Por Carlos Hernández
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Los días, y la situación de la invasión de Rusia en Ucrania, parece no tener arreglo, al menos a corto plazo.
El Ataque que ordenó el presidente ruso Vladimir Putin, en tierras de su vecino del Sur, no es más que un ataque a la democracia, a la estabilidad de la paz mundial y sobre todo un abuso a la integridad de una nación.
Desde dar los primeros indicios de querer perpetrar semejante crimen, he mantenido que la invasión llevada a cabo, es del mismo corte y tiene causas parecidas a las que realizaban imperios sanguinarios y déspotas hace más de 10 siglos. Véase Genghis Khan, Nerón y las corona española y británica.
Es patético ver que en un mundo tan moderno, donde se supondría el ser humano debería haber alcanzado el umbral del bienestar y convivencia entre las diferentes naciones, al mismo nivel de los avances tecnológicos, la verdad es que el mundo parece más el hogar de trogloditas que de seres avanzados.
Lamentablemente, la situación actual nos demuestra que no hemos cambiado nada, que el ser humano, sobre todo los líderes de los países, siempre están cegados por el poder, la corrupción y la avaricia extrema.
No le envidian nada a los personajes más oscuros y malévolos que la historia se ha encargado de revelar.
Nada hemos aprendido, o al menos eso parece.
Cuando hay cientos de miles de niñ@s, mujeres y hombres huyendo de la tierra que les vio nacer y dejarlo todo en un ambiente de caos total, sólo porque a un imbécil con poder se le da la gana y su entorno le permite, quiere decir que hemos tocado fondo.
De nada sirve aparentar que se lucha por los derechos de los demás, si millones de vidas humanas son tan vulnerables ante el capricho de los que manejan el poder.
Quizá este sea el punto de inflexión que marcará la historia que nuestros hijos, nietos y sus descendencia estudiarán en el futuro, sí es que no acabamos con el planeta esta vez, pero sin sonar alarmista, no es de locos pensar que se estaría a las puertas de una guerra nuclear.
Como el mismo tonto de Putin lo señaló, que si alguien se llega a entrometer en un conflicto que sólo es entre Rusia y Ucrania, el mundo verá la respuesta nuclear jamás antes vista en la historia, que sirva como un signo para sospechar que cualquier cosa puede pasar.
Muchos están criticando la manera en como países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la que se creó después allá por 1949 en Washington por los miembros de esa zona oceánica, donde están las principales potencias militares del mundo occidental, entre ellas EEUU, Canadá, Inglaterra, Francia, Holanda y Alemania, entre otras.
La razón de una “respuesta tibia” como la catalogan los críticos, sobre todo algunos republicanos de este país, es precisamente por lo que mencioné anteriormente sobre los riesgos de un conflicto nuclear.
Y es que creánme que la única manera más sencilla de terminar ese potencial peligro de una Tercera Guerra Mundial, es aniquilar a Putin.
Ya sea por alguien de su entorno, o con un operativo de espionaje de infiltración, es la única esperanza para detener la masacre que los rusos llevan a cabo en Ucrania.
No sé de donde, sobre todo en países latinoamericanos se admira la actitud autoritaria de Putin, es chocante ver como estos seguidores del ruso, son los primeros que han puesto y pondrían un grito en el cielo cuando mandatarios de sus naciones se les ha dado o daría por tener aires de dictador.
La verdad, que como dije es un mundo lleno de trogloditas, sin un sentido de análisis y que al contrario, se comportan como la masa popular más corriente, al igual que esa masa popular en los tiempos de la decadencia del Imperio Romano, que se deleitaban con ver a los Gladiadores matarse entre sí, ver los horrendos espectáculos donde a Nerón ponía a leones a cazar y devorar a cristianos en el Coliseo…
La verdad no se ha cambiado nada, el ser humano sigue siendo el mismo animal pensantes retrograda.