[email protected]
Materializar un sueño es algo tan profundo y significativo en la vida de todo ser humano que a menudo marca una etapa concreta para pasar al siguiente nivel y creer que todo es posible.
Hay sueños de todo tipo, pero el de celebrar los XV años con una gran fiesta o tener una fantástica boda, seguirá siendo uno de los anhelos más esperados de muchas niñas y mujeres que bien saben que es algo que se vive sólo una vez en la vida.
Es momento, quizás, de no fijarse en gastos, olvidarse del dinero el cual va y viene… es el momento de demostrar que celebrar el amor con una hermosa fiesta no es un mero gasto, sino motivo de felicidad, de amor sin ese miedo, y en cambio verlo como una inversión de amor para toda la vida… y “que es Dios quien provee”.
He aquí dos historias locales que muestran lo mágica que puede ser la vida cuando hay amor y determinación.
Un Sueño Real
Cuando todavía faltan tres meses, Yoselin León tiene “todo listo” y espera emocionada el día en que podrá lucir el vestido color turquesa que eligió para celebrar sus “XV años” a la espectacular manera latina.
“Desde que estaba chiquita, yo siempre soñaba con mis 15 años”, comenta esta precavida jovencita, quien detalla cómo con su familia han venido planeando este evento desde el año pasado con el fin de no descuidar algún detalle y a la vez poder ir parcelando los gastos.
Así, con el tradicional apoyo de padrinos, han ido reuniendo todo lo necesario para ese gran día.
“Tengo el vestido, la muñeca, la cadena, la pulsera, el vals, la comida, el salón… Tengo todo, resume una feliz Yoselin, quien es nacida y criada en Santa Bárbara y actualmente cursa el Grado 9 de la SB Junior High.
En Estados Unidos el mercado de la “quinceañera” significa muchos millones de dólares. Según un estudio de la Universidad de Miami, se calcula que alrededor de 500 mil niñas latinas cumplen XV años anualmente.
De acuerdo al mismo reporte, el promedio de esas fiestas oscila entre los $12 mil a $14 mil dólares, aunque también hay quienes se gastan menos o mucho más.
Tanto la ceremonia religiosa que será en la iglesia de Guadalupe, como la recepción que tendrá lugar en el Westside Boys & Clubs, están programadas para el 14 de junio, el mismo día de su cumpleaños.
Entre tíos, primos y amigos, esta futura quinceañera, cuenta con alrededor de unos 200 invitados.
Pero parece que a la familia León, de raíces mexicanas, le esperan varias otras fiestas como ésta, ya que Yoselin es la mayor de 4 hermanas y le siguen Julia, Itzel y Nansi de 9, 2 y 1 años respectivamente.
“Quiero darle el ejemplo a mis hermanas para cuando ellas tengan su baile. Aunque mi hermanita de 9 dice que no quiere fiesta, ella quiere un carro”, sonríe Yoselin, agradecida de sus padres y todos quienes le apoyan.
La adolescente, quien suele disfrutar paseos en familia, cantar, bailar y estar con sus amigos con quienes le encanta “ser chistosa”, comparte que ayuda en casa en lo que sea necesario y así apoyar a su mamá (María Mendoza) con la crianza de sus hermanitas.
“Se las cuido, se las baño, se las cambio”, explica, y con el mismo gusto disfruta de la escuela, en especial de sus clases de matemáticas.
En cuanto a la fiesta, han contratado a alguien para la decoración, mientras que una amiga adornará la iglesia.
Asimismo, comenta que su familia es fiel a las tradiciones y celebran todo; y que ahora espera con ansias el momento de la misa, cuando baile con sus 7 chambelanes o cuando estén comiendo en familia; pero lo que más la ilusiona es, “cuando su padre (José Luis León) le calce las zapatillas con tacones”.
Así, Yoselin espera con ansias y cuenta los días para tan importante fecha, cuando se pondrá su vestido turquesa, su color favorito; se sentirá toda una princesa y vivirá ese mágico momento con el que ha soñado desde que era un niña.
Amor Eterno
Josefa Rosales Alba y Abel Alba García creen en el amor y están muy concientes de dar el “Sí” otra vez tras 25 años de matrimonio.
Lo celebrarán en grande, tan emocionados y enamorados como si fuese la primera vez.
La feliz pareja se conoció en 1988, en Guerrero, México, cuando una prima de Abel lo invitó a que fuera chambelán de sus 15 años, donde Josefa fue madrina de arreglo.
“Me llamó la atención y ahí la conocí. Bueno, ese mismo día yo me le declaré y quedamos que luego me iba a avisar”, recuerda Abel como si fuera ayer.
Aunque Josefa confiesa que ya lo había visto antes en una graduación y le había gustado.
“Yo le mandaba cartas en México” recuerda el decidido Abel, quien también vino a los Estados Unidos y regresó para casarse al cabo de 3 años cuando él tenía 21 y su amada 18 años de edad.
Luego de casados el ya esposo se vino primero a SB y al año se vino Josefa.
Con aquella misma determinación, dos décadas después, un día antes de su último aniversario, Abel irrumpiría en la recámara donde estaba Josefa viendo la televisión con la hija, y armado de flores, tarjeta, anillo y rodilla en tierra, le pidió matrimonio otra vez.
Hecho que los hijos de inmediato registraron en un video.
“Fue algo que yo no esperaba porque él no es muy detallista que digamos, pero cuando me sorprende, me sorprende. Él es más de hechos que de palabras. En ese momento sentí algo mágico, no podía creer lo que estaba viendo”, expresa la “novia”.
Así, Josefa asegura que siempre tuvo la ilusión de celebrar sus “bodas de plata”
“Siempre tuve la ilusión de celebrarlas, porque nuestra boda no fue del todo como me hubiera gustado”, comenta, ya que en su tierra natal, es tradición que los padres del novio se encarguen de la fiesta, y ellos habían fallecido un año antes de que Josefa y Abel se casaran.
Además comparte que tampoco había la confianza entre ambas familias para acordar los arreglos con mayor detalle.
“En el transcurso del tiempo hemos tenido diferencias como todo matrimonio, pero la verdad le doy gracias a Dios que me tocó un buen marido: responsable, trabajador, educado. Entonces, no hubiera pensado en no volverme a casar”, comenta la ahora novia.
Josefa también explica que celebrarlo en grande fue idea de los cuatro, especialmente animados por sus dos hijos José y Estefani de 22 y 20 años, ambos nacidos acá.
Así, la pareja estará celebrando sus “Bodas de Plata” el 18 de abril en la Iglesia de Guadalupe, seguido de una recepción en el Goleta Community Center donde esperan a unos 200 invitados.
Incluso vendrán los padres de Josefa desde México al evento.
“Estoy muy emocionada porque estamos organizando la música, ya vimos lo de la comida, lo de la misa y ahorita tenemos que ver cómo nos organizamos porque mi sueño es salir de la iglesia en un carruaje. Estamos viendo si se puede cumplir, pero si no se puede está bien”.
Ahora los novios, están ultimando otros detalles de lo que será el programa incluida la luna de miel.
“Ese día en la noche nos vamos, porque nos vamos… No sabemos adónde pero solitos los dos, que es algo que no pudimos lograr”, sonríe ilusionada la contrayente.
Según un estudio de la UCLA, en Estados Unidos el costo promedio de una boda es de $26,984, de los cuales donde más se gasta es en el lugar y la comida de la recepción seguidas por la luna de miel.
De acuerdo a la universidad angelina el mes más popular es junio, el promedio de damas de honor es 4, el promedio de edad de las novias es de 29 años, mientras que del novio es 31.
Desde hace diez años, Abel trabaja en la cocina del Cottage Hospital, mientras ella labora en la cocina del Hospital de Goleta desde de cinco. Mientras su hijos estaban pequeños se dedicó a ser ama de casa.
“No somos de mucho dinero ni nada de eso, queremos algo sencillo pero muy bonito. Padrinos exactamente no tenemos. Nosotros le llamamos apoyo, nos echamos la mano unos a otros y es así cómo estamos organizando nuestra fiesta”, declara esta esposa, madre y ejemplar mujer agradecida de todos.
Al mismo tiempo asegura que también confía en su propia creatividad porque siempre les han dicho que sus fiestas resultan bonitas.
Por su parte Abel, le hace honor al concepto que transmite con quienes le conocen, que es alguien de hechos y no sólo de palabras.
“El dinero va y viene ¿verdad? uno no se puede quedar con las ganas”.
Por su parte Josefa al igual que Yoselin, espera con nerviosismo y felicidad el día de su boda.
“Me siento bien emocionada, me imagino tener menos años; me comporto como una adolescente a veces. La verdad estoy muy contenta, muy emocionada esperando que ya llegue ese día…”, finaliza la novia.