Los Warriors, ridículo histórico

Por Agencias
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Los Grizzlies, dominantes en ambos lados de la pista, destrozaron a unos Warriors que llegaron a perder de 55 puntos y dieron una imagen pésima.

Patética. Así ha sido la imagen de los Warriors en una derrota sin paliativos, absolutamente histórica y extrañamente bochornosa para tratarse de un equipo que viene unos años en los que ha conformado una de las mayores dinastías de la historia.

Y que, claro, también quiere alargar ese momento que terminó hace un par de años (la derrota ante los Raptors en las Finales, las quintas consecutivas, con tres anillos en sus vitrinas) con un nuevo broche de oro.

De momento, tendrán que esperar un poco más, ya que el 3-1 y el match ball favorable que tenían ha sido un mero espejismo y el arbitraje casero que les aupó en el último partido no ha sido protagonista en este.

Hemos vivido uno de esos encuentros que dejan huella, cierto dolor.

Una paliza extraordinaria a un equipo que no debería recibirla de esta forma.

Un dominio de los Grizzlies que pone el 3-2 y les permite soñar, por mucho que el rival que se han econtrado hoy vaya a ser radicalmente distinto mañana.

Nunca un equipo que estuviera intentando evitar una eliminación había ganado por semejante diferencia, y jamás los Warriors fueron apabullados así ni llegaron a perder de 55 puntos en un partido de playoffs.

Y tampoco hay mucho más que contar de un partido que duró 10 minutos, cuando los visitantes, entrenados por el reciente fichaje de los Kings Mike Brown (Steve Kerr sigue de baja por coronavirus) se pusieron a 1 (29-28) y cortaron brevemente el brío inicial de los Grizzlies.

Hasta ahí llegaron: un incontestable parcial de 9-0 imponía el primer castigo, 38 puntos recibidos en el primer cuarto, una cifra que se fue a 39 en el segundo, cuando el resultado ya era de 77-50.

El tercer cuarto fue el peor: 42-17 de parcial y una diferencia que se disparó a los 55 puntos de máxima, a solo 3 puntos del tope histórico que ha habido en la historia de los playoffs.

Al final de dicho cuarto, el resultado era de 112-67.

Y en el último lo único que se hizo fue utilizar los minutos que quedaban para que los Grizzlies fueran jaleados por el público y la segunda unidad de ambos equipos saliera a pista.

Jaren Jackson, Demond Bane y Tyus Jones se fueron a 21 puntos por cabeza y un combinado de 12 de 19 en triples, que fue un 18 de 41 de todo el equipo.

Los Grizzlies intentaron 19 tiros más que los Warriors (99 a 80), apabullaron a sus rivales en el rebote (55 a 37), repartieron hasta 37 asistencias (por 22 de Golden State) y provocaron hasta 22 pérdidas.

Hasta siete jugadores locales igualaron o superaron los dos dígitos en anotación, Bane se fue a un +46 en pista como récord personal, Jones repartió 9 asistencias, Steve Adams atrapó 13 rebotes y todos los jugadores disputaron al menos 12 minutos de partido.

Todo esto sin Ja Morant, que sigue de baja tras su lesión de rodilla en el tercer asalto de la serie.

Esta vez, afortunadamente, no hubo problemas arbitrales, polémicas o controversias.

La ingente cantidad de puntos de diferencia entre ambos equipos no dio pie a ello. Un respiro que no viene mal a nadie.

De los Warriors no hay nada que destacar.

Ningún jugador disputó más de 25 minutos y hubo 17 puntos de Jonathan Kuminga, 19 de Klay Thompson y 15 de Stephen Curry, al que le pusieron Whoop that trick, canción de rap, al final del partido en contestación a la táctica que Curry dijo que iban a tener en la previa.

Draymond Green hizo gala de su comportamiento habitual para responder a la canción (pedida en primera instancia por Jaren Jackson) con el mismo baile que practicaban los animadores de los Grizzlies.

Y Curry se reía tranquilo.

El propio Green (5+7+5 en el choque, pero con 5 pérdidas) dijo en rueda de prensa que no había que vacilar solo cuando las cosas venían de cara.

En fin, un hecho meramente anecdótico que no resume para nada lo que hicieron los Warriors en el quinto partido ante los Grizzlies.

Ya que, por mucho que quieran sacar pecho, la actuación ha sido objetivamente bochornosa.