La última entrega de “Terminator: Destino oscuro” cumple con las expectativas y consigue superar por poco a las tres anteriores secuelas de la mítica saga, la cual creó James Cameron en los ochenta.
Tras el éxito mundial de “Deadpool”, Tim Miller se convirtió de la noche a la mañana en un director de moda al que medio Hollywood quería para convertir en oro sus próximos proyectos.
Dijo “no” a dirigir la secuela de “Deadpool” (que recaudó casi $800 millones en la taquilla mundial), para intentar adentrase del todo en las entrañas de Hollywood, tocando el santo grial de la ciencia ficción moderna y recogiendo los pedazos de una saga que empezó hace 35 años con “Terminator”, y que vivió su mejor momento hace más de 25 con la obra maestra indiscutible “Terminator II: El juicio final (1991)”.
Esta vez parecía que las cosas serían diferentes cuando en 2017 James Cameron anunció que la sexta entrega de ‘Terminator’, sería la última de la serie y que él mismo realizaría la historia junto a Miller, creando una secuela directa de “El juicio final”.
Cameron no estuvo involucrado en “Terminator 3” ni en “Terminator: Salvation”, ni en “Terminator: Génesis”, aunque sí las apoyaba, debido a su gran amistad con Schwarzenegger, sin duda el actor que ha interpretado a la máquina mortal más emblemática de la historia del cine, el ‘T-800’.
Por este motivo, cuando el creador de una de las franquicias más queridas, valoradas y respetadas de la historia, dijo que produciría esta última entrega, las expectativas estaban por las nubes.
Pero quizás Cameron ya no brilla como antes, o quizás sea que para poder producir obras maestras debe escribirlas y dirigirlas.
Sin duda, el film que dirige Miller con oficio es digno de ver en la pantalla, ya que si algo ha demostrado que domina el director son las secuencias de acción con multitud de efectos especiales.
Pero desafortunadamente esto no lo es todo para que el público enloquezca con un film, y una vez más topan con la misma piedra, ya que parece que es absolutamente imposible igualar las dos películas originales.
Y es que a parte de tener mucha acción y efectos especiales, necesitas un casting en estado de gracia, con un guión de hierro e inteligente.
Todo esto, junto a grandes dosis de violencia extrema para mayores de 18 años, hacía que al público le quedaran gravadas en sus retinas las primeras entregas, que además nos dejaban sin aliento y reflexionando sobre el futuro de la humanidad si seguimos alimentando la Inteligencia Artificial, y cada vez más enganchados a la tecnología.
Dos décadas después de que ‘Sarah Connor’ (Linda Hamilton, que finalmente vuelve a la franquicia después de 28 años), evitara el juicio final, cambiando el futuro y reescribiendo el destino de la especie humana para evitar su extinción, se nos presenta a una chica mexicana ‘Dani Ramos’, la maravillosa actriz colombiana Natalia Reyes, que vive una vida sencilla con su familia en Ciudad de México, trabajando en una fábrica con mucha maquinaria.
De repente aparece un letal nuevo modelo de ‘Terminator’, el ‘Rev-9’ (Gabriel Luna, recordando al icónico ‘T-1000’ de Robert Patrick), quien viaja atrás en el tiempo para acabar con su vida y con la de todos sus seres queridos.
La supervivencia de ‘Dani’ no depende sólo de ella, y tendrá que unir fuerzas con dos guerreras, ‘Grace’ (Mackenzie Davis en el papel que la va a lanzar como gran estrella de Hollywood, una super soldado proveniente del futuro), y ‘Sarah Connor’, a quien se nota que Miller tenía ganas de volver a poner en la franquicia, ya que su presentación en medio de la autopista, después de una espectacular persecución, cargada hasta los dientes de todo tipos de armas para quitar de en medio al ‘Rev-9’ durante un momento es genial.
A partir de este momento el film sigue una estructura form”ulaica” de gato que busca el ratón, aunque el hecho de que el ‘Rev-9’ pueda separar su parte de metal liquido de su esqueleto interno, convirtiéndose en dos enemigos simultáneamente, es uno de los elementos más originales y bien desarrollados del film.
El reencuentro entre ‘Sara’ y ‘T-800’, quien ha rehecho su vida en medio del bosque y ahora se hace llamar ‘Carl’, no tiene desperdicio y es inevitable que verlos de nuevo juntos en escena remueva emociones a los más nostálgicos.
A partir de aquí varias secuencias de acción impecables, una a bordo de un avión militar a miles de metros del suelo y el clímax en una presa hacen que el film realce el vuelo y consiga que, honestamente, funcione.
‘Terminator: Destino oscuro” tan solo ha recaudado $29 millones en su debut doméstico, que es poco para una superproducción de más $185 millones, hecho que quizás le cause perdidas de más de $100 millones a la Fox y a la Paramount.
Por suerte lleva casi $125 millones en la taquilla mundial, pero quizás esto sea una señal de que se trata del final de una franquicia que sin duda ya ha vivido su mejor momento.