Por Agencias
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China anunció el levantamiento de sus medidas más estrictas para controlar el covid, incluyendo la obligación de las personas infectadas o sus contactos cercanos de permanecer en centros de cuarentena.
El cambio de política se produce solo una semana después de históricas protestas contra los rigurosos controles.
Las personas con covid ahora pueden aislarse en casa en lugar de ingresar a instalaciones estatales.
Además, ya no se pedirán tests negativos en la mayoría de los sitios públicos y se podrá viajar más libremente dentro del país.
Muchas personas expresaron alivio por los cambios repentinos, aunque también inquietud.
«¡Finalmente! Ya no me preocuparé por infectarme o que me saquen de mi casa por ser un contacto cercano», escribió un usuario en las redes sociales chinas.
Otro señaló: «¿Alguien puede explicarme qué está pasando? ¿Por qué el giro es tan repentino y tan importante?».
Los cambios radicales indican que China finalmente se está alejando de su política de «cero covid» y busca «vivir con el virus» como el resto del mundo.
Esto ocurre cuando el país está lidiando con su mayor ola de infecciones: más de 30.000 por día.
Algunas personas cuestionaron la apertura acelerada: «El sistema médico se verá abrumado y muchos ancianos se infectarán», escribió un usuario.
Pero muchos expresaron alegría por el relajamiento de una política que había controlado sus vidas durante casi tres años.
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La política de llevar a los infectados y sus contactos cercanos a campos de cuarentena fue profundamente impopular, porque separaba a las familias y obligaba a las personas a abandonar sus hogares, muchas veces contra su voluntad.
También se informó que algunos de los centros tenían pésimas condiciones de habitabilidad y personal inadecuado.
Las medidas
En varios videos que circularon en redes sociales se vio a guardias con equipo de protección contra covid sacando a la fuerza a personas de sus casas.
La semana pasada un video viral de Hangzhou mostró a un hombre luchando contra los funcionarios.
La Comisión Nacional de Salud de China anunció otras nuevas libertades el miércoles:
• La necesidad de tests fue relajada. Los tests rápidos de detección de antígenos reemplazarán a las pruebas PCR en la mayoría de los casos donde se requiere un resultado, aunque las PCR aún se exigen en escuelas, hospitales y residencias para adultos mayores.
• Los confinamientos continuarían, pero se aplicarán a áreas más específicas, por ejemplo, ciertos edificios, unidades o pisos en lugar de vecindarios o ciudades enteras.
• Las áreas identificadas como de «alto riesgo» deben salir del confinamiento si no se registran casos nuevos en cinco días. Varias ciudades en China han estado bajo confinamiento durante meses, incluso cuando solo se había confirmado un puñado de casos.
• Las escuelas pueden permanecer abiertas si no hay un brote amplio.
Las nuevas medidas también incluyen una prohibición estricta de bloquear las salidas y puertas de incendios de los edificios. También se asegura que las personas deben poder acceder a tratamiento médico de emergencia y a rutas de escape sin obstáculos.
El anuncio tiene lugar tras informes de personas encerradas en sus hogares durante un terremoto o que no pudieron escapar en otros casos de emergencia.
Las protestas recientes comenzaron tras un incendio en la ciudad de Urumqi, en la región de Xinjiang, que dejó 10 muertos.
Algunos testigos aseguran que las víctimas no pudieron escapar del edificio debido al bloqueo de vías de escape durante el confinamiento. El gobierno chino niega que esa fuera la causa de las muertes.
También ha habido repetidos informes de retrasos en atención médica de emergencia en las áreas confinadas.
Las autoridades también destacaron la necesidad de acelerar la vacunación de las personas mayores.
«Todas las localidades deben centrarse en mejorar la tasa de vacunación de las personas de 60 a 79 años y acelerar la tasa de vacunación de las personas de 80 años o más «, dijo la Comisión Nacional de Salud.
La flexibilización de las medidas se produce luego de las mayores protestas en China en décadas. La semana pasada, multitudes salieron a las calles de varias ciudades para criticar los confinamientos y las restricciones por la pandemia.
Las protestas en algunos sitios también se convirtieron en críticas directas al presidente Xi Jinping y al Partido Comunista Chino, una muestra significativa de desafío dada la intolerancia del país por la disidencia política.
Debido a esa ola de protestas entre el 24 y el 26 de noviembre, las autoridades chinas habían comenzado a levantar los confinamientos en algunas ciudades.
Funcionarios del gobierno también han atenuado el lenguaje sobre los peligros de Covid.
El viceprimer ministro del país, Sun Chunlan, señaló la semana pasada que China estaba entrando en «una nueva situación» en la pandemia y que la capacidad del virus para enfermar se estaba debilitando.
Expertos advirtieron que cualquier relajamiento de la política de «cero covid» en China debería ser gradual, ya que el país de 1.400 millones de habitantes podría ver un gran salto en los casos que podrían abrumar su sistema de salud.
Acelerar la vacunación de su población anciana es clave, agregan expertos en salud.
«La forma principal en que China puede salir de la pandemia de covid con el menor daño es a través de la vacunación, y tres dosis son imprescindibles», dijo el profesor Ivan Hung de la Universidad de Hong Kong a principios de esta semana.
«Con suerte, eso debe hacerse antes del Año Nuevo chino (en enero de 2023) ya que habrá un gran desplazamiento de población que visita familiares o regresa a casa», agregó.
Las fronteras internacionales de China permanecen cerradas para la mayoría de los extranjeros. Pero algunos analistas creen que las nuevas medidas podrían ser un indicio de que el país reabrirá sus fronteras el próximo año.