Nightmare Alley

Por Agencias
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la última pesadilla de Guillermo del Toro demuestra una vez más porqué es uno de los mejores directores de cine de la actualidad.

A pocos días de que “Nightmare Alley” se pueda ver en streaming en Hulu y HBO Max, (1º de febrero), merece la pena hablar de la última película del prolífico director mexicano, quien vuelve al largometraje después de haber ganado 4 Oscars (entre ellos los de mejor película y mejor dirección), y de ganar el “León de Oro” de Venecia por la maravillosa “The Shape of Water”.

Del Toro deja ahora de lado ese emocionante romance fantástico para adentrarse en lo más oscuro del ser humano con la que es su obra más afligida, llevando a cabo un remake del film de cine en blanco y negro “Nightmare Alley”, dirigido por Edmund Goulding en 1947 con Tyrone Power como protagonista.

Una diferencia clara entre una y la otra es la violencia explícita en la película de Del Toro, que a momentos roza el gore. 

“Nightmare Alley” es una triste y perturbadora historia de ascenso y caída en la que el cineasta muestra su dominio virtuoso del lenguaje cinematográfico, creando unas atmósferas escalofriantes y haciendo brillar a un casting estelar que, junto a una dirección artística espectacular, recrea los circos de unos Estados Unidos profundos durante la Gran Depresión.

Así mismo la cinta muestra una arquitectura art deco de las grandes ciudades antes de que estallara la Segunda Guerra mundial. 

Por primera vez, el guion lo firma Del Toro junto a su esposa, Kim Morgan, escritora y crítica de cine de Sight & Sound, The Criterion Collection y Playboy.

El film empieza mostrándonos a ‘Stanton Carlisle’ (un hermético Bradley Cooper) arrastrando un cadáver por una casa hasta enterrarlo bajo el suelo para posteriormente prenderle fuego mientras se fuma un cigarrillo. 

Una siniestra escena que muestra un Bradley Cooper que no estamos acostumbrados a ver, de manera oscura. ‘

Stanton’, quien parece no tener ni poseer nada más que lo que lleva encima, viaja en autobús hasta despertar de noche en una feria donde es atraído por ‘Clem Hoatley’ (un siempre impecable Willem Dafoe). 

‘Clem’ llama la atención a los clientes prometiéndoles un espectáculo horripilante al mostrarles un temible monstruo que devora animales vivos. ‘Stanton’ no entiende cómo un hombre pueda llegar a trabajar de freak monstruoso de feria, poco sabe sobre el viaje que le espera, y después del shock decide salir de allí. 

Deambula como un alma perdida y es descubierto por ‘Bruno’ (Ron Perlman; el actor fetiche de Del Toro), quien le ofrece un trabajo en el circo, ya que se avecina una gran tormenta y necesita mano de obra. 

‘Stanton’ acepta trabajar duramente a cambio de $1 dólar y un sabroso desayuno, y a partir de ahí se instala en esa pequeña comunidad, trabaja con ellos y se acaba convirtiendo en uno más del grupo gracias a sus habilidades sociales y a su buena planta.

Cuando ‘Stanton’ conoce a ‘Zeena the Seer’ (Toni Collette), la tiradora de tarot de la feria y a su pareja, un mentalista francés alcohólico interpretado por David Strathairn, todo cambia, ‘Stanton’ se da cuenta de que quiere aprender todos sus trucos y conocimientos para poder ponerlos en práctica. 

Rápidamente, ella ve sus intenciones reales y le advierte de los peligros de manipular a la gente través de las cartas y del mentalismo, pero la ambición de ‘Stanton’ le conduce a sacarles todos sus conocimientos como sea. 

Cuando ‘Stanton’ ya se ha ganado la confianza del grupo convence a ‘Molly Cahill’, una joven feriante que hace espectáculos con electricidad y de la que se ha enamorado (Rooney Mara), para que se largue de allí con él, ya que tiene grandes planes para ellos, y le promete que si se marchan conseguirán todo lo que se propongan y se harán ricos. 

Pero los delirios de grandeza le están empezando a cegar.

A partir de aquí, y de forma triste y fatalista, Del Toro nos narra una historia sobre mentirosos y mentiras, creando una confusión que produce mucha ansiedad. ‘

Stanton’ y ‘Molly’ llegan con su espectáculo de manipulación mentalista a lo más alto de la burguesía americana, ayudándolos en la búsqueda desesperada de una redención personal con sus desgracias personales y sus pecados con el más allá. 

Pero ese talento para la manipulación pronto hará que la ‘Doctora Lilith Ritter’ (una terrorífica Cate Blanchett) se interese por ‘Stanton’ y empiece una colaboración con él muy peligrosa que pone en marcha un juego de poderes y seducción que tiene un efecto domino que conduce a nuestro protagonista hacía una terrible espiral sin fondo. 

Con esta re-adaptación de la novela de Gresham, Del Toro eleva el film original y crea memorables secuencias de suspense y momentos de absoluto terror que, junto a sus cautivadores personajes y seres espeluznantes (como ‘Enoc’, el feto que mató a su madre al nacer, que habita en un bote de formol y que con su tercer ojo lo ve todo), firma un film de obligado visionado para los amantes del género.

Especialmente para aquellos que gustan de los ‘noirs’ amargos en su contenido y bellos en su forma.

Puntuación 4 de 5 estrellas.