Por Redacción
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En un evento organizado por Univision el miércoles, Donald Trump fue desafiado a nombrar tres virtudes de su oponente demócrata, Kamala Harris.
La pregunta llegó una semana después de que Harris recibiera el mismo reto respecto al expresidente y actual candidato republicano. Las respuestas de ambos fueron similares: cortesías a regañadientes, acompañadas de críticas veladas.
“Es una pregunta muy difícil”, respondió Trump al final del evento, transmitido en vivo por la principal cadena en español de Estados Unidos. “Esa es la pregunta más difícil. Las otras fueron fáciles”.
El republicano comenzó con una crítica directa hacia Harris, afirmando que ella había “dañado a nuestro país de manera horrible” antes de hacer un reconocimiento ambiguo sobre su “capacidad de sobrevivir”.
Sin embargo, la alabanza pronto se convirtió en un ataque.
“Porque ella estaba fuera de la carrera”, dijo Trump, refiriéndose a la retirada temprana de Harris durante la campaña presidencial demócrata de 2020. “Y de repente, ahora está postulándose para presidenta”, añadió, haciendo alusión a su reemplazo de Joe Biden como candidata presidencial del Partido Demócrata para las elecciones de 2024.
Trump también destacó que Harris “parece tener amistades de larga data” y señaló que “parece ser una persona agradable”.
“Me gusta la forma en que hace algunas declaraciones y la forma en que se comporta en ciertos aspectos”, dijo Trump. “Pero, por otro lado, creo que es muy perjudicial para nuestro país”.
Un intercambio incómodo, pero tradicional
Pedir a los candidatos de los principales partidos que digan algo positivo del otro es una tradición en las campañas presidenciales, aunque a menudo genera respuestas incómodas o evasivas. En este caso, la falta de relación personal entre Trump y Harris —quienes solo se han encontrado en su debate de septiembre— complicó aún más la situación.
En un clima electoral marcado por tensiones, donde ambos bandos se han acusado mutuamente de ser una amenaza para la democracia, los candidatos no enfrentan presiones por parte de sus bases para mostrar cortesía hacia sus rivales.
Durante un evento anterior, Harris también había sido cuestionada sobre las virtudes de Trump. La vicepresidenta se mostró inicialmente reacia a responder, señalando que la política del expresidente le resultaba dolorosa. “Su enfoque de ‘nosotros contra ellos’ no es saludable para nuestra nación, y no lo admiro”, afirmó Harris.
Finalmente, tras insistencias, ofreció un cumplido: “Creo que Donald Trump ama a su familia, y eso es muy importante”. No obstante, matizó su comentario: “Pero realmente no lo conozco. Solo lo he visto una vez… así que no tengo mucho más que decir”.
Una pregunta familiar en la historia electoral
Ambos candidatos fueron cuestionados por la misma persona, Teresa Djedjro, de 48 años, quien asistió a ambos eventos. Djedjro se sumó a una lista de votantes que, en elecciones anteriores, también pusieron a prueba la diplomacia de los candidatos.
Un episodio similar tuvo lugar en 2016, cuando Trump y su entonces oponente demócrata, Hillary Clinton, enfrentaron una pregunta casi idéntica. En esa ocasión, Clinton respondió primero, elogiando a los hijos de Trump a quienes calificó como “increíblemente capaces y devotos”.
Trump agradeció el cumplido, llamándolo “muy agradable”, y luego devolvió el gesto. “Diré esto sobre Hillary: no se rinde, no se da por vencida. Eso lo respeto”. Sin embargo, ambos candidatos dejaron claro que sus diferencias eran significativas y profundas.
El intercambio entre Trump y Harris refleja un patrón familiar en la política estadounidense, donde los cumplidos suelen ir acompañados de críticas subyacentes, especialmente en medio de campañas polarizadas. Con las elecciones de 2024 acercándose, estos momentos de aparente cortesía resaltan tanto las tensiones como las distancias entre los dos aspirantes a la Casa Blanca.