Por Redacción
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Hulk Hogan, uno de los luchadores más icónicos de la historia de la lucha libre profesional y figura popular en la cultura estadounidense, falleció este jueves en su casa en Clearwater, Florida, a los 71 años. Su muerte fue reportada inicialmente por TMZ y confirmada posteriormente por su familia y representante a través de la cadena NBC.
Hogan, cuyo nombre real era Terrence Gene Bollea, fue 12 veces campeón mundial y se convirtió en una superestrella mundial con su imponente físico de casi dos metros y más de 130 kilos, además de su carisma escénico. A pesar de sus recientes cirugías, su esposa Sky Daily había declarado hace unas semanas que se encontraba en recuperación. El expresidente Donald Trump lamentó su fallecimiento y lo describió como “un gran amigo” y “un verdadero ícono estadounidense”.
De los cuadriláteros al estrellato mediático
Nacido en Georgia y criado con el sueño de convertirse en jugador de béisbol, una fractura en el brazo lo llevó a cambiar de rumbo y adentrarse en el mundo de la lucha libre. Hogan encontró su vocación en los gimnasios locales de Florida, hasta alcanzar notoriedad nacional e internacional en los años ochenta y noventa, especialmente con la WWF (ahora WWE).
Además de su carrera en el ring, Hogan apareció en más de 15 películas y programas de televisión. Su debut en el cine fue en Rocky III (1982) junto a Sylvester Stallone, quien elogió la intensidad de sus actuaciones. En los premios Grammy de 1985, apareció acompañado por la cantante Cyndi Lauper, lo que consolidó su lugar como figura de la cultura pop.
En la televisión protagonizó el reality show Hogan Knows Best, emitido por VH1, junto a su entonces esposa Linda y sus hijos, Brooke y Nick. Sin embargo, la aparente vida idílica se derrumbó tras un sonado divorcio en 2009 que reveló infidelidades y tensiones familiares.
Controversias y redención
La carrera de Hogan también estuvo marcada por la controversia. En 2015, fue expulsado del Salón de la Fama de la WWE debido a comentarios racistas captados en una cinta sexual filtrada, en la que se refería despectivamente al novio afroamericano de su hija. Aunque posteriormente fue reincorporado al salón en 2020, el escándalo afectó su imagen pública.
En un intento de redención, Hogan se embarcó en una gira de disculpas públicas y actividades sociales, reconociendo sus errores y expresando remordimiento. “No hay excusa para lo que dije”, declaró en una entrevista con la revista People.
En sus últimos años, Hogan mantuvo su presencia en el ámbito político, mostrándose cercano al movimiento MAGA (Make America Great Again). En 2024, participó en la Convención Nacional Republicana, donde apareció con una camiseta en apoyo a Donald Trump y J.D. Vance.
El expresidente Trump publicó un homenaje en su red social Truth Social: “Hulk Hogan siempre fue MAGA. Fuerte, duro, inteligente, con un corazón inmenso. Dejó una huella cultural imborrable. Lo extrañaremos profundamente”.
Una vida marcada por el esfuerzo físico
En varias entrevistas, Hogan habló abiertamente sobre las secuelas físicas de su carrera.
“Tengo el coxis doblado, artritis, escoliosis. Se me duermen las extremidades. Estoy lisiado”, confesó en Rolling Stone. En su última etapa, su salud era frágil, pero mantenía una visión reflexiva sobre su vida. “Cuantas más cicatrices tienes, más te entiende la gente”, dijo a Los Angeles Times.
Hogan estuvo casado tres veces y deja a sus dos hijos, Brooke y Nick. Su legado, aunque polémico, permanece como uno de los más influyentes en la historia del entretenimiento deportivo.
