Por Agencias
[email protected]
El base de los Warriors se lesionó en una acción con Smart y no regresó. Golpe para el equipo de San Francisco ahora que había recuperado a Green.
No hay asueto para los Warriors.
El equipo de San Francisco, un partido después de que Draymond Green hiciera su triunfal regreso a las canchas y que el trío matador que tanto ha dominado la NBA durante un lustro estuviera a pleno rendimiento, tiene que sacar el desfibrilador.
A esperar que no sea nada, o muy poco, lo de Stephen Curry.
El dos veces MVP de la NBA disputó sólo 14 minutos de juego ante los Celtics por una lesión que le impidió regresar a la pista.
En una disputa de balón con Smart, en la que el escolta visitante se deslizó por la pista y golpeó la pierna del base local, Curry se quedó cojeando ostensiblemente mientras regresaba a defender y tuvo que parar.
En la misma jugada, adicionalmente, Smart fue sancionado con una falta flagrante por sacar la pierna a pasear y golpear la cabeza de Thompson en la acción de contraataque.
La dolencia de Steph se focalizó en el pie izquierdo, que no podía mover con facilidad.
En las próximas horas se le realizará un examen médico que determinará el alcance y el tiempo de baja que esto va a suponer.
Los Celtics aprovecharon las circunstancias para recuperar su ritmo machacón de las últimas semanas y asestar este duro golpe en el Chase Center.
88-110 y la sensación de control con la que han satisfecho a sus aficionados en los últimos encuentros (sin contar el de los Mavericks y el dorsal de Garnett, que no fue tan positivo).
Se vinieron abajo los Warriors con la lesión de su estrella más brillante. Una noche que ya había empezado con evidentes problemas para anotar, Curry incluido, se alargó hasta el letargo más latoso. No les entraba una.
La defensa exhibida por Boston fue un yugo enormemente pesado para los tiradores de Golden State, que se quedaron en un insostenible 22% de acierto en los triples.
Los tiros exteriores eran el recurso más fácil porque Boston estaba dominando por dentro, sin permitirles segundas oportunidades con los rebotes tras esos fallos, y esta vía también se vio taponada durante casi toda la jornada.
Con ello los Celtics tejieron una tela de araña que dejó parados a unos Warriors en los que la intranquilidad vuelve a perfumar el ambiente.