Hace poco, mi amigo Alex y yo nos pasamos casi todo el día pegados a la tele viendo los juegos olímpicos de Rio de Janeiro mientras esperábamos la gran final de la carrera de los cien metros planos de hombres.
Entre tacos sudados y aguas de Jamaica vimos las increíbles piruetas de Simone en el gimnasio y de Shi Tingmao en la alberca.
Cuando andábamos por los huaraches y la horchata vimos a Van Niekerk romper la marca mundial de los 400 metros planos, y finalmente cuando le estábamos entrando con singular alegría a los flanes y plátanos fritos, al fin, vimos a Usain Bolt ganar la final, todo quitado de la pena.
No fue su carrera más rápida pero ganó.
Lo más rápido que ha corrido los 100 metros es en 9.58 segundos que viene siendo un poco más de 23 millas por hora (mph).
El ser humano más rápido en la historia corre a más de 23 mph mientras yo corro como a media mph y esto cuando tengo que alcanzar el autobús.
Los caballos corren en promedio como a 30 mph.
Y, ¿Cómo ven que los perros son en general más rápidos? Los perros corren como a 45 mph.
El animal terrestre más rápido es el “chita” o “guepardo” que corre como a 70 mph, pero aún así este gatito no se compara con el halcón peregrino que vuela a 240 mph.
Todos estos animales, desde Bolt hasta el halcón, tienen que consumir un montón de energía (en forma de alimentos) para poder alcanzar estas increíbles velocidades.
Esto también es cierto para todo tipo vehículos, cuánto más rápido puede ser un auto o avión, necesita más energía.
Los aviones más rápidos llegan a 2,000 mph pero gastan combustible como locos. Imagínense, ¡la nave más rápida jamás construida por el hombre alcanza a viajar a más de 90,000 mph!.
Usa energía solar que cierto, es prácticamente gratis pero la nave requiere muchísima energía.
Las distancias en el espacio son increíblemente grandes; tanto que para poder viajar a otros planetas fuera de nuestro sistema solar vamos a necesitar naves que viajen muchísimo más rápido que las que tenemos actualmente o, encontrar algún atajo.
Pero para poder viajar más rápido, necesitamos consumir más energía y en forma más eficiente.
Para que se den una idea mis amigos lectores, nomás para llegar a la estrella más cercana a nuestro sistema solar, nos tardaríamos como 4 años viajando a la velocidad de la luz, ¡que es de más de 650,000,000 mph!
Imagínense cuánta energía necesitaríamos.
Vamos a tener que comer un poco más que unos cuantos sopes.
Javier Rivera, es el Director del Planetario del Museo de Historia Natural de Santa Bárbara.