Por Redacción
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La polémica se desató tras la final del Mundial de fútbol sala, donde Brasil se proclamó campeona al vencer 2-1 a Argentina en un partido que estuvo marcado por la gran rivalidad entre las dos potencias sudamericanas.
Aunque el equipo albiceleste desplegó un excelente rendimiento, la derrota no solo dejó un sabor amargo por el resultado, sino también por las decisiones arbitrales y la actitud de ciertos jugadores brasileños al término del encuentro.
El duelo entre Brasil y Argentina fue intenso, con ambas selecciones mostrando un alto nivel competitivo. Argentina logró mantener a Brasil en su campo durante largos tramos del partido, pero no logró superar a la hexacampeona mundial. El capitán argentino, Pablo Taborda, resumió el sentir del equipo tras la derrota: “Ellos defendieron todo el partido, su arquero fue la figura y nosotros no tuvimos suerte”.
Sin embargo, más allá de lo futbolístico, la controversia se centró en la actuación arbitral. Los árbitros españoles Martínez Flores y Cordero Gallardo estuvieron en el centro de las críticas de la prensa argentina, que cuestionó dos decisiones clave. La primera ocurrió cuando el jugador brasileño Pito recibió solo una tarjeta amarilla por una entrada fuerte, una acción que fue revisada por el VAR, pero que, según el equipo argentino, merecía la expulsión.
La segunda jugada controvertida ocurrió en el último segundo del partido, cuando un disparo del argentino Arrieta pareció golpear en la mano de Pito dentro del área. Según los jugadores y el cuerpo técnico de Argentina, esa mano habría provocado la sexta falta de Brasil, lo que les habría dado la oportunidad de ejecutar un doble penalti y empatar el partido para llevarlo a la prórroga. Sin embargo, los árbitros no vieron infracción alguna y decretaron el final del encuentro.
La tensión no se disipó tras el pitazo final. Según relató Taborda, el jugador brasileño Neguinho, del Palma, tuvo un comportamiento antideportivo al dirigirse de manera provocadora a los jugadores argentinos.
“Nosotros, como buenos perdedores, fuimos a saludarlos, pero Neguinho nos empezó a gritar en la cara. Es joven, todavía no sabe comportarse bien”, expresó el capitán argentino.
Taborda también cuestionó la actitud del brasileño, considerando que su comportamiento empañaba el logro de su equipo. “No entiendo su actitud, ya se habían proclamado campeones. ¿Qué es más bonito que ser campeón ante tu máximo rival? Esa actitud lo mancha”, agregó.
El capitán de Argentina también subrayó la importancia de saber ganar y perder con dignidad. “Nosotros les felicitamos por el triunfo y nos fuimos con la cabeza alta”, concluyó.
Aunque Brasil se llevó el trofeo, la final dejó un eco de frustración para Argentina, no solo por el resultado, sino por la sensación de que algunas decisiones y actitudes pudieron haber alterado el desenlace de un partido que, por momentos, estuvo al alcance de ambos equipos. La rivalidad entre Brasil y Argentina en el fútbol sala continúa, y con ello, la pasión que ambos países invierten en cada enfrentamiento.