanta hundirme y herirme, por eso estoy tan enfadada con ellos”.
Y, cómo no, tras la acusación de Britney, llegó la defensa de Jamie Lynn, que aseguró que “era lo último” que quería hacer, pero que en horas tenía su defensa preparada. “Brit, siempre estaré aquí para ti, sabes que detrás de bambalinas siempre he estado ahí. Resulta agotador cuando las conversaciones y los mensajes privados no cuadran con lo que cuelgas en redes sociales.
Sé que estás pasando por mucho y no quiero subestimarlo, pero tampoco quiero subestimarme a mí misma”, aseguraba, explicando que lo que se había dicho en redes no era “la verdad”.
Además, también hablaba de que su familia había recibido “amenazas de muerte” por las acusaciones de Britney contra ella.
“Siento pinchar la burbuja de mi hermana, pero mi libro no va sobre ella.
No puedo evitar haber nacido como una Spears también, y que algunas de mis experiencias la impliquen.
He trabajado duro desde antes incluso de mi adolescencia y he construido mi carrera más allá de ser simplemente la hermana pequeña de alguien”, se defiende la actriz, que afirma que no hay posicionamientos por una parte u otra y que no quiere “dramas”, pero que tiene que sacarlo para “curar el trauma, cerrar este capítulo y avanzar”. “Le deseo a mi hermana que haga lo mismo. Venga lo que venga, siempre querré a mi hermana mayor y estaré aquí para ella.
Es tiempo de ponerle un cierre a este caos tan poco saludable que ha controlado mi vida durante tanto tiempo”.
La cosa, obviamente, no quedó ahí, y fue Britney quien contestó, asegurando que se dejara de mentiras. Jamie Lynn contó en su entrevista en ABC que su hermana mayor una vez se había encerrado en una habitación con ella y con un cuchillo, y la cantante quiso negarlo, de nuevo en Twitter.
“Por favor, deja ya esas mentiras para libros sobre Hollywood. Solo la escoria se inventaría esas cosas sobre alguien. Estoy muy confundida de que te inventes esas cosas porque no te pega nada […] Enhorabuena por enseñarle a tu hermana mayor el concepto de caer bajo, más bajo, de lo más bajo, porque ahí has ganado”.
La respuesta de Jamie Lynn no fue directa, pero unas horas más tarde colgaba una frase en sus Stories de Instagram: “Nadie ensucia tu nombre más que alguien que teme que le cuentes al mundo la verdad”.
El fin de semana hubo más respuestas, pero parece que ya algo más sosegadas. El sábado Britney, también en Twitter, contestó.
“Jamie Lynn, no creo que todo tu libro vaya sobre mí”, arrancaba, explicando que había dicho “cosas un poco duras” sobre ella: “Porque tú obviamente me has hecho daño con las cosas que te has inventado sobre mí”.
Además, reconocía que tanto ella como su hermana habían “trabajado duro” durante toda su vida para labrarse sus carreras, pero le insistía en que la familia había sido mucho peor con ella.
“Me habéis tratado fatal, estoy completamente en shock, y papá ni siquiera está en la cárcel, ¡venga ya!”, argumenta Britney contra su hermana, en un tono de lamento, pero algo más conciliador. “Se supone que tendríamos que ser la una, el apoyo de la otra, pero lo que dices me confunde. Todo lo que sé es que te quiero incondicionalmente. Así que sigue, di lo que tengas que decir… ¡para una familia enfrentarse así públicamente! Dices que me quieres, pero tu lealtad todavía está del lado de la gente que más me ha herido”, asegura, también diciéndole a su hermana que la quiere y la admira por su fuerza.
Las aguas parecen, por el momento, haberse calmado gracias a ese mensaje de Britney y a la respuesta de Jamie Lynn, que también le ha rogado a su hermana en sus Stories de Instagram que la llamara, que había intentado hablar con ella muchas veces y no lo había conseguido.
“Mientras tanto, abandona la narrativa de que no he estado ahí para ti o de que me estoy inventando cosas […] Esto es vergonzoso y tiene que parar. Te quiero”. El último, o penúltimo capítulo de esta historia, también se ha escrito en los Stories de Instagram de la pequeña de las hermanas, donde ha colgado una frase atribuida a Martin Luther King: “El odio no puede acabar con el odio, solo el amor puede lograrlo”.