Ataques israelíes matan a 52 personas en Gaza, incluidos 36 en una escuela-refugio

Por Redacción
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El Ejército israelí declaró que el objetivo era un centro de mando de milicianos dentro del recinto escolar, desde donde, aseguraron, se coordinaban operaciones de inteligencia por parte de Hamás y la Yihad Islámica.

Las explosiones desataron incendios que consumieron las pertenencias de los desplazados. Según Fahmy Awad, jefe del servicio de emergencias del Ministerio de Salud de Gaza, entre los muertos se encontraba un padre y sus cinco hijos. Los hospitales Shifa y al-Ahli confirmaron la cifra de víctimas y reportaron decenas de heridos.

En un ataque separado en el área de Jabalya, al norte de la Franja, al menos 16 personas, todas de una misma familia, murieron tras el impacto en su vivienda. Entre las víctimas se encontraban cinco mujeres y dos niños.

Israel reanudó su ofensiva en Gaza el pasado marzo, tras el colapso de un alto el fuego con Hamás. La operación busca destruir o desarmar al grupo militante y recuperar a los 58 rehenes restantes del ataque del 7 de octubre de 2023, que dejó más de 1.200 muertos en territorio israelí.

Durante los últimos dos meses y medio, Israel impuso un bloqueo total de alimentos, medicamentos, combustible y otros bienes en Gaza. Apenas la semana pasada permitió el ingreso limitado de ayuda humanitaria. No obstante, agencias de la ONU y organizaciones de ayuda alertan sobre una inminente hambruna y consideran insuficiente la asistencia disponible.

Un nuevo sistema de distribución de ayuda, impulsado por Israel y Estados Unidos, comenzó a operar este lunes pese a ser rechazado por las Naciones Unidas. El modelo plantea el uso de puntos de distribución protegidos por empresas de seguridad privada y liderado por una entidad denominada Fundación Humanitaria de Gaza, compuesta por exfuncionarios militares y humanitarios.

Jake Wood, el estadounidense al frente del proyecto, renunció inesperadamente el domingo, alegando que no existían condiciones para operar de forma independiente. Las organizaciones humanitarias temen que este nuevo modelo contribuya al desplazamiento forzoso de la población palestina y denuncian que viola principios fundamentales al ser gestionado por una parte beligerante.

En paralelo, este lunes tuvo lugar en Jerusalén una marcha anual organizada por grupos ultranacionalistas israelíes para conmemorar la captura del sector oriental de la ciudad en 1967. Algunos participantes corearon consignas como “muerte a los árabes” y hostigaron a residentes palestinos.

Un pequeño grupo, que incluía a un legislador israelí, irrumpió en el complejo de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) en Jerusalén Este. La instalación permanece mayormente desocupada desde enero por motivos de seguridad, aunque la ONU insiste en que no ha sido abandonada y que goza de protección bajo el derecho internacional.

Las autoridades israelíes no emitieron comentarios sobre el incidente.

Según datos del Ministerio de Salud de Gaza, cerca de 54.000 palestinos han muerto desde el inicio de la ofensiva israelí. Más de la mitad de las víctimas serían mujeres y niños. El ministerio no distingue entre civiles y combatientes en sus registros.

La campaña militar ha dejado barrios enteros en ruinas y ha forzado al desplazamiento interno de alrededor del 90% de la población gazatí, que supera los 2 millones. Muchos han sido reubicados múltiples veces y sobreviven en refugios improvisados o campamentos en condiciones extremas.

En respuesta a la crítica internacional, Israel sostiene que Hamás utiliza zonas residenciales para operar, lo que complica la precisión de sus ataques. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue presionando para que se respeten las normas humanitarias y se garantice el acceso seguro y suficiente de ayuda.