Por Agencias
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La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, llegó a Taiwán el martes por la noche, convirtiéndose así en la funcionaria estadounidense de más alto rango que visita la isla en los últimos 25 años.
China, que reclama la isla autónoma, anunció rápidamente que realizaría maniobras militares en represalia por su presencia.
Pelosi arribó en un jet de pasajeros de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y fue recibida en la pista del aeropuerto internacional de Taipei por funcionarios de Taiwán y de Estados Unidos.
Posó para diversas fotos antes de trasladarse con su comitiva al estacionamiento de un hotel.
Su visita elevó las tensiones entre China y Estados Unidos porque Beijing reclama a Taiwán como parte de su territorio y considera que la visita de funcionarios extranjeros constituye un reconocimiento a la soberanía de la isla.
El gobierno de Biden y Pelosi aseguran que Estados Unidos mantiene su compromiso con la llamada política de una sola China, la cual reconoce a Beijing pero permite relaciones informales y vínculos de defensa con Taipei.
Pelosi describió el viaje como parte de una misión más amplia en momentos en que “el mundo enfrenta una elección entre la autocracia y la democracia”.
Su visita tiene lugar después de que encabezó una delegación legislativa en la primavera boreal a Kiev, la capital ucraniana.
“Debemos apoyar a Taiwán”, declaró Pelosi en un artículo de opinión publicado por The Washington Post a su llegada a Taiwán.
La legisladora mencionó el compromiso de Estados Unidos con un Taiwán democrático según una ley de 1979.
“Es fundamental que Estados Unidos y nuestros aliados dejen claro que jamás cedemos ante autócratas”, escribió.
Taiwán y China se escindieron durante una guerra civil en 1949, pero China reclama la isla como parte de su territorio y no descarta recuperarla, incluso por la vía militar.
El gobierno de Biden no solicitó explícitamente a Pelosi que cancelara su viaje.
Garantizó a Beijing de manera reiterada y pública que la visita no era indicio de cambio alguno en la política de Estados Unidos hacia Taiwán.
Poco después de la llegada de Pelosi, China anunció una serie de operaciones y ejercicios militares.
Antes había advertido que adoptaría “medidas resueltas y firmes” si Pelosi proseguía con la visita.
El Ejército de Liberación Popular dijo que las maniobras militares tendrían lugar en aguas y el espacio aéreo cerca de Taiwán e incluirían el uso de proyectiles de largo alcance en el estrecho de Taiwán.
“Esta medida constituye una disuasión seria contra la reciente escalada importante de las acciones negativas de Estados Unidos sobre el asunto de Taiwán, y una seria advertencia para las fuerzas ‘independentistas de Taiwán’ que buscan la ‘independencia’”.
La agencia noticiosa oficial china Xinhua informó que el ejército planeaba realizar maniobras que incluirían fuego de munición real del 4 al 7 de agosto en múltiples lugares.
Una imagen difundida por Xinhua mostraba que las maniobras tendrían lugar en seis zonas en aguas alrededor de Taiwán.
El ministro del Exterior chino Wang Yi dijo que la traición de Washington “sobre el asunto de Taiwán está arruinando su credibilidad nacional”.
“Ciertos políticos norteamericanos están jugando con fuego en el tema de Taiwán”, expresó Wang en una nota de prensa en la que describió a Estados Unidos como “el mayor saboteador de la paz en el mundo”.
En Estados Unidos, 26 legisladores republicanos emitieron una declaración de apoyo a favor de Pelosi. En el documento se menciona que las visitas de legisladores estadounidenses a Taiwán son rutinarias.