Por Paco Nolasco
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En su más reciente conferencia de prensa Altagracia Ugalde, mejor conocida en el mundo de la música como “Ana Bárbara”, soltó el llanto cuando le cuestionaron sobre la relación que tiene con su familia, especialmente con su papá el señor “Antero Ugalde”.
Las lagrimas que derramó la interprete de “Me Gusta Pero me Asusta” en esa reunión con los representantes de los medios de comunión en donde además dio a conocer, entre otras cosas, el próximo concierto que ofrecerá el 10 de agosto en el Teatro Metropolitan de la ciudad de México, motivo a que algunos reporteros se pusieran en contacto con don Antero Ugalde, para que expresara su opinión al respecto.
Con esa sinceridad que lo caracteriza, propia de la gente de provincia, el señor Ugalde dijo no saber nada de su hija y que no lo ha invitado a ninguna de las presentaciones que ha tenido últimamente.
“Si no me invita ¿A qué voy? ¿Qué caso tiene?”, dijo convencido agregando que tampoco le llama por teléfono para saber cómo se encuentra de salud él y sus hijos.
“Poco a poco me va dejando en el abandono”, aseguró don Antero y explicó también que Ana Bárbara no tiene porque llorar.
“Debería de tomarle más sabor a la vida”, expresa, y agrega que casi ya no se acuerda de él, “nacimos solos y nos vamos a ir de este mundo igual; solos”.
Como es sabido por la mayoría, don Antero tuvo tres matrimonios y 12 hijos. Una de sus hijas, cuyo nombre es Marisa, producto de su primera relación falleció a la edad de 24 años.
En la actualidad el señor tiene 16 nietos y, de acuerdo a sus declaraciones, solo los hijos de su hija Marisa (q.e.p.d.) son los únicos que se preocupan por él y lo vistan con mucha frecuencia.
“Me parece increíble que los hijos de mi difunta hija sean los únicos que estén al pendiente de mi y me visiten. Mis otros nietos no me llaman o se me preocupan por mi”.
Con respecto a los hijos de Ana Bárbara, su padre enfatizó que ellos tampoco se acercan a él; qué tampoco los ve y agregó que, “si los padres no les inculcan que me llamen o me busquen, de ellos no va salir ese acercamiento con su abuelo”.
Don Antero dice también que la última vez que vio a su hija Ana Bárbara y a sus nietos fue cuando se presentó con Edith Márquez en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México.
“De eso ya tiene mucho tiempo. Esa vez ví a ella y a mis nietos pero solamente un momento porque, como siempre, está muy ocupada y lo entiendo. Pero yo creo que cuando se quiere dar uno su tiempo para la familia también se puede. Es nomás de que uno quiera”.
Para terminar con los cuestionamientos don Antero declaró que a los hijos hay que llevarlos “con la rienda apretadita, porque si los sueltas, se desembocan. A mis dos hijos Marisol y Eduardo, que aún viven conmigo, aquí los tengo. ¡Con la rienda bien trenzadita!”.