Por Agencias
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Una inflación disparada. La guerra de Rusia en Ucrania. Cadenas de suministro asfixiadas. La amenaza de la inseguridad alimentaria en todo el mundo. La persistente pandemia del COVID-19.
Los riesgos para la economía global son muchos, y han producido una visión cada vez más sombría de los meses por venir para los ejecutivos, funcionarios y otras personas influyentes que se reunían en Davos, Suiza, para la cumbre anual del Foro Económico Mundial.
la directora gerente del Fondo Monetario Internacional intentó combatir el pesimismo en una mesa redonda esta semana y dijo que no la recesión global no está garantizada, aunque “eso no implica que esté descartada”.
Kristalina Georgieva señaló que el FMI había previsto el mes pasado un crecimiento económico del 3,6% en 2022, lo que está “muy lejos de una recesión global”.
Pero admitió que será “un año difícil” y que uno de los principales problemas es el precio de la comida, disparado en parte por la guerra de Rusia en Ucrania.
La incipiente crisis alimentaria -especialmente para países en África, Oriente Medio y Asia, que dependen del trigo, la cebada y el aceite de girasol asequibles bloqueados en los puertos de Ucrania, un importante productor- ha sido un tema clave en Davos.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acusó a Rusia de bombardear de forma deliberada almacenes de grano en Ucrania y de utilizar los suministros de comida como arma.
Además, afirmó, “Rusia está acaparando sus propias exportaciones de alimentos como una forma de chantaje (…) a cambio de apoyo político”.
Las élites que se reúnen cada año para abordar formas de ayudar a salvar el mundo se centraban el miércoles en el futuro de Europa e internet, en ayudar a países pobres a conseguir medicinas de bajo coste y en el cambio climático, lo que incluía aumentar los esfuerzos corporativos por reducir las emisiones de efecto invernadero.
Aunque se esperaban muchas mesas redondas y anuncios, no está claro cuántas acciones concretas produce la cumbre.
Responsables económicos y de bancos centrales debatían los efectos de las herramientas a su disposición, mientras jefes de compañías expresaban sus preocupaciones sobre el panorama económico.
Pat Gelsinger, director general del fabricante de chips Intel, dijo en un aparte de la cumbre que el sector de los semiconductores sigue sufriendo problemas de suministro, incluido un descenso en las entregas del equipamiento avanzado utilizado para fabricar chips para computadoras.
El año pasado comenzó un desabastecimiento global en los procesadores, utilizados en productos tan variados como autos o electrodomésticos, al recuperarse la demanda tras el golpe inicial de la pandemia.
Gelsinger señaló que no esperaba que el sector resolviera sus problemas de suministro hasta 2024.
La industria de la aviación, diezmada durante la pandemia cuando las restricciones de viajes forzaron a las aerolíneas a cancelar vuelos y suprimieron la demanda de viajes de negocios y vacaciones, está remontando con fuerza, señaló Hassan El Houry, director general de National Aviation Services, una firma con sede en Kuwait que da servicios a aerolíneas como traslado de pasajeros a los aviones y gestión de equipaje.
“Casi cada aerolínea con la que hablo reporta una fuerte recuperación, especialmente para este verano y en especial en viajes de placer. De modo que ese es el punto positivo”, dijo El Houry en una entrevista.
El ejecutivo estimó que la industria de las aerolíneas regresaría a su nivel previo a la pandemia antes de lo previsto por el grupo del sector IATA, en 2025.
Sin embargo, la industria aún se ve lastrada por unas pérdidas de 200.000 millones de dólares acumuladas durante la pandemia. La mitad de eso son subvenciones y préstamos gubernamentales que deben devolverse, señaló.
Otro gran problema es el aumento en los precios del combustible impulsado por la guerra de Rusia en Ucrania, que obligará a las compañías a subir las tarifas, y podría frenar la demanda de viajes.
Los asistentes de Davos ven con pesimismo el panorama económico, a juzgar por una encuesta informal durante una sesión el lunes sobre economía global.
Al comenzar la sesión, un moderador preguntó al público si creían que había posibilidades de recesión. La mayoría de los aproximadamente cien asistentes levantó la mano.
Aunque la jefa del FMI restó importancia a esa preocupación, sí enumeró una serie de desafíos: el alza de las tasas de interés, la inflación, un dólar fuerte, una desaceleración económica en China, la crisis climática y una reciente “mala racha” de las criptomonedas.
Otros señalaron que la incertidumbre en los mercados financieros complica las decisiones de inversión a las empresas.
Para los inversores que no tienen claro hacia dónde van las cosas, “una decisión de vender es mucho más fácil que una decisión de comprar”, indicó Adena Friedman, presidenta del NASDAQ.