Por Redacción
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El gobernador de California, Gavin Newsom, se encuentra en el centro de una creciente confrontación con el expresidente Donald Trump, a medida que se intensifican las tensiones políticas y sociales en el estado más poblado del país.
Newsom ha sido uno de los primeros líderes demócratas en tener que definir cómo enfrentar las decisiones de un segundo mandato de Trump, incluyendo el despliegue de la Guardia Nacional y, según reportes, marines en servicio activo para responder a las protestas recientes en ciudades como Los Ángeles.
“Lo que más quiere Donald Trump es tu lealtad. Tu silencio. Que seas cómplice en este momento. No cedas ante él”, afirmó Newsom en un mensaje televisado el martes por la noche. “Esto nos involucra a todos. Se trata de ti. California puede ser la primera, pero claramente esto no terminará aquí. La próxima será la democracia.”
La respuesta de Newsom ha captado la atención de otros gobernadores demócratas, quienes han estado en comunicación con él para anticipar escenarios similares en sus estados. Todos los gobernadores demócratas firmaron una declaración denunciando la orden de Trump como un “alarmante abuso de poder”, aunque han evitado declaraciones más agresivas que puedan tener implicaciones legales.
La disputa escaló luego de que la administración federal revisara subvenciones destinadas a California, y las tensiones aumentaron con las recientes protestas, algunas de las cuales derivaron en enfrentamientos con la Patrulla de Carreteras de California.
El senador por Connecticut, Chris Murphy, advirtió que el uso de la fuerza para silenciar a los opositores es una táctica típica en regímenes autoritarios. “Cuando la gente teme sufrir daño físico por protestar, muchas veces opta por quedarse en casa. Así mueren las democracias”, declaró.
Otros líderes demócratas, como el senador Cory Booker de Nueva Jersey, se han mostrado preocupados por la escalada del autoritarismo y el deterioro del Estado de derecho.
“Estamos en un terreno peligroso con más de tres años por delante de este Gobierno”, dijo.
Newsom, que ha mostrado ambiciones presidenciales, ha sido criticado en ocasiones por moderar su discurso. Ha intentado acercamientos con Trump en el pasado, como en temas de reconstrucción tras incendios forestales o incentivos a la industria cinematográfica. Pero los hechos recientes parecen haber endurecido su postura.
En una reciente entrevista, Newsom desafió directamente al expresidente: “Si quieren arrestar a alguien, vengan por mí”. Trump insinuó en respuesta que el gobernador debería ser arrestado por “haber hecho un trabajo terrible”.
El representante Jamie Raskin, de Maryland, respaldó la respuesta del gobernador y urgió a otros mandatarios estatales a defender la Constitución. “Los estados no son piezas del Gobierno federal; tienen una existencia constitucional propia”, afirmó.
Mientras algunos sectores demócratas temen que el conflicto favorezca a Trump, otros celebran la firmeza de Newsom. “Los votantes, incluidos muchos independientes, están horrorizados por los excesos de Trump. No deberíamos temer enfrentarlo”, dijo el congresista progresista Greg Casar de Texas.
Sin embargo, las preocupaciones sobre cómo esta confrontación podría impactar a las comunidades inmigrantes crecen. Líderes en ciudades como Nueva York han expresado alarma ante una posible represión por parte de agentes federales.
El senador John Fetterman de Pensilvania, por su parte, pidió una condena más clara de la violencia en las protestas. Newsom ha prometido que quienes cometan actos violentos serán procesados, y las autoridades revisan videos para identificar a los responsables.
El pulso entre Newsom y Trump podría marcar una pauta para el futuro del Partido Demócrata y las estrategias frente a un Gobierno que, según muchos líderes, amenaza con minar las bases democráticas del país.
