Por Agencias
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Un Tribunal Supremo de Estados Unidos abre vía para deportar a inmigrantes residentes con Green Cards que fueron condenados en el pasado, esto en medio de la suspensión de permisos que emitió Donald Trump recientemente.
El Supremo falló el jueves contra un ciudadano jamaicano con el permiso de residencia permanente, Green Card, que buscaba evitar su deportación por delitos de los que fue condenado en el pasado.
Con una decisión, respaldada por cinco jueces frente a cuatro, en la que se impuso el ala conservadora, el Supremo resolvió en contra de Andre Martello Barton, residente en el país desde los diez años y padre de cuatro hijos nacidos en Estados Unidos.
El jamaicano fue condenado en 1996 por una corte en Georgia por asalto con agravamiento y posesión de arma de fuego, después de que un amigo suyo disparara, estando él presente, contra la casa de la exnovia de Barton.
Años más tarde, fue sentenciado en casos separados por delitos relacionados con las drogas.
Barton buscaba frenar su deportación desde septiembre de 2016, en una batalla judicial que ha terminado en manos del alto tribunal.
Según la ley estadounidense, un residente permanente puede ser expulsado si comete delitos graves, como abuso sexual de menores, pornografía infantil, violación y asesinato, crímenes violentos con una pena superior al año de prisión, robo y allanamiento de morada, evasión fiscal, lavado de dinero, petición de rescates, sobornos o fraude, falsificación de dinero o asalto y violencia doméstica.
En su resolución, el Supremo establece que Barton “no es apto para cancelar su expulsión”, porque cometió ofensas graves, como asalto con agravamiento, durante sus primeros siete años de residencia en el país, con lo que pueden ser motivo de deportación.
En el trasfondo de esta decisión subyace la controversia sobre una ley migratoria de 1996 que permite a quienes tengan una orden de deportación pedir su cancelación si cumplen con una serie de condiciones, como no haber cometido determinados delitos durante los siete primeros años de su residencia en Estados Unidos.
Pese a que Barton perpetró un delito de asalto agravado durante ese periodo, este tipo de ofensa no calificaba para deportación hasta ahora, pero la mayoría conservadora del tribunal no lo ha visto así, ya que considera que sí que puede conllevar una orden de expulsión.
Al argumentar el fallo, el magistrado Brett Kavanaugh, en nombre de la mayoría conservadora de la corte, alegó que una ofensa de “comportamiento inmoral” puede hacer inadmisible a un ciudadano extranjero y aseguró que el delito de asalto agravado implica un atentado contra la moral.
En una opinión de disenso, la jueza Sonia Sotomayor recordó que Barton ha sido residente legal en el país durante largo tiempo, tras entrar legalmente, y que no ha pisado Jamaica en 25 años.
Agregó que este hombre fue arrestado por primera vez en 1996, cuando tenía 17 o 18 años, después de que un amigo suyo disparara a la casa de su exnovia estando él presente, y que ambos fueron condenados, pese a que Barton testificó más tarde ante un juez migratorio que él no sabía que su amigo tenía una arma ni que planeaba abrir fuego.
Este fallo se conoce después que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmara este miércoles una orden ejecutiva con la que congela durante al menos 60 días la inmigración al país bajo el pretexto de la destrucción de empleos provocada por la crisis del Covid-19.