Por Redacción
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De acuerdo a grupos de libertad de prensa, el gobierno y/o el ejército mexicano han seguido utilizando software espía diseñado para piratear los teléfonos celulares de los activistas, a pesar de la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador de poner fin a tales prácticas.
Los grupos de libertad de prensa dijeron que encontraron evidencia de intentos recientes de usar el programa de software espía israelí Pegasus, contra activistas que investigan abusos contra los derechos humanos por parte del ejército mexicano.
La infección de Pegasus fue confirmada a través de una investigación forense realizada por el grupo Citizen Lab de la Universidad de Toronto.
Según un informe del grupos como Artículo 19, La Red por la Defensa de los Derechos Digitales y organizaciones de medios mexicanas, un objetivo incluía al activista de derechos civiles, Raymundo Ramos.
Ramos ha trabajado durante años documentando abusos militares y policiales, incluidos múltiples asesinatos, en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, dominada por los cárteles de la droga.
El teléfono celular de Ramos aparentemente estaba infectado con el software espía Pesgasus en 2020.
“No les gusta que documentemos este tipo de casos, que se hagan públicos y se presenten denuncias penales”, indicó Ramos.
Las otras víctimas incluyeron al periodista y autor Ricardo Raphael en 2019 y 2020, y un periodista anónimo del medio de comunicación en línea Animal Político.
Daniel Moreno, director de Animal Político, indicó que “si el Presidente no sabía, eso es muy grave porque significa que el ejército se dedicó a espiar sin su consentimiento. Si el presidente sí lo supo, eso también es muy grave”.
López Obrador asumió el cargo en diciembre de 2018 prometiendo acabar con el espionaje del gobierno.
El presidente dijo que él mismo había sido víctima de la vigilancia del gobierno durante décadas como líder de la oposición.
“No estamos involucrados en eso. Aquí hemos decidido no ir detrás de nadie. Antes, cuando estábamos en la oposición, nos espiaban”, indicó López Obrador en 2019, en respuesta a preguntas sobre el uso de Pegasus.
El informe alega que el ejército mexicano ha solicitado cotizaciones de precios para programas de vigilancia de empresas relacionadas con la distribución de Pegasus, que según la empresa se vende solo a los gobiernos.
El informe dice que el grupo de piratas informáticos Guacamaya encontró documentos del ejército que enumeran solicitudes de cotizaciones de precios para los años 2020, 2021 y 2022.
México tenía la lista más grande, alrededor de 15,000 números de teléfono, entre más de 50,000 supuestamente seleccionados por clientes del NSO para vigilancia potencial.
COLOMBIA
El Secretario de Estado estaounidense, Antony Blinken, respaldó esta semana los esfuerzos recientes de Colombia para repensar su política de drogas e indicó que la Administración Biden y el gobierno recién elegido de Colombia trabajarán juntos en programas de desarrollo rural y esfuerzos de interdicción, mientras comparten inteligencia sobre grupos narcotraficantes.
Los comentarios se produjeron luego de una reunión entre Blinken y el recién electo Presidente colombiano, Gustavo Petro, en Bogotá, primera escala de una gira por Sudamérica en la que el secretario de Estado también visitará Chile y Perú.
“Apoyamos firmemente el enfoque holístico que está adoptando la administración del presidente Petro para contrarrestar los narcóticos a través de la seguridad rural integral, la justicia, el desarrollo, la protección ambiental, la reducción de la oferta y la reducción de la demanda, incluso en Estados Unidos”, señaló Blinken en conferencia.
El mes pasado, Petro habló en la Asamblea General de la ONU y recalcó que los esfuerzos liderados por Estados Unidos para combatir el narcotráfico en todo el mundo habían sido “un fracaso”.
Acusó a EE.UU. y a otros países desarrollados de adoptar un enfoque punitivo hacia el tráfico de drogas que perjudicó a los pequeños agricultores de los países en desarrollo.
Tras la reunión con Blinken, Petro adujo que ambas partes habían hablado sobre formas “más flexibles” de abordar el tráfico de drogas que buscan reducir la producción y el consumo en todo el hemisferio.
Petro dijo que los cultivadores de coca en áreas remotas de Colombia deberían recibir títulos de propiedad para que puedan integrarse más fácilmente a la economía legal.
Sugirió que Estados Unidos apoye un esquema de $7 mil millones para comprar tierras para agricultores sin tierra en Colombia, y dijo que se debería crear un fondo internacional para respaldar proyectos que pagarían a algunos cultivadores de coca para que abandonen el tráfico de drogas y se conviertan en protectores de la selva amazónica.
Petro señaló que se requieren medidas más duras contra los delincuentes de cuello blanco que se benefician del tráfico de cocaína en Colombia y Estados Unidos.
Colombia ha estado luchando por controlar la producción de cocaína, a medida que varios grupos armados toman el mando de áreas rurales abandonadas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC), luego de su acuerdo de paz de 2016 con el gobierno, mientras que las instituciones gubernamentales tardan en llegar.
El presidente colombiano recalcó que la fumigación aérea de cultivos de coca con químicos seguirá estando prohibida para proteger el medio ambiente, pero agregó que su administración buscará erradicar manualmente los cultivos de coca “de tamaño industrial” administrados por el crimen organizado.
BRASIL
Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva, dos candidatos diametralmente opuestos a la presidencia de Brasil, comenzaron una carrera de cuatro semanas para buscar votos antes de una segunda vuelta en la que el ganador se lo lleva todo.
Después de obtener más del 90 % de los votos en la primera ronda del domingo, dejando muy atrás a sus competidores, el actual presidente Bolsonaro y el expresidente da Silva ya están analizando opciones que pueden llevarlos a la cima, ya sean alianzas políticas o respaldos de candidatos ahora eliminados. .
Los analistas políticos indican que Bolsonaro buscará capitalizar una actuación inesperadamente fuerte de la derecha en su conjunto para apuntalar el apoyo de los políticos que buscan alianzas ventajosas, mientras que da Silva, que ganó la primera vuelta, se acerca a los moderados.
La elección determinará si un izquierdista regresa al timón de la cuarta democracia más grande del mundo, o si Bolsonaro puede avanzar en su agenda de extrema derecha por otro mandato.
Muchas encuestas habían indicado que el izquierdista da Silva tenía una ventaja significativa, y algunas sugirieron que incluso podría lograr una victoria en la primera ronda.
La mayoría mostró márgenes que se acercaron o superaron los dos dígitos, pero Bolsonaro se quedó a solo cinco puntos de da Silva, lo que ha obligado a una segunda vuelta este 30 de octubre.
Si bien el recuento de da Silva del 48.4% de los votos estuvo dentro de los márgenes de error de la mayoría de las encuestas, el 43.2% de Bolsonaro superó con creces a la mayoría de ellos.
Los aliados del presidente extremista que se postulan para el Congreso y las gobernaciones también superaron las encuestas.
“La extrema derecha ha mostrado una gran resiliencia en las elecciones presidenciales y estatales”, señaló Carlos Melo, profesor de ciencias políticas en la Universidad Insper de Sao Paulo.
Hablando después de los resultados, da Silva indicó que estaba emocionado de tener algunas semanas más de campaña y la oportunidad de estar cara a cara con Bolsonaro y “hacer comparaciones entre el Brasil que él construyó con el Brasil que construimos durante nuestras administraciones”.
“Siempre pensé que íbamos a ganar estas elecciones. Y les digo que vamos a ganar estas elecciones. Esto, para nosotros, es solo una extensión”, indicó Lula.
Mientras tanto, Bolsonaro parecía atraer a los votantes más pobres, que constituyen una parte importante de la base de da Silva.
Destacó la alta inflación que ha disparado el costo de los alimentos y ha afectado los índices de aprobación de los líderes en todo el mundo.