La época de Pascua es un tiempo de reflexión y celebración, ya que es cuando reflexionamos en el significado de la muerte de Jesucristo y celebramos su resurrección.
No hay otra persona que ha impactado a la humanidad como Jesucristo.
Él era un revolucionario, en sólo unos cortos 33 años cambió la trayectoria de la historia y dos mil años después todavía estamos hablando de él.
Cuando estaba en la tierra Jesús compartió muchas verdades poderosas acerca de Dios, la vida, el cielo y el más allá.
Se negó a cumplir con la norma, y en lugar estableció una nueva forma de hacer las cosas.
Cuando Pedro le preguntó a Jesús “¿cuántas veces perdonaré a mi hermano si pecare contra mí …” Jesús le dijo “setenta veces siete”.
Cuando el ciego pidió clemencia Jesús le preguntó: “¿qué quieres que haga por ti …” Conociendo muy bien que el hombre necesitaba sanidad; pero Jesús quería oír la fe del hombre.
Es por eso que Jesús respondió al hombre “… hágase según tu fe”. Esto demuestra como Jesús vino a mostrarnos una nueva manera para llegar a Dios Padre: ¡Él!
Una de las cosas más interesantes de Jesús es el hecho que con él no hay términos medio, es decir, estamos a favor de él o en contra él.
En otras palabras, Jesús no puede ser simplemente un “buen maestro”, como a muchos les gusta verle.
Él es el hijo de Dios o es un lunático.
Cuando él dice claramente que Él es el camino, la verdad y la vida (tenga en cuenta que no dice “Yo conozco el camino, conozco la verdad y poseo la vida”) … Jesús dice que Él es … esto va más allá de cualquier intención de ajustarse, ¡Él era un revolucionario!
Cuando Jesús es acusado injustamente, va a juicio, es condeno, castigado, despreciado y ridiculizado él sólo tenía una respuesta … “padre perdónalos porque no saben lo que están haciendo”.
Tal vez una respuesta más apropiada habría sido contratar a un buen abogado y defender su caso, y lo más probable es que hubiera ganado el caso, pero no, ¡Jesús era un rebelde!
La pregunta es: que es lo que motiva a un hombre inocente a morir por los demás y solamente hay una sola respuesta: Amor incondicional, un amor revolucionario.
Una noche un fariseo (un maestro de la ley) tuvo una conversación con Jesús con respecto a asuntos eternos y Jesús le dice: “Dios amó tanto al mundo que envió a su único hijo a morir por la humanidad”. Juan 3:16, el cual es el versículo más conocido de la Biblia, pero Juan 3:17 es poderoso también, “porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo”. Juan 3:17.
Estos dos versos condensan el amor eterno de nuestro celestial tiene para nosotros. Dios ama a ________ (ponga su nombre aquí) de una manera incondicional.
Dios nunca nos mira basado en lo que hemos hecho o no hecho para Él.
La vida no es y nunca será sobre lo que podemos hacer por Dios. Jesús no nos puede amar más de lo que Él ya nos ha amado.
Él es amor que fue a la cruz para morir por nuestros pecados, pero resucitó de nuevo para poner en marcha la mayor revolución que el mundo haya conocido, donde ni la muerte pudo con Él.
¡Jesús era un revolucionario!
Miguel Montano, es el Pastor de la Iglesia “Word of Life Santa Bárbara” y ha sido columnista para varias publicaciones de Estados Unidos y Puerto Rico.