Geoffrey Cowper es oriundo de Barcelona, graduado en Producción Cinematográfica de Barcelona y director de varios films, que ha presentado en numerosos festivales de cine.

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Disney estrena de nuevo otra adaptación en imagen real de un clásico muy querido por la crítica y por el público.

Sin duda, esta versión está siendo el mayor éxito de taquilla en lo que llevamos de año, aunque desafortunadamente venida a menos al no superar en calidad, espectáculo y emoción a la que fue su primera versión y, hasta que se estrenó «Up» (2009), la única película de animación en ser nominada al Oscar de la academia en la categoría de mejor película, “La Bella y la Bestia” (1991).

Dirigida por el experimentado Bill Condon, guionista y director encargado de cerrar la saga «Twilight», de filmar recientes biopics cómo “Kinsey” (2004) o “The Fifth State” (2013) y también creador del musical «Dreamgirls» (2006).

Esta nueva adaptación del cuento de hadas francés del mismo nombre y publicado a mediados del siglo XVIII por Jeanne de Beaumont, nos explica una vez más la que algunos consideran la mejor historia de amor jamás contada.

Narrada esta vez por el recientemente fallecido y queridísimo actor: Bill Paxton.

El film arranca con un príncipe inaugurando un ostentoso baile en su enorme castillo. De repente, aparece de la nada una vieja mendiga que busca refugio contra el frío.

A cambio le ofrece al príncipe una simple rosa como pago, pero es rechazada y objeto de burla debido a su aspecto andrajoso. Cuando el príncipe ignora su advertencia de no dejarse llevar por las apariencias, la anciana se transforma en una hermosa hechicera y convierte al joven en una monstruosa bestia, y a sus inocentes sirvientes en objetos domésticos (candelabro, reloj, armario, tetera, plumero…).

La hechicera maldice la rosa y advierte a la Bestia que permanecerá en su estado hasta el fin de sus días a menos que aprenda a amar a alguien y a ganarse su amor antes de que caiga el último pétalo.

Años después, ‘Bella’ (una pletórica y espectacular Emma Watson) es una joven brillante y enérgica que sueña con aventuras.

Independiente y reservada, ‘Bella’ no quiere saber nada del arrogante y engreído ‘Gastón’ (Luke Evans), que la persigue sin descanso, ya que quiere casarse con ella.

«Bella» vive con su padre, ‘Maurice’ (Kevin Kline), un inventor que al salir con su caballo, Phillipe, a vender sus cajas musicales, se encuentra como por arte de magia en un misterioso castillo.

Al arrancar una rosa de un arbusto para regalársela a Bella llama la atención de una criatura que espanta a Phillipe, que se marcha galopando.

Al regresar a la aldea, «Bella» se da cuenta de que algo muy malo le debe de haber ocurrido a su padre y decide viajar a caballo hasta que lo encuentre.

Finalmente, topa con el castillo y se encuentra a su padre en el calabozo.

‘Bella’ le ruega a su captor, el príncipe convertido desde hace años en «Bestia «(Dan Stevens), que lo libere.

Y como éste no cede ni un pelo, decide tomar de forma heroica el lugar de su padre, quedando atrapada en manos de la terrible «Bestia».

Entonces ‘Bella’, gracias a su personalidad abierta y simpática, establece rápidamente vínculos de amistad con el antiguo personal del lugar, transformados en objetos desde hace mucho tiempo, con la esperanza que ella sea la mujer que cambie el corazón a la «Bestia».

Y mientras el bravucón ‘Gastón’ organiza su rescate, ‘Bella’ descubrirá que, detrás de la apariencia de Bestia, se esconde un príncipe embrujado.

¿Su amor florecerá a tiempo? Eso está por verse.

Desafortunadamente, aunque Condon y su equipo hayan diseñado el film con mucho cariño, el resultado acaba siendo solo una extasiada pieza de nostalgia renovada.

Lo triste es que las nuevas aportaciones del director restan más que no suman. Y aunque los números estrella del clásico de hace más de 25 años están cargados de virtuosidad, no la llegan a superar ni en calidad ni en emoción.

Es realmente de admirar la compleja labor de combinar imagen real con animación 3D, como tan bien hizo el año pasado ‘El libro de la selva’ (Jon Favreau, 2016).

Es de agradecer que Condon haya podido mantener un espíritu similar, con el que consigue lanzar un hechizo sobre los viejos fans y los también recién llegados de una manera atractiva, entretenida y sin duda romántica.

A nivel de recaudación ha sido un rotundo éxito de taquilla, costó 160 millones de dólares y ha recaudado más de 700 millones en poco más de dos semanas, siendo la película número nº1 en el mundo.

Cabe recordar que el clásico original de Disney costó tan solo $25 millones y recaudó la friolera de $425 millones en todo el mundo, generando proporcionalmente mucho más, y convirtiéndose entonces en la película de animación más taquillera de la historia.

De hecho, fue la primera película que fui a ver al cine, y nunca olvidaré esa experiencia mágica y a la vez aterradora.

Me gustó tanto, que tuve que ir a verla una segunda vez.  

Geoffrey Cowper es oriundo de Barcelona, graduado en Dirección Cinematográfica de Barcelona y director de varios films, que ha presentado en numerosos festivales de cine.