Por Agencias
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El tenista balear, que se entrena estos días en Manacor, pondrá rumbo a la capital francesa la semana que viene, con la idea de competir.
Después de perder con no muy buenas sensaciones en la segunda ronda del Masters 1.000 de Roma, ante el polaco y número nueve del mundo, Hubert Hurkacz, Rafa Nadal volvió el domingo a Manacor sumido en un mar de dudas. El balear se entrenará estos días en su Academia y la semana que viene pondrá rumbo a París con la intención de competir en Roland Garros (26 de mayo al 9 de junio).
Las buenas perspectivas que obtuvo durante las prácticas en el Foro Itálico, ante jugadores de alto nivel, no se correspondieron con el rendimiento que mostró en los partidos, un hecho que le sorprendió tanto a él como a su equipo. No obstante, los días de trabajo en la capital italiana no le pasaron peaje físico al ganador de 22 Grand Slams, cerca de cumplir los 38 años (lo hará el próximo 3 de junio), que tenía la intención de llevar su cuerpo al límite, aunque eso le supusiera un alto riesgo, dado su amplio historial de lesiones. En ese sentido, se encuentra bien, según transmitió su entorno. Y el empujón emocional de recibir el improvisado e inaudito homenaje de miles de seguidores en las instalaciones del Internazionali d’Italia hizo que Nadal regresara a casa menos abatido de lo que cabía esperar.
El clavo ardiendo
Por eso quiere agarrarse a la posibilidad de tener éxito en el Grand Slam francés, donde ha sido 14 veces campeón. Lo dijo en una entrevista concedida al canal de televisión France 2. “No sé si voy a ser competitivo en Roland Garros. Voy a salir a jugar el torneo pensando que puedo dar mi máximo, que puedo jugar a mi 100%; y si mi cuerpo no está para ganar ningún partido, pues aceptarlo, pero no salir a la pista sabiendo que no tengo ninguna opción”, puntualizó Rafa.
Nadal es, virtualmente, el 276º del mundo, aunque en el Bosque de Bolonia jugará con ranking protegido número 34. Una ventaja que, sin embargo, no le eximirá de cruzarse pronto con cabezas de serie, como le ha ocurrido en Barcelona, Madrid y Roma. El manacorí no estaba acostumbrado a afrontar curvas peligrosas en las primeras etapas de los torneos. Por eso intenta prepararse con la colaboración de jugadores top, como Stefanos Tsitsipas, con quien se entrenó hace unos días en Roma. Eso se repetirá en París. Y si las cosas van bien, veremos al rey de la tierra actuar, al menos una vez más, en la Philippe Chatrier.