Por Agencias
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Los de Flick cumplieron en un partido de locura, pero murieron porque la ayuda española no llegó. Alemania soñará con Keylor y con Tanaka…
Al Bayt vivió una locura que se llevó por delante a Alemania.
Por segundo Mundial consecutivo, la cuatro veces campeona tiene que adelantar el viaje de vuelta a casa.
En la previa, Müller y compañía habían deslizado un resultado de 8-0, pero el orgullo tico les hizo vivir una pesadilla que marcará a la nueva generación que comanda Flick.
Y eso que antes de los dos minutos Musiala ya había probado a Keylor para anunciarle que iba a tener una noche agitada.
El meta respondió y vio cómo instantes después el elástico talento alemán fue sorteando rivales dentro del área uno tras otro como si fueran conos.
No se habían llegado a los cinco minutos y Costa Rica ya estaba recluida en la mitad final de su propio campo. Flick había sorprendido de inicio ubicando a Kimmich como lateral.
Más manejo, más precisión y más soluciones desde el perfil derecho.
Pero la lata tica se abrió por la izquierda, con una incorporación de Raum y un preciso centro del lateral del Leipzig para habilitar la diagonal de Gnabry.
El giro del cuello del diez germano liquidaba la resistencia centroamericana sin ni siquiera haber dado tiempo a discutir los términos.
Alemania no quería parar.
Desactivado Campbell, los de Suárez no tenían ni una posesión de respiro.
El estrés era incesante, espoleado por un Sané nítido y dinámico, que encadenaba pases al espacio.
La baja del futbolista del Bayern en el primer partido había sido una coartada para Flick y no le faltaba razón.
Costa Rica, que preveía en la previa la presión alta alemana, no daba con un mecanismo para liberarse.
La cuestión alemana ya pasaba por no equivocarse. Y lo hicieron, varias veces. Al borde del descanso entre Raum y Rüdiger, dejaron que Fuller se plantara ante Neuer.
Pero esta vez el héroe frente a Japón se topó con el capitán alemán. Se cerraba el primer acto, todavía con el resultado abierto gracias a cuatro paradas de Keylor después de recibir un bombardeo de 12 remates.
Las noticias desde el estadio Khalifa eran las mejores para Alemania gracias a Morata.
Pero el descanso trajo un giro dramático perverso. El que plantearon Doan y Tanaka con sus goles a España.
La noticia fue un estruendo que se iluminó por el videomarcador en Al Bayt. Fue como un resorte para Flick, que inmediatamente buscó socorro en Füllkrug.
Pero su altivo equipo se había convertido en un flan que Campbell engulló.
El de León interpretó a la perfección la ruptura de Fuller y su pase fue rematado de primeras por Waston.
Neuer tapó la primera, pero ya no pudo con el remate de Tejeda en segunda oleada.
Alemania temblaba porque, además, los postes se aliaban con Keylor.
Costa Rica tiene argumentos limitados, pero uno que conocen todos es su juego a balón parado.
Por ahí se descosió el desorientado combinado de Flick. Campbell centró, Waston la ganó de primeras, Tejeda peinó y Vargas, en semifallo, ponía momentáneamente a Costa Rica en la siguiente fase.
Fue un sueño efímero, lo que tardó Havertz en igualar para alivio español y para volver a abrir otro episodio de histeria.
Keylor era la última barricada.
El portero del PSG volaba de poste a poste en una noche antológica que toda Alemania recordará.
Hasta que Havertz y Füllkrug completaron el trabajo.
Ya sólo quedaba el favor español, un gol para al menos igualar con Japón. Una ayuda que nunca llegó.