Por Agencias
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Moscú enfrentaba el lunes una nueva oleada de condenas internacionales y acusaciones de crímenes de guerra, luego que el retiro de soldados rusos de las afueras de Kiev revelara calles cubiertas de cadáveres de lo que parecían ser civiles, algunos aparentemente asesinados a quemarropa.
Las imágenes de cuerpos maltratados tirados al aire libre o en fosas cavadas apresuradamente también provocaron llamados a sanciones más severas contra el Kremlin, principalmente una suspensión de las importaciones de combustible de Rusia.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy dejó la capital, Kiev, para realizar el primer viaje reportado desde que inició la guerra hace casi seis semanas, con el propósito de ver por sí mismo lo que calificó de “genocidio” y “crímenes de guerra” en el pueblo de Bucha, escenario de algunas de las atrocidades.
“Personas muertas han sido encontradas en barriles, sótanos, estranguladas, torturadas”, afirmó Zelenskyy, quien otra vez pidió a Rusia apurar las negociaciones para un acuerdo que acabe con la guerra.
Líderes europeos y el presidente del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas condenaron el derramamiento de sangre, algunos calificándolo de genocidio, y el presidente estadounidense Joe Biden dijo que el mandatario ruso Vladimir Putin debe enfrentar un juicio por crímenes de guerra.
“Este tipo es brutal y lo que sucede en Bucha es indignante”, declaró Biden, quien también prometió aumentar las sanciones económicas contra Moscú.
Por su parte, Alemania expulsó a 40 diplomáticos rusos, y Lituania también expulsó a su embajador ruso.
El ministro de Defensa ruso, Sergey Lavrov, calificó las escenas de las afueras de Kiev como una “provocación antirrusa montada”.
El Kremlin ha rechazado reiteradamente las atrocidades, considerándolas una farsa de parte de Ucrania.
Lavrov dijo que el alcalde de Bucha no mencionó las atrocidades un día después que las tropas rusas salieran la semana pasada, pero dos días después veintenas de cuerpos dispersos fueron fotografiados en las calles.
Las autoridades ucranianas aseguran haber encontrado los cuerpos de 410 civiles en localidades en torno a Kiev, que en días recientes fueron recuperadas de las fuerzas rusas.
En Bucha, al noroeste de la capital, periodistas vieron 21 cadáveres, incluyendo nueve vestidos de civil que parecían haber sido ejecutados a quemarropa.
Al menos dos de ellos tenían las manos atadas a la espalda, uno de ellos recibió un disparo en la cabeza y otro tenía las piernas atadas.
“Esta es una guerra de asesinatos, de mucha sangre. Están muriendo muchos civiles”, enfatizó Natalia Svitlova, una refugiada de Dnipro, en el este de Ucrania, que huyó a Polonia. “No comprendo cómo es posible esto en el siglo XXI y por qué nadie puede pararlo”.
Moscú continuaba con su ofensiva en el este de Ucrania, de donde pocas noticias han salido desde que inició la guerra el 24 de febrero.
Rusia, al retirarse de la capital, indicó que su principal objetivo es tomar control de Donbás, una zona industrial en el este del país donde la mayoría de la población habla ruso.
Los aliados europeos, aunque unidos en la indignación por las secuelas en las afueras de Kiev, parecen divididos en su respuesta.
Polonia, que está en la frontera con Ucrania y ha recibido una gran cantidad de refugiados, singularizó airadamente a Francia y Alemania por no tomar medidas más enérgicas y exhortó a Europa a cortar rápidamente la compra de energéticos rusos.
Pero Alemania informó que adoptará una estrategia de más gradual en la eliminación de las importaciones de carbón y petróleo durante los próximos meses.
Líderes occidentales y ucranianos han acusado a Rusia de crímenes de guerra antes, y la fiscalía de la Corte Penal Internacional ha abierto una pesquisa para investigar el conflicto.
Pero los últimos reportes aumentaron el nivel de condena.
Al anunciar la expulsión de los diplomáticos rusos de Alemania, la ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, dijo que su gobierno tomará más medidas punitivas.
Agregó que las imágenes de Bucha revelan la “increíble brutalidad del liderazgo ruso y aquellos que siguen su propaganda”.
“Debemos temer imágenes similares de muchos otros lugares ocupados por las tropas rusas en Ucrania”, declaró la diplomática alemana.