Por Agencias
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“El que siembra recoge”, le recuerda su entorno; y Luka ha sembrado mucho. Se esperan ovaciones y reconocimientos por los campos de España. Puede ser su último año.
Cuando Modric (38 años a partir del 9 de septiembre) puso a mediodía de ayer en sus redes sociales esta frase “Home Sweet Home” (“Hogar, dulce hogar”), millones de madridistas de todo el mundo respiraron tranquilos. Luka se queda. Sí.
El AS ya les ha venido informando puntualmente de esta buena nueva para los amantes del fútbol arte y la profesionalidad ejemplar, pero la cuenta abierta con fondos ilimitados del fútbol árabe hizo dudar a los más escépticos. Pero esa gente no conoce a Lukita. No todo el mundo cede al poder seductor del dinero con muchos ceros a la derecha…
Todavía quedan futbolistas románticos, que aman su profesión por encima de todo, que se levantan por la mañana orgullosos de seguir perteneciendo al mejor equipo de la Historia, de poder jugar cada semana en un Bernabéu 7 Estrellas que pronto se convertirá en lugar de peregrinaje de turistas llegados de todos los rincones del planeta, de seguir acudiendo cada mañana a entrenarse a Valdebebas, la mejor y más moderna ciudad deportiva del mundo, de poder disfrutar de una ciudad con 280 días de sol al año, de disfrutar del respeto absoluto de su afición y también de la de los equipos rivales…
Todo eso lo tiene ahora mismo Modric, lo que explica en buena parte su firme determinación de decirle a los emisarios árabes, un día sí y otro también durante varios meses, que no se molestasen en incrementar la cantidad de la desorbitada oferta porque su respuesta no iba a variar: “NO es NO”.
Modric estuvo a punto de dejar el fútbol con solo 27 años cuando en 2012 el dueño del Tottenham, Daniel Levy, no cumplió su palabra y le puso pegas para traspasarle al Madrid.
Luka iba a dejar el fútbol prematuramente con tal de respetar sus principios, que son tan buenos como sus finales. Levy reculó y desde 2012 está entre nosotros para deleite de los madridistas y de los que aman el fútbol puro más allá de los colores de la camiseta de turno.
Por eso, esta última temporada del genio croata en el Madrid adivina un escenario emocional maravilloso para el croata y para todos los Lukabelievers. Su entorno más directo, Borja Couce es su alma gemela en la vida privada del 10 blanco, le recuerda que “el que siembra recoge”, un refrán muy español. Y Modric ha sembrado mucho. Fútbol de magisterio, mucho respeto por el rival y siempre aceptando las victorias y las derrotas sin perder el norte. Un caballero con botas que trasciende al resultadismo. Lo vamos a comprobar en la primera jornada de Liga en San Mamés (12 o 13 de agosto).
Un campo señorial que ya aplaudió en su día a Benzema y que siempre demostró cariño por el genio de Zadar. Modric no tiene contraindicaciones y eso se notará en los campos a los que se sabe que acudirá por última vez. Por las obras del Bernabéu, lo podremos comprobar acto seguido en Almería (19 o 20 de agosto) y Balaídos en Vigo (26 o 27 de agosto).
Luka se fue el pasado sábado de vacaciones con su familia, después de haber pasado toda la semana en Madrid cerrando todo con el club, con el que ya había firmado contrato a finales de abril sentado a la mesa junto a su agente y leyenda, Pedja Mijatovic.
Para el montenegrino lo fácil hubiese sido ‘obligarle’ a firmar con los árabes y llevarse una prima millonaria, pero el héroe de la Séptima conoce de sobra a Luka y sabía que iba a privilegiar su orgullo futbolístico al dinero fácil que no le iba a acercar a la felicidad. Todo lo contrario.
Por eso, Luka se queda en su amado Bernabéu (esta temporada han coreado su nombre incluso saliendo del banquillo, lo que le ha motivado mucho para tomar esta decisión final).
Y por eso ha decidido seguir con Croacia hasta la Eurocopa de 2024, persiguiendo ese sueño de ganar el primer título para la selección ajedrezada, que ya lleva tres citas al borde de la gloria.
A la edad de Modric estará Messi en Miami, y estaban Iniesta en Japón y Xavi en el Al Sadd. Sólo él resiste a su edad en el Star System. Sólo él renunció al power money. Es imposible no adorar a Luka…