Madres realizadas
Madres que son la clave del éxito en sus hijos.
Por Consuelo Martínez y Víctor Rosas
Lograr que los hijos lleguen a ser independientes es una de las principales razones de que muchas madres luchen con todas su fuerzas día a día, muchas veces renunciando a sueños personales o postergándolos hasta ver cumplida su labor.
El Día de la Madre sirve para recordar a las madres, pero sin duda más a ese tipo de mamás que lucharon toda su vida, muchas veces con poco y contra todo, para ser el mejor ejemplo para sus hijos y convertirlos así en personas íntegras, positivas, respetuosas de la cultura y sobre todo que aporten al desarrollo de la sociedad.
TAREA Y SUEÑOS CUMPLIDOS
Uno de esos ejemplos de madres realizadas es Bertha Luna. Esta mujer se siente feliz y realizada porque tiene 3 hijos que la adoran, excelentes personas, todos profesionales, pues atrás quedaron los desvelos y sacrificios de esta mamá amorosa pero “firme” como ella se declara.
Bertha, proveniente de una familia de 10 hermanos, tenía 23 años de edad cuando decidió venirse con unas amistades desde Oaxaca en 1986, había cursado estudios de contabilidad, pero desde niña soñaba con venirse a este país.
Al llegar, de inmediato se puso a trabajar y nunca paró hasta que vio a sus hijos formados.
“El primer trabajo que encontré fue limpiando casas, el segundo fue en la empacadora de limón en Goleta y ahí fue cuando salió lo de la amnistía (del 86)”, recuerda Bertha quien luego laboró además en una fábrica de electrónicos.
Acá se casó con Rafael, quien había llegado de Ciudad de México, y juntos son padres de Christie de 27, enfermera pediatra, casada y con un bebé de 7 meses.
Luego está Rafael Jr. de 26 años, graduado de San Diego State University, quien trabaja como consejero en la Dos Pueblos High School y continuará estudios de criminología, e Iván de 23, sociólogo graduado de la Universidad de Nothdridge, y actual consejero en la Santa Barbara Junior HS.
Preservar sus raíces latinas, fue algo vital para está mamá, tanto así que cada verano, hacía muchos sacrificios para mandarlos a Oaxaca a disfrutar con su extensa familia, por eso son completamente bilingües y amantes de sus raíces
“Gracias a Dios ahorita estoy bien orgullosa porque me mandó 3 hijos bien educados que me quieren mucho; a mí y a su papá, que siempre están viendo por la familia, siempre están ahí con nosotros; a pesar de que ya están grandes y ya estudiaron”, asegura Bertha, en tanto, resalta que su esposo siempre la apoyó en el cuidado de los niños y una de sus recetas como madre es ser firme cuando se les amenaza con algún castigo y una buena comunicación.
“Yo pienso que si la pareja está bien los hijos van a estar bien. A nosotros lo que nos funcionó mucho es hablarle a los muchachos las cosas tal y como son; nunca con groserías, nunca pegarles, pero hablar con ellos”.
Ahora, a sus casi 57 años con la tarea ya hecha como mamá y como hija, ya que nunca olvidó y siempre apoyó a su familia en México, tiene la profunda satisfacción de haberle dado grandes gustos a su padre como viajar, quien recientemente falleció, comparte con lágrimas de emoción y también a su madre que vive en México.
“Mi mamá ya no quiere viajar, el año pasado estuve con ella para el día de las madres y los años que no puedo ir siempre le mando su regalo, flores y le llamo por teléfono.”
Y Bertha con su contagiosa alegría de vivir no duda en ayudar a quien lo necesita, hoy goza de la vida cuidando a su nieto, saliendo con sus muchas amigas, saliendo con su esposo a caminar con sus perros, pasear o ir a alguna “Happy Hour.”
Hace 4 años ella pudo cumplir otro de sus sueños.
“Siempre quise estudiar pero como me dediqué a trabajar, entraba a un colegio y me volvía a salir por los niños”, repasa la carismática madre, quien terminó su curso de ESL en el SBCC.
También sacó un diploma de ESL Health y otros tres diplomas de decoración de pasteles.
FE, AMOR Y DETERMINACION
A Macaria Cortez le tocó ser padre y madre a la vez, una tarea que ella asumió con responsabilidad, amor y mucha fe.
Hoy disfruta del fruto de su sacrificio viendo a sus hijos adultos, profesionales y contentos.
Oriunda de Moyuta, Departamento de Jutiapa, Guatemala, Macaria tenía unos 40 años cuando se vino en 1986 ya que allá no tuvo el apoyo del cónyuge.
“Me vine sola primero, mis hijos se quedaron allá, pues ya ve como son los hombres… a veces ellos se desligan de la familia y yo tenía toda la responsabilidad de los hijos”.
Sintiéndose presionada platicó con sus hijos, Claudia y Carlos Ruano de 18 y 10 años en ese entonces, quienes estuvieron de acuerdo en que ella se viniera a probar suerte a Estados Unidos.
“Les busqué una muchacha para que les hiciera la comida, les lavara la ropa… que viviera allí en la casa y ellos fueron a estudiar y así fue como me vine. Me costó mucho porque yo vendí propiedades para poderme venir. Deja uno todo para poder sacarlos adelante”, comenta la valerosa madre.
Llegó a casa de un primo acá y al otro día ya tenía trabajo como ama de llaves (housekeeper) en casa de unos estadounidenses, ahí tenía un cuarto cinco días a la semana.
“Es decir, ya venía con la bendición de Dios que le ve el corazón a uno”, asegura Macaria.
Así se mantuvo siete años trabajando en esa casa.
“Les mandaba para la colegiatura, a veces para los libros de la Universidad… que ya ve que los libros son muy caros allá”, sostiene.
Y recuerda cuando escribía cartas a sus hijos y lo complicado que eran las llamadas telefónicas, ya que ellos tenían que ir a recibir la llamada a la oficina de correos.
«Mi hijo estudió ingeniería en computación y nunca se quiso venir. Mi hija estudió secretariado bilingüe pero se vino en el 91. Mi hijo me visitó cuando ya él se había graduado y trabajaba en una compañía aeronáutica ahí en Guatemala. Luego siguió estudiando más y más hasta que se graduó de otras cosas”, comparte la amorosa madre.
A principios de la década de los 90, sus hijos la convencieron de que aceptara al papá acá, ella accedió pero el volvió a fallarle.
“Y ahí estamos, para que va a guardar uno rencor que el rencor enferma”, comenta con su gran dulzura y bella sonrisa.
Hoy, Macaria llena de energía a sus 73 años, sigue trabajando, vive sola porque le gusta ser independiente, y disfrutar los logros de sus hijos y a sus 6 nietos.
“A Carlos su carrera le ha servido para viajar a países como Brasil, Japón, toda Centroamérica, México, Estados Unidos. Él viene hasta aquí a hacer negocios, ya que es gerente”, enumera orgullosa.
Así como que para su cumpleaños, en enero, estuvo muy feliz con sus dos hijos acá y que el día de las madres seguro estarán comunicados; pero además los jóvenes de su iglesia han preparado una celebración para todas las mamás.
DOBLE ORGULLO
A todas las mamás, pero en especial a esta mamá, Aracely García, y al igual que a ella, a todas las que como a ella, le ha tocado hacer el papel de mamá y papá, siendo mamá soltera de 3 ya no tan niños, Ángel, de 15 años, que está en el octavo grado de la escuela R. J. Frank Middle School, Adrián, de 13 años, y Vianney, de 9 años, que asiste a la escuela elemental Norman R.Brekke, en Oxnard.
Aracely, cuenta que estaba estudiando sociología, pero tuvo que dejar sus estudios en aquel entonces para hacerse cargo de sus niños, y después la separación de su pareja, además, dice que no es fácil ser mamá y papá a la misma vez, cuenta que en ocasiones es difícil sentir todo el peso del hogar, la responsabilidad económica, aunque recibe apoyo financiero del papá de sus hijos, de todas maneras, hay ocasiones en que escasea el dinero, o cuando el auto se descompone, se siente la necesidad de un hombre en el hogar, pero por otro lado, también disfruta de poder tomar sus propias decisiones, salir a donde quiera ir con sus hijos, y guiar su vida por el camino que le parezca correcto.
Por los últimos 16 años ha trabajado para Ventura County Agency on aging, a tiempo completo, pero eso no ha impedido que, actualmente, asista al Colegio Comunitario de Oxnard para seguir con sus estudios de sociología, con la intención de transferirse a la Universidad de California en Channel Island.
“Es duro, llegar de trabajar, tomar mis cosas e ir al colegio a estudiar, para regresar a hacer comida, bañar a los niños, en ocasiones cocinar, y arreglar todo para el siguiente día, pero hay algo que me ha mantenido firme y decidida toda mi vida, y es la gran fe que tengo en Dios, le agradezco constantemente a Él, y se que no importa cuan difícil sea la situación, El siempre va a estar conmigo y me va a sacar adelante junto con mis hijos”.
“Me involucro en todos los aspectos de la vida de mis hijos, hemos platicado mucho de que tienen que ir a la universidad, actualmente los tres tienen grados de honores, y tienen bien claro la meta de ir a la universidad, lo hablamos constantemente, les digo que tienen que tener buenos grados para que puedan agarrar becas y yo me encargaré del resto, no se como lo voy a hacer, pero lo vamos a lograr.
Aún que llegue cansada a la casa, todos los días oramos en familia para agradecerle a Dios por lo que nos ha dado durante el día y para pedirle que nos cuide y nos mantenga sanos, después, también cada ciertos días, realizamos juntas en familia donde discutimos cualquier cosa que esté pasando en nuestras vidas, en una de ellas, el año pasado les tuve que informar que iba a tener una cirugía, ellos lo tomaron bien porque estamos acostumbrados a comunicarnos mucho.
Así pasó esta entrevista con esta mamá, que es como muchas mamás en el Condado de Ventura y Santa Bárbara, que les ha tocado ser mamás solteras, pero que con coraje y decisión han sacado adelante su vida y la de sus hijos.