PORTADA: ¿Hasta que la muerte nos separe?

Por Víctor Rosas
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Esa es la promesa que las parejas se hacen al llegar al altar, estar juntos en la enfermedad y en la salud, en la escasez y en la abundancia, en los malos y buenos momentos, permanecer juntos hasta que la muerte los separe, para poder sacar adelante un hogar, en el que muy probable habrá hijos, y a los cuales hay que criar.

Sin embargo, en nuestros días, estas promesas parecieran haber perdido su importancia y su valor, dando paso a la separación de las parejas.

Estudios recientes llevados a cabo por el Centro Nacional de Investigación sobre Familia y Matrimonio de la universidad Estatal Bowling Green de Ohio, muestran que quizás el número de divorcios en la sociedad estadounidense han disminuido en los últimos 5 años, estos no demuestran que las parejas estén durando más juntas, sino que la caída en el número de divorcios se debe a otra serie de factores:

El primero de estos, es que las personas se casan menos, es decir, que hay un número más grande de parejas que viven juntas, sin estar casadas, por lo tanto, no se divorcian, no hay un documento que se pueda mostrar como evidencia de la separación y por lo tanto, no hay como llevar un registro, ni del número de uniones, ni de las separaciones.

Para corroborar este fenómeno, el reporte revela estos datos: en 1970, la tasa de matrimonios era de 76.50% por cada 1,000 mujeres solteras de 15 años o más, esta tasa bajó a 31.9%, un decremento de mas del 60% en 45 años.

Quizás este fenómeno se deba a que actualmente, la mujer tiene más opciones en la vida, que no necesariamente implican el matrimonio, como lo era en esa década, donde las opciones profesionales eran escasas para las mujeres, y muchas de ellas optaban por el matrimonio como la única opción de ser aceptadas socialmente.

Comparado con la actualidad, donde el rol de la mujer en la sociedad a nivel profesional se ha expandido, y ahora ocupan puestos en ramas donde era impensado en los años 70s y 80s.

Otro factor que pueda influir en la disminución de los divorcios es la edad a la que las parejas se están uniendo en matrimonio.

Reina Ortega es una mujer que ha pasado por la experiencia del divorcio, actualmente está casada y tiene 4 hijas, ella comenta que ahora puede darse cuenta de algunos de las razones de su separación.

“Mi divorcio se debió a varias cosas, primero la edad en la que me casé, fue muy chica, apenas tenía 16 años, y pienso que era muy egoísta, solamente pensaba en mí misma, yo sólo quería que él complaciera mis expectativas, que casi el adivinara lo que yo estaba pensando y él lo hiciera”, creo que por eso fracasó ese matrimonio. Reina piensa que por eso la mayoría de los matrimonios fracasan, porque nos enfocamos mucho en nosotros mismo y no en nuestra pareja, “sólo queremos lograr una satisfacción personal y no en que también debemos dar al otro”.

El mismo estudio revela que la edad en que las mujeres se están casando en promedio gira alrededor de los 27 años de edad, comparado con los escasos 20 años de edad promedio que tenían al casarse en la época de los 70s.

La edad de 27 años, permite que ambos cónyuges estén más maduros, y también que en muchos casos hayan alcanzado objetivos profesionales y financieros.

Sin embargo, aunque este panorama pareciera halagador, la realidad no lo es tanto, pues a pesar de estos factores a favor, la probabilidad de que un matrimonio dure por toda la vida es sólo del 50% para las personas que contraen nupcias por primera vez, 62% para los que se casan por segunda vez y solamente del 70% para quienes lo hacen por una tercera vez, pareciera que el ser humano no aprende de los errores.

¿Será importante para la sociedad que se construyan familias sólidas que duren para toda la vida?

“La base de la sociedad es la familia, si queremos tener una sociedad sólida, una sociedad que progrese, una sociedad que viva en paz, debemos tener familias que permanezcan unidas, que eduquen a los hijos, con una buena educación en el hogar, pero sobre todo con el ejemplo”, comenta el pastor Alan Arévalo, quien tiene más de 15 años de experiencia en el área de consejería matrimonial.

Además hay estadísticas que muestran que muchos jóvenes, hombres y mujeres, que tienen problemas de criminalidad o abuso de drogas y alcohol, provienen de hogares de padres separados con mayor frecuencia que aquellos que crecen en hogares donde ambos padres permanecen juntos.

El matrinomio de Daniel Gonzalez, originario de Ciudad de México y residente de Oxnard, es uno de los casos exitosos, ya que está por celebrar 30 años de matrimonio con su esposa Graciela González, y por mucho tiempo han asistido como pareja a una iglesia cristiana.

“La clave para nosotros, ha sido aprender a perdonarnos, a no guardar rencor cuando yo o ella cometemos errores, porque de que cometemos errores, los cometemos, voluntaria o involuntariamente, pero hemos aprendido a perdonar esos errores y a no guardar resentimientos, sino que platicamos, nos perdonamos y seguimos adelante”.

Otra característica importante que señala Daniel para que su matrimonio haya sido exitoso, es el hecho de haber aprendido a que las diferencias que existen entre los dos, sean una fortaleza en vez de un factor que los divide.

“Cada uno hacemos en el hogar aquellos para lo que tenemos habilidades, el que es buen administrados, administra el dinero, las cuentas del hogar, y el que es bueno para otra cosa, que lo haga, así las cosas salen mejor”, comenta Daniel.

Pero… ¿Por qué se divorcia la gente?.

La Psicóloga egresada de la Universidad Autónoma de Guadalajara y Terapeuta Familiar, Esperanza López García con clínica en Oxnard, atribuye 4 factores principales para que se de una separación.

1.- Comunicación inadecuada.  Esta falta de comunicación en la pareja, se dá sobre todo, porque alguno de las cónyuges, o los dos, sienten pena de expresar sus emociones, es común que las personas puedan sentir frustraciones, por el comportamiento o las actitudes de la pareja, y no se expresa, no se comenta con el otro, y esta situación, cuando se van acumulando con el paso del tiempo, hace que la convivencia se convierta en insoportable para uno o los dos.

2.- No expectativas claras. Cuando las personas se casan, están esperando encontrar en la pareja, ciertas cualidades, que nos gustaría que tuviera, e inclusive, llegan a pensar que sí las tienen y al vivir juntos, esas expectativas no se cumplen y se decepcionan uno del otro.

3.- Modelos de pareja de los padres. Pasa también con mucha frecuencia, que las mujeres, al casarse, estén esperando que el marido las trate como las trataba papá en la casa, y los hombres, quieren que su esposa los trate como mamá los trataba en casa, esto puede ser un signo de inmadurez, pero pasa con mucha frecuencia. Consciente o inconscientemente, los contrayentes buscan un sustituto del padre o la madre en la pareja que eligieron, y normalmente, estas son conductas inmaduras que llevan a la separación poco tiempo después de convivir juntos.

4.- No se comparte un proyecto de vida. Es más, en muchas ocasiones, alguno de los dos, ni siquiera tienen un proyecto de vida. Pero cuando los dos tienen metas, ya sea profesionales o económicas, y estas son en extremo distintas, con mucha frecuencia hacen que la pareja se distancie, porque no comparten objetivos en la vida, cada uno está enfocado en sus metas, en sus proyectos personales, que no pueden compartir con el otro y los lleva a terminar separándose.

¿CÓMO PREPARARSE PARA UN MATRIMONIO EXITOSO?

¿Habría una clave secreta para hacer que el índice de divorcios disminuyera realmente? Es decir que la disminución fuera porque las parejas permanecen juntas por toda la vida y no solamente porque sea menor el número de personas que se casan, pero que finalmente casadas o viviendo en unión libre se separen.

El Pastor Arévalo explica que un factor muy importante para que el matrimonio sea exitoso lo constituye el hecho de que haya un noviazgo prolongado antes de unir las vidas en matrimonio, para que la pareja pueda conocerse.

“Es importante que ambos se conozcan, que sepan como son, que sepan los gustos del otro, que sepan las historias familiares de ambos y también muy importante, que conozcan las reacciones de ambos, sobre todo, en situaciones difíciles, porque eso dará una idea más clara de como va a ser la vida en el hogar en el futuro”.  El pastor Alan también recomienda que no haya relaciones sexuales hasta que se haya formalizado la unión matrimonial.

Por su parte, la Psicóloga López, comparte que la preparación de las parejas debería incluir un estudio detallado para evitar los cuatro razones más importantes del divorcio, “que los dos aprendan a comunicar sus sentimientos, algo que, es más difícil para los hombres, es difícil que el varón pueda expresar sus sentimientos y por eso tiende a aislarse y a dejar el hogar”.

También aconseja conocer a la pareja, aceptando como es, y no haciendo castillos en el aire, pensando que una vez que se viva juntos se hará cambiar de comportamientos, porque esto no va a suceder.

Importante también, que tanto el varón como la mujer maduren, para que busquen una pareja para crecer como personas y uno un sustituto de papá o mamá para que resuelva los problemas que el individuo cree que es incapaz de resolver y después buscar cierta afinidad en la forma como se planea vivir profesional y económicamente.

Y A PESAR DE TODO ¿HABRA DIVORCIOS NECESARIOS?

Reina expresa “Hubiera querido que las circunstancias hubieran sido muy distintas para no pasar por esa experiencia”.

Por su parte Daniel dice, “creo que no hay situaciones que no se puedan resolver, problemas que no se puedan enfrentar, faltas que no se puedan perdonar. Si los dos tenemos un compromiso claro de vivir juntos hasta que la muerte nos separe”.

El Pastor expresa que siempre será mejor que los hijos crezcan en un hogar donde estén los dos padres, porque así los niños aprenderán los roles que mamá y papá desempeñan en el hogar, pero habrá casos extremos donde por ejemplo hay casos de violencia doméstica.

“Entonces, no sólo es recomendable la separación, sino es una obligación, como ministro, es vital que denuncie estas situaciones a las autoridades correspondientes”.

El religioso también señaló que en estos casos, el cónyuge que es violento deberá buscar ayuda para ser restaurado, pero que no en todos los casos se podrá restaurar el matrimonio.

Esperanza dice que si hay situaciones en las que las parejas deben separarse, inclusive afirma que los niños tienen una mayor capacidad de adaptación y pueden comprender el hecho de vivir con un padre solamente y ver al otro ocasionalmente, o no verlo por completo.