Por Redacción
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El coronel retirado Ronald Johnson permaneció menos de dos años como embajador en El Salvador, pero ese tiempo fue suficiente para convertirse en amigo personal del presidente Nayib Bukele.
Durante la década de los ochenta, Johnson lideró operaciones de combate y contrainsurgencia en la guerra civil salvadoreña.
El 18 de enero de 2021, Bukele despidió a Johnson con una ceremonia especial en la que expresó tristeza y nostalgia. “Se va un gran amigo”, dijo el mandatario, quien además le otorgó dos de las máximas condecoraciones del país: la Orden Nacional José Matías Delgado y la Gran Orden Francisco Morazán, esta última creada específicamente para el diplomático. “Este ha sido el mayor honor de mi vida profesional”, agradeció Johnson, emocionado. Ahora, casi cuatro años después, Donald Trump lo ha designado como su representante en México, donde se encargará de liderar la estrategia estadounidense en América Latina.
Una relación cercana con Bukele
Ronald Johnson llegó a El Salvador en septiembre de 2019. Aunque sin experiencia previa como embajador, su carrera en las Fuerzas Armadas y la CIA lo convertían en el perfil ideal para las prioridades de Trump: combatir a las pandillas MS-13 y Barrio 18 y frenar la migración hacia Estados Unidos. Desde su llegada, Johnson se alineó públicamente con las políticas de Bukele. “Mis prioridades son las mismas que las del presidente Bukele”, declaró en su primer mensaje al país. Bukele correspondió asegurando que compartían objetivos y que lograrían “grandes cosas juntos”.
No era la primera vez que Johnson estaba en El Salvador. Como miembro del Ejército estadounidense en los ochenta, participó en la estrategia militar contra la insurgencia durante la guerra civil. Este pasado generó críticas, especialmente por su designación, inusual para un militar de carrera en un puesto diplomático. Según Rubén Zamora, exembajador salvadoreño en Washington, Johnson fue el único representante de Estados Unidos en El Salvador proveniente del Ejército y la CIA en más de seis décadas.
Impacto en las relaciones bilaterales
A diferencia de su predecesora, Jean Manes, quien tuvo conflictos con el FMLN, Johnson buscó reforzar la relación entre ambos países. Bajo su gestión, El Salvador adoptó medidas alineadas con los intereses estadounidenses, como la creación de una patrulla fronteriza para frenar la migración y la firma del Acuerdo de Cooperación de Asilo.
El embajador se convirtió en un aliado clave para Bukele y en una figura constante en actividades oficiales y privadas. En redes sociales, ambos publicaron fotos que destacaban su cercanía, desde reuniones de trabajo hasta cenas y paseos familiares.
Sin embargo, esta relación no estuvo exenta de controversias. Johnson respaldó iniciativas como el arresto de pandilleros y la reducción de delitos, pero evitó hablar sobre el uso de militares en el Congreso salvadoreño o las denuncias de pactos con pandillas. Según Óscar Martínez, jefe de redacción de El Faro, el estilo de Johnson, proyectado como un hombre fuerte y pragmático, complementaba la imagen militarista de Bukele.
Un cambio de rumbo con Biden
Con la llegada de Joe Biden al poder en 2021, la dinámica cambió. Manes fue reinstalada en la embajada, y la Administración estadounidense adoptó una postura más crítica hacia Bukele. Washington incluyó a varios funcionarios salvadoreños en la Lista Engel, acusándolos de corrupción. Johnson, por su parte, se mantuvo al margen de estas tensiones, enviando mensajes de despedida amistosos a Bukele y su familia antes de su salida.
El nuevo reto en México
Trump ha señalado que Johnson desempeñará un papel crucial en la lucha contra el narcotráfico y la migración ilegal en México, destacando su experiencia en Seguridad e Inteligencia. Según expertos como Óscar Chacón, la capacidad pragmática de Johnson será clave en su nuevo rol. “No se ata a paradigmas ideológicos, incluso aunque crea en ellos”, afirmó Chacón.
Ahora, Johnson está a la espera de la ratificación del Senado para asumir el cargo en México, donde tendrá la tarea de gestionar las complejas relaciones bilaterales entre ambos países y enfrentar los desafíos de seguridad en la región.